Parece que
fue ayer cuando me estaba quejando de la publicidad engañosa que en ocasiones
envuelve a una película (porque literalmente fue ayer) y aquí tenemos otro
ejemplo de ello, aunque bajo circunstancias diferentes, con La Última Ola vemos a una pequeña pero
decente producción tratar de colgarse innecesariamente de la fama de otra película.
Usualmente intento enfocarme sólo en la película en cuestión a la hora de
escribir una reseña, pero este tipo de mercadotecnia no deja de ser molesta, ya
que es un intento muy obvio de darnos gato por liebre. Pero como dicen, más
dice una imagen que mil palabras:
Aquí está el
poster promocional que se utilizó en México para promocionar la película.
Y aquí
tenemos un poster del bodrio titulado La
Quinta Ola.
¿Coincidencia?
¡Por supuesto que no! Lo peor de todo es que ambas cintas no tienen nada en común,
una de ellas es de los peores filmes del año mientras que la otra es una
pequeña pero efectiva película sobre desastres naturales y cuyo título
original, La Ola (Bølgen), puede no
ser tan llamativo pero que ilustra mucho mejor el producto final.
En (Ugh) La Última Ola veremos las
desesperadas hazañas de un padre para proteger a su familia de un desastre
natural. Kristian (Kristoffer Joner) es un geólogo noruego que se da cuenta de
un peligroso movimiento en las montañas que provocaría un derrumbe, lo cual es
bastante peligroso por si solo pero lo más agravante de la situación es que el
derrumbe provocaría una enorme ola de más de 80 metros de altura que borraría a
todo el pueblo de Geiranger. Kristian deberá enfrentar una peligrosa carrera
contra el tiempo para salvar a su familia y advertir a la pequeña comunidad del
pueblo.
Los hermoso paisajes naturales que nos muestra
la película y la vida cotidiana de la pequeña comunidad noruega en un principio
se siente como un comercial para promocionar el turismo en la zona, un anuncio
un tanto extraño ya que al ver el resto de la cinta el mensaje final sería algo
como: “Noruega: Ven y admira las hermosas montañas… ¡Antes de que se derrumben
y nos maten a todos!”. Pero ya en serio, la película si cuenta con muy buena fotografía.
El resto de
la producción no es nada del otro mundo. No me malentiendan, los efectos
especiales puede que no sean espectaculares pero son lo suficientemente buenos
para alcanzar su objetivo y crear verdadera tensión en el espectador, lo cual
es un elemento muy importante en una película sobre desastres, algo que muchas súper
producciones aun con sus millones de dólares no logran alcanzar pero que La Última Ola logra hacer de manera muy
efectiva.
Lamentablemente,
fuera de tratarse de una pequeña producción noruega, el filme no tiene ninguna
otra particularidad que lo haga destacar del resto. La película no aporta
absolutamente nada nuevo al subgénero de desastres naturales. Nos vemos
envuelto en el drama causado por una catástrofe como lo es un tsunami,
terremoto o tornado, algo que, a menos que se este hecho de piedra, cualquier
ser humano puede empatizar, pero lamentablemente esto viene de la mano de todo,
TODO tipo de clichés asociados con películas de este tipo. El desenlace de la película
por unos cuantos segundos nos deja pensar que tomara una ruta diferente a lo
acostumbrado pero lamentablemente se acobarda en el último segundo y prefiere “irse
a lo seguro”. Si les gustan este tipo de películas La Última Ola es una opción bastante buena pero no esperen que
revoluciones el género ni nada por el estilo.
La Última
Ola: 2/5. Meh.
Mejor que:
La Quinta Ola (2016). No tienen mucho en común fuera de la horrible
mercadotecnia pero de que “La Última” es mejor que “La Quinta” eso que ni qué.