jueves, 19 de diciembre de 2019

Video-reseña: Jumanji: El Siguiente Nivel

Video-reseña: Last Christmas

Video-reseña: Entre Navajas y Secretos

Video-reseña: El Informante: Killerman


Video-reseña: Guadalupe Reyes

Cine Barato: Jumanji: El Siguiente Nivel



La versión de Jumanji del 2017 fue una de esas gratas sorpresas que demuestran que no toda secuEla y/o remake y/o “reboot” tiene que ser malo. Esa película fue mucho mejor de lo que tenía derecho a ser, por lo que no es de sorprender que más temprano que tarde tuviésemos que lidiar con una secuela, en este caso Jumanji: El Siguiente Nivel, que a pesar de perder el “factor sorpresa” de su antecesora, es capaz de brindarnos una aventura cómica bastante entretenida.

En Jumanji: El Siguiente Nivel volveremos a explorar el exótico y extraño mundo de Jumanji. Después de sobrevivir a la extraña experiencia de ser absorbidos por un vieojugo, Martha (Morgan Turner), Spencer (Alex Wolff), Bethany (Madison Iseman) y Anthony (Ser´Darius Blain) se reúnen una vez más durante sus vacaciones de invierno para recordar los buenos tiempos, sin embargo, cuando Spencer desaparece misteriosamente, el resto del grupo descubre que su amigo ha entrado una vez más al juego de Jumanji, el cual no está funcionando como lo hizo en el pasado, por lo que el grupo deberá arriesgar sus vidas una vez más al entrar al juego y rescatar a su amigo, lo cual se complicara aún más cuando, de manera accidental, el abuelo de Spencer, Eddie (Danny DeVito) y su amigo Milo (Danny Glover) también entran al peligroso mundo de Jumanji.

No sé si se deba a descuido o arrogancia por parte de la producción, pero esta secuela hace muy poco por establecer a sus personajes y sus escenarios a nuevos espectadores, asumiendo que ya todos estamos familiarizados con la cinta anterior, lo cual no estoy del todo seguro que sea el caso. Esto provoca que algunas bromas pasen completamente desapercibidas para aquellos cuyo primer encuentro con esta serie se dé mediante esta película, pero afortunadamente los lazos de continuidad no son lo suficientemente “rígidos” como para evitar que El Siguiente Nivel pueda disfrutarse por su propia cuenta.

La película tiene como objetivo principal el darnos divertidas secuencias de acción “típicas” de una historia de aventura en lugares exóticos al más puro estilo Indiana Jones, haciendo de todo lo demás algo secundario, lo cual suena mal, pero el hecho de que el filme se enfoque a una sola meta hace que la experiencia sea muy llevadera. Es cierto que los personajes son algo planos, algunas motivaciones siendo bastante débiles con tal de justificar la existencia de la débil trama, pero una vez más, la cinta no pretende ser una historia épica o un profundo análisis de sus protagonistas, es solo una serie de secuencias de acción creativas y emocionantes.

Los efectos especiales han mejorado, digo, aún sigue siendo bastante claro cuando los actores están interactuando con creaturas y escenarios creados por computadora, pero los efectos visuales sí son mejores que en el filme anterior. Las coreografías son igualmente buenas, sin embargo la forma de editarlas no son el todo de mi agrado. Muchas peleas se sienten demasiado caóticas, con la cámara muy cerca de la acción, utilizando cortes constantes que en más de una ocasión hacen difícil discernir qué está pasando en la pantalla, lo cual entiendo, muchos de estos “trucos” de edición se utilizan para disfrazar las escenas más intensas y esconder cuando un actor famoso es remplazado por su “doble de acción”, y aunque esto no demerita lo entretenido de estas secuencias, desearía que la forma de presentarlas no fuera tan errática.

