Una y otra
vez la nostalgia demuestra ser un negocio muy lucrativo. El tener una propiedad
intelectual que siquiera resulte medianamente reconocible ayuda a tener un público
cautivo desde antes que una producción cinematográfica siquiera comience. El
problema con un proyecto que utiliza en gran mediad la nostalgia es que, cuando
se lleva de manera equivocada, el producto final solo apelara al gusto de
aquellos a quienes mueve esa nostalgia, y al tomar esa ruta, la cinta poco o
nada hace por atraer a un público que se encuentre fuera de ese grupo inicial.
El truco es crear interés tanto en propios como extraños, y aunque dista de
hacer un trabajo perfecto, Escalofríos
es bastante competente en hacer exactamente eso.
En Escalofríos veremos las aventuras de un
grupo de amigos intentando proteger a su ciudad de todo tipo de creaturas
sobrenaturales. Zach (Dylan Minnette) es un chico que acaba de mudarse a una
nueva casa junto con su madre. En esta nueva casa, Zach conoce a la simpática Hanna
(Odeya Rush) y a su misterioso y antisocial padre (Jack Black). Al tratar de
descubrir más sobre Hanna y su sobreprotector padre, Zach accidentalmente
libera a varias peligrosas creaturas sobrenaturales que amenazan con destruir
la ciudad entera, por lo que tendrá que encontrar la manera de capturarlas
antes de que sea demasiado tarde.
Ya fueran los
libros o la popular serie de televisión, Escalofríos
nunca fue verdaderamente algo muy allegado a lo que podríamos llamar terror, ni
siquiera cuando desde un inicio se dirigía a un público infantil, sin embargo,
siempre resulto una muy buena versión “ligth” de La Dimensión Desconocida para niños (por lo menos desde mi punto de
vista), y aunque en un principio la película coquetea con esa idea, lo cierto
es que prefiere tomar una ruta más segura, por lo que abandona el misterio por
el enfoque más tradicional de la película de aventura.
Aunque la
trama nunca llega a ser compleja, eso se utiliza a favor de la cinta, ya que
gracias a esa simpleza se logra mantener un ritmo bastante acelerado que logra
mantener el interés del público de principio a fin. A pesar de esta misma sencillez,
el film se da su tiempo (aunque sea breve) para presentarnos a sus personajes,
y sobre todo, a mostrarnos el arco por el que atraviesan durante la historia.
Puede que sea demasiado sencillo, pero el arco de personaje es bastante claro y
siempre se puede agradecer que el público sea capaz de ver el cambio en los
personajes.
El gran acierto
de Escalofríos es que toma su premisa
lo suficientemente en serio como para mantener un buen ritmo todo el tiempo,
pero no tanto como para perder la oportunidad de divertirse con su inverosímil historia,
que nunca llega a ser tan ridícula como para volverse una parodia de sí misma
(aunque también juega con esa idea). Lamentablemente la producción en general
no muestra nada verdaderamente innovador, y las comparaciones con películas
similares resultan casi inevitables.
Las
actuaciones no son nada del otro mundo, y aunque desde un punto de mercadotecnia
la inclusión de Jack Black podría ser su punto más grande, lo cierto es que también
es su punto más débil. No voy a tratar de discutir si Jack Black es un buen o
mal actor, pero me es imposible verlo como un personaje más dentro de esta
historia. Pude que Black este dando vida a un personaje distinto, pero yo solo
veo a Jack Black siendo Jack Black.
Escalofríos bien pudo dormirse en sus laureles,
pero como dije en un inicio, hace lo suficiente para atraer a fans de antaño y
en el camino crear uno que otro nuevo. Debo admitir que mi propio cinismo me
impide gozar completamente de esta producción (yo no soy el publico objetivo y
todo eso) y aunque a mí no me llama lo suficientemente la atención, la verdad
es que si tuviera unos 20 años menos (y nunca hubiera visto Jumanji) muy probablemente esta sería
una de mis películas favoritas. Escalofríos
es una película que lograra capturar la atención de un espectador infantil y
adulto nostálgico por igual y con un poco de suerte, tal vez (solo tal vez),
incluso despertar la curiosidad de ese mismo publico por regresar a los libros
que originalmente llevaron el nombre de Escalofríos
al gusto de muchos lectores.
Escalofríos:
2/5. Meh.
Mejor que:
Poltergeist (2015), Pixeles (2015)
No tan buena
como: Jumanji (1995), Zathura (2005)
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