Tal vez
suena demasiado despectivo de mi parte pero dentro de la infinidad de películas
animadas que existen, Hotel Transylvania
es una de las series de las que me olvido completamente hasta que aparece una
nueva entrega, y aunque Hotel
Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones muy probablemente comparta ese
mismo destino, la verdad es que es una experiencia muy divertida mientras dura.
En Hotel Transylvania 3: Monstros de Vacaciones
nos volveremos a encontrar con Drácula y sus amigos. Debido a su trabajo como
gerente de su propio hotel, Drácula se encuentra sumamente estresado, algo que
le preocupa a su hija Mavis. Buscando ayudar a su padre, Mavis le organiza unas
vacaciones a bordo de un lujoso crucero donde todo tipo de monstruo es aceptado
y listo para pasar unas agradables vacaciones.
La historia
de la película es sumamente sencilla y en momentos hasta predecible, algo que
en otras circunstancias seria decepcionante, pero Hotel Transylvania 3 tiene un as bajo la manga: su animación. Usualmente
la animación por computadora parece tener como objetivo ser tan “realista” como
sea humanamente posible, esto sin sacrificar la creatividad y “facilidades” de
una producción animada, pero en el caso de Hotel
Transylvania 3, ser “realista” es la menor de sus preocupaciones. La animación
es sumamente fluida, energética y muy entretenida, con personajes que se
mueven, gesticulan y se retuercen de formas en las que solo una caricatura
puede hacerlo, algo que es muy entretenido en mi opinión.
A riesgo de
sonar a un asqueroso e inmundo hípster, toda la película tiene una energía muy “retro”.
Buena parte de la trama no es más que una excusa para poner a los personajes en
escenarios y situaciones divertidas, muchas de ellas similares a caricaturas clásicas
de “persecución”, como Tom y Jerry o El Coyote y el Correcaminos, ya saben,
esa época dorada de la animación donde uno podía reírse de la violencia
caricaturesca sin preocuparse de que un delicado y frágil millennial se quejara
de que una caricatura fuera demasiado violenta o cruda para su débil mentecilla.
Siguiendo no
esa sensación “retro”, a pesar de ser animación por computadora en 3D, la película
muestra una estética muy similar a una caricatura 2D, con personajes que en
muchas ocasiones parecen planos en la forma en que se ven en pantalla, pero
esto se siente como una decisión deliberada y no como un error o descuido, ya
que aun con esto (quizá incluso a causa de esto), los personajes siempre lucen
muy expresivos en todas sus acciones, con una energía constante que nunca se
detiene, ni siquiera en los momentos más “tranquilos” de la cinta.
No es
casualidad que sólo esté hablando de la calidad de la animación en Hotel Transylvania 3, ya que es lo único
verdaderamente destacable. La historia es apenas existente, los personajes son
demasiado sencillos y el humor no siempre funciona, pero aunque ninguno de
estos elementos sean sobresaliente, tampoco iría tan lejos como para llamarlos “malos”,
simplemente no son nada del otro mundo. Aun con esto, la película resulta muy
entretenida, con humor lo suficientemente variado como para hacer reír a
cualquiera. Si quieren ver una comedia familiar sencilla pero entretenida, Hotel Transylvania 3: Monstruos de
Vacaciones es una muy buena opción, y por milésima vez, la animación es lo
suficientemente buena como para que valga la pena verla en la pantalla grande.
Hotel Transylvania
3: Monstruos de Vacaciones: 3/5. Buena.
Mejor que:
Hotel Transylvania 2 (2015).
No tan buena
como: Hotel Transylvania (2012).
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