Otra pequeña piedra en el zapato llega a ser el tono de la historia. El enfoque de comedia y aventura nunca se pierde, lo cual es bueno, pero la película intenta más de una vez darnos escenas más emotivas, lo cual se agradece ya que es aquí donde se le llega a dar un poco más de profundidad a los personajes, pero muchas de estas escenas quieren ser igualmente graciosas como sentimentales y terminan sin ser ninguna de las dos cosas.

Tal vez sueno demasiado duro con mis críticas, pero aun si ese es el caso eso no cambia que Jumanji: El Siguiente Nivel es muy divertida. Los actores y su juego de “teléfono descompuesto” sigue siendo muy divertido (sobretodo “La Roca” haciendo su mejor imitación de Danny DeVito), además de que cualquier excusa para ver a mi amada Karen Gillian en la pantalla grande siempre se agradece. La producción no pretende ser una aventura épica que cambie el rumbo de la historia del entretenimiento, como ya he dicho mil veces, es solo una historia sencilla de aventura, y aunque sus negras intenciones de seguir con la franquicia sean claras, si su enfoque por la aventura sigue en pie, no creo que sea algo tan malo esperar más películas de esta serie en el futuro. No creo que El Siguiente Nivel sea tan buena como su antecesora, pero es una continuación que vale la pena. Aunque suene a lo más obvio del mundo, hay que decir que si les gusto Jumanji de 2017, les puedo asegurar que también disfrutaran de esta secuela.

Jumanji: El Siguiente Nivel: 3/5. Buena.












Mejor que: Zathura (2005) Sé que no tiene nada que ver, pero ¿Podríamos ver un “reboot” de esta serie también? Aunque sé que soy de los pocos que recuerdan y que les gusta Zathura… soñar no cuesta nada.
No tan buena como: Jumanji (1995), Jumanji: En la Selva (2017).


jueves, 12 de diciembre de 2019

Cine Barato: Last Christmas



Pobre Emillia Clarke… no solo tuvo que aguantar ser parte de un final decepcionante en Game of Thones, si no que ahora parece que su destino es ser encasillada y protagonizar insípidas y estúpidas películas románticas. No me malentiendan, amo a nuestra Daynerys de la Tormenta, La que no arde, Madre de Dragones, Khaleesi de los Dothraki y del mar de hierba, Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los primeros hombres, Señora de los Siete Reinos y protectora del Reino, Princesa de Dragonstone, Reina de Meeren tanto como cualquiera, pero parece que se le esta encacillando en papeles de comedia romántica que simplemente no se le acomodan bien, un destino peor que la muerte si me preguntan. Por cierto, spoiler de aquí en adelante, porque no me importa “arruinar” este pedazo de mierda que alguien pretende pasar por película.

En Last Chirstmas veremos la comedia romántica navideña más descerebrada del año. Kate (Emillia Clarke) es una chica sin dirección en la vida que, de la nada, magia navideña supongo, comienza a ver a un tipo llamado Tom (Henry Golding) quien la ayuda a encontrarse a si misma y el amor y ese tipo de pendejadas. Al final resulta que Tom era un fantaaasma (boo) que ayuda a mejorar la vida de Kate, lo cual no estoy seguro de que funcione donde vivo, aquí a los que escuchan voces y ven a gente imaginaria nos dicen esquizofrénicos.

Los clichés comunes de las comedias románticas no son suficientes aparentemente, la producción se dedica a meter un supuesto misterio que no llega a ningún lado, nunca se explica de manera satisfactoria, y por más tierno y dulce que intente ser, no es más que una estupidez sin fundamentos que sirve como excusa para tener un final inesperado.

Emillia Clarke es pésima en el papel protagónico, aunque no es su culpa. La actriz es carismática indudablemente, y su actuación de “niña buena” solo acentúa su encanto natural, y ese es precisamente el problema, esa personalidad es casi completamente opuesta a la que se intenta pintar como personaje principal. Se supone que estamos viendo a una chica desencantada de la vida, con problemas por todos lados y al borde de una crisis existencial, pero Clarke proyecta casi la imagen opuesta. Había dos soluciones sencillas, cambiar el guion para que el personaje se adecuara más a la personalidad de la actriz o de plano buscar a otra protagonista, pero nadie hizo ninguna de esas cosas.

