Lo primero
que pensamos al escuchar “ciencia ficción” es en robots, rayos láser, naves
espaciales y el ocasional viaje en el
tiempo, todos ellos elementos bastante reconocidos dentro del género, pero lo
cierto es que la ciencia ficción puede abarcar mucho más que solo sus partes más
rimbombantes y ser mucho más sutil al hacerlo, como sucede en el caso de Mente Implacable, que a primera vista podría
resultar todo menos una película de ciencia ficción.
En Mente Implacable veremos la peculiar
aventura de un ex convicto con recuerdos insertados de un agente secreto. La
muerte de un agente secreto durante una misión provoca que importantes secretos
se pierdan junto con su vida, por lo que el encargado de la operación se verá obligado
a un recurso desesperado: Trasladar los recuerdos del agente caído al cerebro de
un peligroso y desalmado criminal. Ahora el criminal Jericho (Kevin Costner) será
perseguido por aquellos que quieren apoderarse de la información trasplantada
en su cerebro.
Una de las
razones por la cual la ciencia ficción es mi género favorito es que, cuando se
lleva a cabo una historia de este tipo correctamente, se pueden abordar de
manera interesante y al mismo tiempo divertida problemas filosóficos complejos.
Si ya terminaron de reírse de mí por la afirmación pasada, déjenme decirles que
el punto más fuerte de Mente Implacable
es precisamente la pregunta filosófica en la que inadvertidamente se envuelve
el personaje principal: ¿Una persona es solo la suma de sus experiencias
pasadas? Si esas experiencias se convierten en recuerdos ¿Esos recuerdos son lo
que dictan quienes somos o existe algo más profundo que eso, algo que nos hace
ser nosotros mismo? Estas son preguntas interesantes que la película nos
presenta de manera medianamente discreta. No, no he estado fumando nada ¿Por
qué la pregunta?
Ahora quiero
hablarles un poco sobre el reparto de la cinta de una manera no muy
convencional. Díganme si esto no les suena genial: A Robin Hood (Kevin Costner)
le implantan los recuerdos del fallecido Deadpool (Ryan Reynolds) por órdenes
del comisionado Gordon (Gary Oldman), la operación es realizada por el agente K
de Los Hombres de Negro (Tommy Lee Jons) y cuando el papá de Superman (Kevin
Costner) logra escapar va en busca de
ayuda con la esposa del difunto Linterna Verde (Ryan Reynolds), La Mujer
Maravilla (Gal Gadot). Esta es mi muy extraña forma de decir que el reparto es
de primera, por lo que no es ninguna sorpresa que las actuaciones también lo
sean. Puede que ninguno de los actores involucrados de lo mejor de sí en esta
cinta, pero sus actuaciones son bastante buenas.
Todo lo
anterior suena bastante bien, pero desafortunadamente la película también cuenta
con su carga de puntos malos. Por un lado los elementos de historia de thriller de espías son
extremadamente gastados y predecibles, las escenas de acción son tan comunes
que en más de una ocasión caen en lo aburrido, el villano es tan trillado que
poco o nada le falta para ponerse una máscara plateada y gritar a todo pulmón “¡Hail
Cobra!” y, tal vez lo peor de todo, el final es un completo Deus Ex Machina que
verdaderamente da pena ajena.
Debo admitir
que Mente Implacable si fue de mi
agrado pero es una recomendación difícil de hacer. Quienes busquen una
emocionante película de acción saldrán decepcionados, quienes quieran una
intrigante historia de espías no la verán aquí y aún el ya mencionado elemento de
ciencia ficción filosófica (dejen de reírse) ya se ha visto ejecutado de mejor
manera en otras películas. Aun con todo lo anterior quiero pensar que si ven
esta cinta con sus expectativas correctamente medidas pasaran un rato
agradable. Denle una oportunidad a esta película, aunque no tenga que ser
necesariamente en el cine, si no es por la interesante trama háganlo por lo
menos para ver a Deadpool, La Mujer Maravilla, El agente K, el comisionado Gordon
y a papá Kent en una sola película.
Mente
Implacable: 2/5. Meh.
Mejor que: El
Vengador del Futuro (2012)
No tan buena
como: Lucy (2014), Looper (2012), El Vengador del Futuro (1990), Eterno
Resplandor de una Mente sin Recuerdos (2004)
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