jueves, 12 de marzo de 2020

Cine Barato: Unidos


Nunca he negado el hecho de que soy fan de Pixar pero eso no significa que esté dispuesto a decir que TODAS sus producciones son obras maestras, digo, opino que la mayoría lo son pero no es que tengan un record perfecto del 100%. Esto lo digo porque Unidos cuenta con el mismo nivel de calidad que se puede esperar de Pixar, sin embargo se queda corta en comparación con otras producciones recientes de este estudio de animación.

En Unidos veremos las aventuras de un par de hermanos en busca de un objeto mágico. En un mundo repleto de creaturas mitológicas y seres sobrenaturales, la magia que antes abundaba se ha deja a un lado en favor de avances tecnológicos. Es en este mundo donde Ian (Tom Holland) y Barley (Christ Pratt), un par de elfos, han crecido junto a su madre. Cuando Ian cumple 16 años descubre que su padre, quien murió hace años debido a una enfermedad, tenía dones mágicos y les ha dejado instrucciones a sus hijos para ejecutar un hechizo que lo hará regresar a la vida por 24 horas. Después de un accidente que deja el conjuro incompleto, Ian y Barley se embarcan en una misión para encontrar un objeto mágico y así reencontrarse con su padre.

La combinación de elementos fantásticos y mundanos dentro de la cinta da como resultado un mundo que se siente salido de un cuento de hadas pero al mismo tiempo muy familiar y “mundano”, lo cual es justamente el tipo de ambiente que la producción quiere recrear. Gran parte de la comedia se basa en esta combinación de elementos, haciendo mucho énfasis en la comedia física, la cual se facilita debido a la animación, sin embargo este tipo de humor hace sentir a la producción un tanto “infantil”. No sé confundan, el humor no se rebaja a chistes “de pastelazo” o bromas sobre pedos, pero gran parte de la comedia se centra demasiado a revertir los estereotipos relacionados con “aventuras épicas”, lo cual después de un tiempo hace que los chistes se vuelvan un tanto predecibles.

La caracterización de los personajes es buena, haciendo que, aunque en teoría los personajes y su mundo estén arraigados en la fantasía, los protagonistas y su entorno se sientan bastante reales. Lo que me saca un podo de mi zona de confort es una escena cerca del desenlace (no se preocupen, no pienso arruinarla dando detalles), donde la “moraleja” de la historia parece salir de la nada, no porque no se muestren elementos de esta “lección” en el trascurso de la trama sino porque se muestran de manera muy superficial (por lo menos en mi opinión), por lo que el momento más “emotivo” donde al público se le empiezan a humedecer los ojitos (como es costumbre en casi toda película de Pixar) se sienta un poco apresurada y no tan bien planteada como en otras ocasiones.

Decir que la animación en una película de Pixar es buena es tan inesperado como decir que la tierra gira alrededor del sol. Se hace el mejor uso posible del formato para crear todo tipo de creaturas fantásticas en un entorno “moderno”, sin que se sacrifique la imaginación y fantasía del mundo, con diseño de personajes de todo tipo de colores, formas y tamaños que son muy agradables a la vista. Dicho esto, la cinta no tiene un momento que pueda llamar verdaderamente espectacular en cuanto a animación se refiere. Por contradictorio que suene, no creo que lo anterior sea algo malo, de hecho solo habla de lo sobresaliente del trabajo de Pixar en su ramo que, aun cuando no sea su mejor trabajo, su calidad es tal que sigue estando por encima de otros estudios de animación por computadora.

Hay algo raro dentro de Unidos, algo que no puedo explicar porque ni yo mismo lo entiendo. Su abundancia a referencias a mundos fantásticos y mitología (cosas que adoro) deberían hacer que ame incondicionalmente esta película, detalles como referencias a juegos de rol u otros pasatiempos “ñoños” tratados como “eventos históricos” son una idea bastante divertida (y en este momento no puedo negar o a firmar que robaré unas cuantas ideas para mi propia campaña de “Dungeons and Dragons”), elementos que puede ser disfrutados por cualquiera y no solo por aquellos que ya estamos inmersos en todo este tipo de pasatiempos, y sin embargo su hincapié en ser subversivo en cuanto a estos elementos se vuelve algo repetitivo, haciendo que la “novedad” se pierda rápidamente. No me malentiendan, Unidos sigue la tradición de Pixar de darnos historias y personajes fascinantes que ofrecen algo entrañable a cualquier tipo de público, y tal vez solo sea por las grandes y a veces medio injustas expectativas que el mismo nombre de “Pixar” genera, pero no se siente tan creativa o innovadora como otras películas del mismo estudio. La película vale la pena, eso ni lo duden, pero al final no resulta tan memorable, y perdón por sonar a disco rayado, pero sinceramente no sé explicar porque. Véanla y juzguen ustedes mismos, al menos sí les puedo asegurar que pasarán un buen rato con toda la familia.