La trama no sabe cómo crear conflicto, de hecho, tampoco sabe cómo mover una trama de manera natural. Los personajes se aman, se odian, se aman, y así sucesivamente sin ton ni son, toda pasa “solo porque sí”, lo cual tristemente es normal en las comedias románticas, pero en ningún momento se trata de justificar estos cambios tan radicales en sus interacciones, o, mejor dicho, al final tratan de explicarse con ese absurdo y retrasado final inesperado. Lo siento, no puedo quitar el dedo del renglón. ES DEMASIADO ESTUPIDO.

Sí hay un público para este tipo de cosas, la clásica pareja melosa que quiera ver esto en el cine y quizá manosearse un poco en la oscuridad podrá disfrutar de esta película, pero lo siento, de ahí en fuera no creo que haya algo que valga la pena en Last Christmas. Llena de clichés, malas actuaciones, una historia sin sentido y ninguna clase de encanto propio, Last Christmas es una de las peores comedias románticas del año, lo único distintivo es que se disfraza con luces y pinos para fingir que es una película navideña. Tengo que darle a esta producción lo que se ha convertido en mi insulto favorito últimamente: La película es tan, TAN mala, que parece película mexicana comercial.

Last Christmas: 0/5. Ofensivamente mala.











No tan buena como: Yo Antes de Ti (2016)
Mejor que: After: Aquí Empieza Todo (2019) Que estoy casi convencido que nunca nadie podrá superar esta película en lo aburrida y estúpida que es.


Cine Barato: Entre Navajas y Secretos.



Soy el primero en quejarme de películas se limitan a repetir lo antes visto y que no intentan nada nuevo pero, para mi propia sorpresa, me he dado cuenta de que no importa el seguir una fórmula ya probada, ya que el resultado final puede ser muy bueno si es que se hace buen uso de todos los elementos de dicha fórmula, como es el caso de Entre Navajas y Secretos, una cinta con sabor a novela de misterio que, a pesar de no ser verdaderamente innovadora, sus muchos giros y encrucijadas antes, durante y después de la trama la convierten en una experiencia muy entretenida.

En Entre Navajas y Secretos veremos a una familia tratando de resolver el misterio de una muerte inesperada. La familia Thrombey es un grupo de personas adineradas de gran éxito en varios ramos, pero todos sus miembros le deben parte de su éxito al patriarca de la familia, el famoso novelista Harlan Thrombey (Christopher Plummer). Después de una concurrida fiesta de cumpleaños, Harlan es encontrado muerto en su propia habitación. Aunque todo parece indicar que el incidente se trato de un suicido, el investigador privado Benoit Blanc (Daniel Craig) es contratado para llegar a la verdad, ya que todos en la familia Thrombey son sospechosos de haber cometido un crimen en contra de Harlan.

La típica historia de una casona en medio de la nada, llena de sospechosos, todos ellos con motivos para llevar a cabo un asesinato, con todo y teorías de conspiración, planes rebuscados y casi fantástico, un detective sagas e implacable y un misterio que lentamente se va despejando, como pueden ver, no es nada fuera de lo común, pero la ejecución es lo que hace al filme tan divertido. No sé preocupen, no pienso arruinarles nada, pero lo que tengo que decir es que el misterio principal se revela a mitad de la película y no en el desenlace, lo cual suena extraño y poco apropiado, pero aun con esto la cinta sigue su marcha con más complicaciones, giros e intrigas en su trama que cautivan al espectador y nunca lo dejan ir.

El ritmo del filme es perfecto, ya que a pesar de que sí se toma su tiempo para plantearnos muchas situaciones distintas y a los muchos, MUCHOS personajes involucrados, la cinta nunca se torna lenta o aburrida, encontrando un muy buen balance entre hacer progresar la historia y al mismo tiempo darnos tiempo suficiente para poder distinguir y “digerir” todos los elementos que necesitamos para seguir el hilo argumental, el cual puede resultar un poco enredoso pero nunca se vuelve incomprensible o difícil de seguir.

El tono igualmente se balancea constantemente entre el misterio “serio” y una comedia casi caricaturesca. Siempre me quejo de como dos tonos desiguales terminan arruinando una película, pero ese no es el caso en esta película, aunque no sabría decirles el como o el por que de ello. Supongo que parte del encanto se da por las actuaciones, las cuales son buenas y creíbles en los momentos más dramáticos, pero cada actor se puede dar el lujo de sobreactuar y ser tan exagerado como le sea posible cuando la trama así se lo demanda. En un momento podemos ver a un detective descubriendo el “hilo negro” del misterio solo para que en el siguiente minuto ese mismo personaje se comporte como algún personaje de Scooby Doo, tonos muy dispares pero que se logran integrar perfectamente entre ellos.

Estoy tratando de encontrar algo malo que decir sobre la producción para poder fingir que soy imparcial, pero lo único cercano que se me ocurre es el humor, el cual si llega a ser intrusivo por momentos, pero incluso esto resulta interesante ya que esos momentos “fuera de lugar” solo hacen que el humor sea aun más gracioso y, de manera que no alcanzo a comprender, no le restan seriedad o impacto a la trama de misterio principal. Lo dije al principio, en realidad Entre Navajas y Secretos no muestra nada nuevo, pero lo que nos da es un producto final que funciona muy bien, aun con su complejidad sin nunca descartar su buen sentido del humor. Es como un reloj “común y corriente”, donde todo engrane y resorte encaja a la perfección para cumplir su función, volviéndose así algo más que la simple suma de sus partes. Si tienen la oportunidad, véanla.

Entre Navajas y Secretos: 4/5. Muy Buena.














Mejor que: Asesinato en el Expreso de Oriente (2017).
No tan buena como: Clue (1985). También conocida como Clue: El Castillo del Misterio, Siete Sospechosos o El Juego de las Sospechas

jueves, 5 de diciembre de 2019

Cine Barato: El Informante: Killerman



No toda película debe (o puede) ser una mega producción. Aunque no logren llamar tanto la atención, pienso que producciones más “modestas“ y “sencillas” tienen su lugar en el cine, y no me refiero solamente a “películas de arte”. Son estas producciones las que usualmente logran ser interesantes a pesar (o a veces a causa de) sus limitados recursos, y anqué El Informante: Killerman se presta para esto, sus asperezas evitan que se vuelva una experiencia del todo agradable.

En El Informante: Killerman veremos a un par de criminales intentando resolver problemas con su “negocio”. Skunk (Emory Cohen) y Moe (Liam Hemsworth) son un par de criminales de poca monta que trabajan para un jefe de la mafia en Nueva York. Al ver una oportunidad de ganar su “independencia” mediante un negocio de drogas, Skunk y Moe emprenden el trabajo por su cuenta, sin saber que lo que en un principio era una intervención “de rutina” se convertirá en una peligrosa odisea en la que arriesgaran sus vidas.

Esto tiene que ver directamente con la película pero al mismo tiempo no es culpa de la propia producción, pero lo siento, es una espina en mi costado que debo de sacar… He visto pésimos trailers que revelan toda la historia de sus respectivas películas, arruinando así muchos de sus giros y sorpresas, pero creo que con El Informante: Killerman, es la primera vez que veo una película que arruina su propio desenlace mediante una pésima traducción de su título. Es como si a El Sexto Sentido la hubiesen traducido como “Bruce Willis está Muerto Desde el Principio”… spoilers para El Sexto Segundo por cierto… perdón por eso.