Unidos: 3/5. Buena.












Mejor que: Valiente (2012), Un Gran Dinosaurio (2015), Buscando a Dory (2016), Los Increíbles 2 (2018).
No tan buena como: Intensa Mente (2015), Coco (2017), Toy Story 4 (2019).


Cine Barato: Malasaña 32



Voy a ser el primero en reconocer que últimamente me he vuelto mucho más crítico de lo normal, específicamente con las películas de terror, ya que después de ver tantas y tantas cintas de este género cada vez se me dificulta más y más ignorar la inmensa pila de clichés y estereotipos que plagan a casi toda historia de horror, haciéndome pensar que si ya has visto un filme de terror “tradicional”, ya los has visto todos. Todo esto lo menciono porque, a pesar de tener un buen nivel en cuanto a calidad de producción se refiere, odie Malasaña 32 de manera casi irracional por no ser otra cosa que clichés sobre clichés sobre clichés, desperdiciando la oportunidad de contar una buena historia y dando prioridad al “jump scare” barato y repetitivo que pierde su gracia a los dos minutos.

En Malasaña 32 veremos a una familia que se muda a un departamento embrujado. Manolo (Ivan Marcos) y el resto de su familia llegan a Madrid en busca de nuevas oportunidades de trabajo en la ciudad. Después de vender todas sus posesiones materiales, Manolo logra comprar un departamento en la ciudad, sin embargo él y el resto de su familia comienza a experimentar inexplicables sucesos que los harán enfrentarse a una maligna fuerza del más allá, una que está conectada directamente a su nuevo hogar.

Lo que más odie en la película es la abundancia de “jump scares”, los cuales se usan cada que se puede, tengan sentido o no, usando el mismo chirrido de violín de alto volumen tanto para un fantasma que pasa detrás de un personaje como a alguien viendo a una ventana donde no hay absolutamente nada. Es como si te estuviesen gritando en el odio a cada minuto, lo cual es irritante, no aterrador.

El guion presenta varias ideas que, aunque sí se conectan entre sí, todas ellas se plantean de manera pobre. En lugar de gradualmente ir revelando el “misterio” de la trama, los últimos treinta minutos se utilizan para explicar el resto del filme, lo cual se hace en una exposición muy densa y “robótica”, explicaciones que se sienten poco naturales y que parecen inventadas de último minuto para justificar alguna escena anterior sin sentido.

Entre los problemas del guion están personajes completamente inútiles que no aportan nada a la historia, tiempo en pantalla que pudo ser utilizado para dar más profundidad al resto del reparto, algo que hubiese sido necesario para evitar que todos los personajes se sintieran tan planos y sin personalidad alguna. Esto es uno de los agravios más lamentables ya que las actuaciones sí son buenas, no espectaculares pero sí funcionan bien para este tipo de trama, lamentablemente la actuación es solo la mitad de la ecuación para darnos personajes interesantes, la otra mitad depende del guion, el cual en este caso no les da nada que hacer a los personajes aparte de lucir asustados, lo cual reitero hacen bastante bien, pero la personificación de los protagonistas es tan pobre que no me importa ninguno de ellos.

Otra de las razones por las que odie esta película es porque en el fondo, muy en el fondo, la historia de su antagonista resulta interesante y de haberse explorado de manera más compleja que una explicación apresurada de cinco minutos podríamos haber tenido algo mucho más original y entretenido, en su lugar la producción prefiere usar todo truco gastado e insulso de película de horror, con un final apresurado que descaradamente imita a El Exorcista, señal de la falta de creatividad de muchas películas de terror aparentemente ya que es un elemento cada vez más común en producciones de este género de relativo bajo presupuesto. Con una reestructuración del guion Malasaña 32 podría ser mucho más interesante, pero tal y como se nos presenta en su estado actual, la película es un montón de buenas ideas planteadas y desarrolladas de manera torpe y estereotípica, desperdiciando casi por completo su verdadero potencial al querer “jugar a la seguro”. No dudo que haya más de una persona que sí pueda disfrutar de esta película pero yo no soy una de ellas.

Malasaña 32: 1/5. Mala.













Video-reseña: El Hombre Invisible

Video-reseña: Rebelión de los Godínez

domingo, 8 de marzo de 2020

Cine Barato: El Hombre Invisible



Uno de los “experimentos” más penosos dentro del cine en los últimos años fue Universal Y su apresurada y mal concebida idea de crear su propio “universo cinematográfico” al más puro estilo Marvel, la cual empezó (y termino) con su versión de La Momia del 2017. Afortunadamente el estudio cinematográfico parece haber aprendido de su error (por ahora), y en lugar de aferrarse a un plan fallido ha decidido cambiar el rumbo, al menos parcialmente ya que, aunque su idea de usar a sus “monstruos clásicos del cine” en versiones actualizadas sigue en pie, por lo menos ahora se están dando a la tarea de darnos buenas  producciones, con historias autocontenidas que se sostienen por su propia cuenta sin necesidad de depender del éxito o fracaso de otros proyectos, siendo El Hombre Invisible (2020) la primera de estas producciones la cual, a pesar de tener uno que otro tropiezo en el camino, termina siendo un filme que sí vale la pena.

En El Hombre Invisible veremos a una mujer siendo acosada por una presencia desconocida. Después de sufrir bajo el yugo de su obsesivo, controlador y violento novio, Cecilia Kass (Elisabeth Moss) logra escapar. Destrozado por el repentino abandono de Cecilia, Adrian Griffin (Oliver Jackson-Cohen), un prominente científico especializado en óptica, comete suicidio. En un principio Cecilia se siente aliviada por el deceso de su abusivo exnovio, sin embargo su actitud cambia cuando comienza a experimentar extraños sucesos a su alrededor que la hacen pensar que Adrian la sigue acosando desde el más allá.

Siempre me quejo de como en ocasiones el mismo título de una película puede ser un gran spoiler, y aunque debatiblemente este sería uno de esos casos, la cinta hace muy buen uso de este recurso. Dentro de la historia se juega con la idea de que la protagonista está sufriendo de un ataque psicótico debido a sus traumas o incluso que es acosada por fuerzas del más allá, aunque tanto el espectador como el personaje saben que, bueno, la identidad del atacante está “escondido” en el título de la propia película. Esto no arruina el “misterio” de la trama sino que nos deja empatizar con la protagonista de manera más profunda, algo que muchas veces resulta muy, MUY incómodo, lo cual no es coincidencia si tomamos en cuenta que gran parte de la cinta toca el tema de relaciones toxicas y abuso conyugal.

Puede que yo no esté calificado para hablar de temas tan delicados, pero me atreveré a hacerlo ya que es una parte importante de este filme. La desesperación y miedo de la protagonista no es solamente debido a los ataque físicos que sufre a manos de una fuerza invisible, sino del daño psicológico sufrido al ser parte de una relación de pareja abusiva, no solo eso, si no la misma impotencia es casi palpable cuando el personaje quiere hablar sobre este sufrimiento, uno del que evidentemente es víctima pero que nadie más a su alrededor puede ver, que aun con buenas intenciones las personas a su alrededor dudan de la veracidad de su testimonio, metáfora que tal vez no sea sutil, pero es muy efectiva al hablar de una relación de abuso, algo que Elisabeth Moss logra plasmar bastante bien con su actuación. Lo “mejor” (si es que puede llamarse como tal) es que la metáfora es bastante directa, sin dar espacio a ambigüedades pero al mismo tiempo sin sentirse condescendiente al hablar de algo tan delicado como la violencia contra la mujer.

Volviendo a temas menos escabrosos, los efectos especiales son algo malos. No me malentiendan, creo que los efectos visuales son efectivos para la historia que se nos está planteando, pero si los sacamos de su contexto empiezan a verse un poquito ridículos. Tal vez solo es mi retorcida y enfermiza mente, pero ver forcejear a actores contra el aire, aun cuando la escena esté bien planteada, siempre tendrá cierto grado de humor involuntario en mi opinión. Algo que tampoco ayuda es la animación por computadora, la cual no es muy abundante pero cada que se ve en pantalla termina pareciendo ridícula, un poquito al menos.

Hay que hacer una distinción importante, El Hombre Invisible NO es una película de terror sino una más cercana al suspenso y thriller. Aunque el mismo nombre de la cinta parezca revelar demasiado (irónicamente), el filme logra darnos algunas sorpresas dentro de su trama, aunque esto viene acompañado de un tercer acto que se extiende un poquito más de lo debido y que hace sentir a la película algo más larga de lo necesario. El filme no solo logra tocar temas difíciles sino que lo hace de forma respetuosa, y aunque “entretenida” es un calificativo que no me atrevería a usar debido a su temática, la historia logra presentarse de manera que el público quede enganchado fácilmente. Haciendo todo lo demás a un lado, El Hombre Invisible logra modernizar una historia clásica de manera interesante, dando como resultado una producción envolvente, y en lo muy personal e irrelevante, el pequeño toque de ciencia ficción le da cierto “extra” que me encanta (ya saben sobre mi amor casi incondicional a ese subgénero). No creo que sea una película revolucionaria o algo así, pero es una que definitivamente vale la pena ver.