La producción es bastante engañosa, ya que se vende a sí misma como una película de acción, y aunque si cuenta con algunas secuencias de persecución y balaceras, difícilmente son el punto fuerte de la película. El filme es un thriller más sobrio, mucho más interesado por el drama que por la acción, lo cual no es malo, el problema es que su forma de generar tensión, aunque efectiva, después de un rato se convierte en algo exasperante. El ritmo de la trama es muy lento, y aunque el “salto” de punto a punto en la narrativa es bueno, el camino constantemente se ve interrumpido por escenas que no aportan nada a la historia principal, secuencias que además de innecesarias se extienden mucho más de lo necesario. Entiendo que esto se haga para generar expectación en el público, pero se abusa tanto de este recurso que al final se termina cambiando la emoción por hastío.

La edición hace un buen trabajo en “ocultar” lo limitado de los recursos de la cinta, usando cortes sencillos pero efectivos en sus secuencias de acción, pero lamentablemente esto también cuenta con algunos problemas. Esto, debo aceptar, es mero gusto personal, pero el manejo de la cámara simplemente no es de mi agrado, con casi todas las tomas moviéndose erráticamente, efecto que tiene como propósito inyectar algo de realismo, dando le una vista casi de “documental” al filme, pero francamente este estilo no me gusta y casi siempre solo me deja con un dolor de cabez.

Las actuaciones son buenas a secas. Lo “triste” (por llamarlo de alguna manera) es que, aunque Liam Hemsworth hace un buen trabajo con su personaje, lo siento, su parecido con su hermano Chris es muy grande, por lo que casi siempre que está en pantalla no puedo evitar pensar que estoy viendo al hermano menor de Thor.

No creo que El Informante sea mala, pero su ritmo lento y escenas “de relleno” la vuelven un tanto larga y aburrida por momentos. Creo que si hubiese otra versión de este filme, uno con unos veinte o treinta minutos menos, tendríamos una experiencia mucho más redonda, eso y si la traducción del título no fuese un grandísimo spoiler. El Informante: Killerman será del gusto de aquellos que gustan de historias sobre crimen, pero no puedo recomendarla del todo debido a sus leves pero constantes tropiezos.

El Informante: Killerman: 2/5. Meh.














Cine Barato: Guadalupe Reyes



Es triste pensar que las pellicas decentes del cine mexicano comercial sean la excepción en lugar de la regla, por lo que aun cuando un producción mexicana no sea precisamente innovadora u original, el simple hecho de no me cause un aneurisma cerebral ya es ganancia, como fue el caso de Guadalupe Reyes, una comedia que dista de ser sobresaliente pero cuenta con suficiente cálida como para no considerarse como un crimen contra la humanidad, como usualmente suele suceder con las comedias mexicanas.

En Guadalupe Reyes veremos a un par de amigos en un maratón de fiestas. Han pasado varios años desde que Hugo (Juan Pablo Medina) y Luis (Martín Altomaro) se perdieran la pista y cada quien tomase un rumbo diferente en sus vidas, sin embargo, cuando ambos comienzan a sentirse nostálgicos por su vieja amistad, Luis y Hugo se reúnen una vez más para celebrar el maratón “Guadalupe Reyes”, 26 días de fiesta continuos que les harán recordar las cosas verdaderamente importantes en la vida.

La historia del filme es demasiado sencilla, y todos los giros y “sorpresas” de la trama se ven venir a kilómetros de distancia, sin embargo, hay varios factores que evitan que el filme se vuelva del todo monótono. Los protagonistas tienen muy buena química, y aunque sus personajes sean casi completos opuestos uno del otro, sus interacciones son muy creíbles, haciéndonos creer que verdaderamente estamos viendo a os grandes amigos reencontrarse después de muchos años.