El Hombre Invisible: 3/5. Buena.












Mejor que: El Hombre Sin Sombra (2000), La Momia (2017). De nuevo, esa última comparación se debe a lo de “modernizar” un monstruo clásico, lo cual El Hombre Invisible hace mucho, MUCHO mejor.
No tan buena como: El Hombre Invisible (1933). Ok, lo admito, puede verse anticuada en la actualidad pero creo que es buena, aunque admito que parte de esa opinión está dictada por mi snob payaso y mamón no del todo interno.


Cine Barato: Rebelión de los Godínez



Contar una buena historia es difícil, y parte de ello puede ser encontrar el formato correcto en el que se presenta. No se trata de que uno sea mejor que otro, largometraje, cortometraje, mini ficción, “sketch” o lo que sea, cada una tiene sus fortalezas y sus debilidades según como se utilicen. Esto lo digo porque Rebelión de los Godínez termina siendo una mala película, pero con el trabajo adecuado la idea podría funcionar como una serie de cortos de YouTube o algo así, no que el cambio de plataforma la convierta en algo bueno, seguiría siendo basura pero al menos sería más digerible.

En Rebelión de los Godínez veremos las aventuras de un joven que se integra al ámbito laboral. Omar (Gustavo Egelhaaf) es un chico que no quiere vivir el resto de su vida encerrado en una oficina, sin embargo la delicada salud de su abuelo (Alejandro Suárez) lo obliga a entrar a una empresa de tecnología y conseguir un trabajo de escritorio con una paga estable para poder pagar las cuentas. Omar deberá aprender a lidiar con compañeros de trabajo chismosos, jefes prepotentes y colegas perezosos si es que quiere sobrevivir a la “típica” vida de un trabajador de oficina.

La película se siente casi como una serie de sketches que comparten a los mismos personajes pero no necesariamente el mismo hilo narrativo. Cada “segmento” parece tener la única función de contar uno o dos chistes bobos, los cuales muy, MUY de vez en cuando sí resultan graciosos, pero es una estructura a la cual se le dificulta mucho contar una historia coherente.

Los segmentos suelen ser relativamente cortos, lo cual hace que el ritmo de la ya de por si débil trama se sienta muy acelerado, lo cual será bueno o malo dependiendo desde que ángulo decida mirarse. Por un lado, los “chistes” logran contarse de manera rápida y sucesiva, saltando de uno a otro de manera continua y conviniéndolos en algo al menos un poco más ameno, sin necesidad de alargar la broma demasiado (con la excepción de un chiste de lavacarros que repiten como seis veces). Por otro lado, este ritmo acelerado hace que no podamos enfocarnos en los supuestos momentos más “serios”, ya que muchos de los dilemas a los que se enfrentan los personajes se presentan muy rápidamente y que se resuelvan igualmente de manera casi instantánea, haciendo que los supuestos problema graves no lo parezcan en lo absoluto.

Las personalidades y motivaciones de los personajes parecen cambiar de escena a escena, cambios no dictados por los propios personajes sino por aquello que dicte el guion. Tomen por ejemplo al protagonista, cuyos sueños y prioridades cambian constantemente, desde ser una botarga famosa en internet, hasta ser un buen empleado e incluso formar su propia empresa, metas que no logran conectarse muy bien entre sí, por lo menos no en la forma en que se plasman entro de la cinta.

Lo sé ¿Yo hablando mal de una película mexicana? ¡Que novedad! Pero si he de jugar a ser abogado del diablo, aunque debo admitir que no disfrute en lo absoluto del filme, al menos tiene el beneficio de poder decir que no es un remake de otra película u otra asquerosa e insípida comedia romántica de las que infestan al cine mexicano comercial como si fueran un cáncer, digo, no se escapa de tener la subtrama romántica predecible e innecesaria que tanto odio por su falta de creatividad y por ser el perpetuo recordatorio de que moriré solo, pero por lo menos no es el enfoque principal de la historia. Y aquí viene la cantaleta de diario: Siempre respetaré más a una producción que intenta algo novedoso y falla, que una que no se arriesga en lo absoluto y se vuelve “pan con lo mismo”; Rebelión de los Godínez intenta ser una comedia sobre la vida de oficina, fallando tanto en la comedia como en el retrato de la vida de un “Godín”, pero al menos intenta ser original, no lo logra pero la intención vale algo por lo menos. No es lo peor que haya visto pero definitivamente no vale la pena verla.

Rebelión de los Godínez: 1/5. Mala.













Mejor que: Mirreyes vs Godínez (2019)
No tan buena como: Enredos de Oficina (1999). Que no es mexicana, pero considero es la mejor comedia “Godín” que he visto hasta ahora.