Los personajes recorren un arco argumental bastante perecible, de esos que ya sabes cómo va a terminar desde que comienza, pero al menos, y otra vez es triste que esto sea la excepción y no la regla, al menos los protagonistas tienen verdadero crecimiento, y aunque de vez en cuando si nos topamos con soluciones demasiado “convenientes” a algunos de los problemas a los que se enfrentan. Por lo menos los personajes sí deben enfrentarse a las consecuencias de sus actor y aprender de sus errores, lo cual suena a lo más básico y coherente dentro de una historia, pero casi ninguna “comedia” mexicana puede ejecutar algo tan sencillo.

El humor se balancea entre chistes bobos y otros “subidos de tono” sin llegar a ninguno de los dos extremos. Los chistes más “sencillos” no caen en ser infantiles o estúpidos, mientras que los relacionados con situaciones más “adultas” pretenden ser graciosos por su propia cuenta sin caer en la vulgaridad o el intentar ser ofensivos solo porque sí. Ya saben que soy un amargado, por lo que no se sorprenderán cuando les diga que el humor no me pareció graciosos, pero por lo menos tampoco me provoco pena ajena. Algo es algo, ¿No?

Para bien o para mal no hay mucho que decir sobre Guadalupe Reyes. La cinta es muy sencilla con su estructura, trama, ritmo y personajes, ninguno de estos elementos siendo sobresaliente, pero tampoco cayendo en torpeza o valemadrismo. Creo que la mejor manera de describir la película es decir que es “competente”, y lo que sí tengo que aplaudirle es que NO es otra estúpida comedia romántica ni otro remake torpe y sin gracia, las dos enfermedades más graves que afectan al cine mexicano comercial en la actualidad. Guadalupe Reyes no es una joya, pero podrá hacer pasar un buen rato a más de uno.

Guadalupe Reyes: 2/5. Meh.














Mejor que: Mirreyes vs Godínez (2019), Placa de Acero (2019), Un Papá Pirata (2019), La Boda de la Abuela (2019), Dulce Familia (2019), No Manches Frida 2 (2019).
No tan buena como: Una Noche en el Fin del Mundo (2013). La comparación más injusta que he hecho en un buen tiempo, pero al tener algunas temáticas similares no pude dejar de pensar en esta película.


jueves, 28 de noviembre de 2019

Video-reseña: Jugando con Fuego

Video-reseña: Frozen 2

Video-reseña: Midway: Batalla en el Pacífico

Video-reseña: Contra lo Imposible

Video-reseña: Placa de Acero

Video-reseña: Polvo


Cine Barato: Jugando con Fuego



No toda película está hecha para todo tipo de público y la causa no siempre se limita a un gusto personal. Algunas producciones tienen a un único público objetivo y es a ese tipo de espectador al que se pretende entretener y a nadie más. Todo esto no es más que mi forma de intentar aminorar el golpe cuando diga que, a pesar de que Jugando con Fuego sea una película bastante mala, creo que podría entretener a un público infantil de muy corta edad, digo, no creo que la forma de hacerlo sea buena, pero logra su cometido.

En Jugando con Fuego veremos a un grupo de rescatistas cuidando a unos traviesos niños. Jake Carson (John Cena) está a cargo de una estación de bomberos en California, siendo uno de los mejores en su trabajo gracias a su disciplina y seriedad. Tras rescatar a de un incendio a Brynn (Brianna Hildebrand), Will (Christian Convery) y Zoey (Fonley Rose), Jake y su grupo de rescatistas deberán cuidar a los tres niños hasta que sus padres vayan a recogerlos a la estación, lo cual pondrá de cabeza toda la vida de estos bomberos.

El único ángulo “original” del filme es hacer que el protagonista sea un bombero, de ahí en más TODO elemento del filme ya se ha visto antes en un sinfín de películas similares. La rutina del macho Alpha, rudo y macho cuyo corazón es alcanzado por un grupo de tiernos niños ya se ha visto antes, como en Un Detective en el Kínder (1990), Una Niñera a Prueba de Balas (2005) o Hada por Accidente (2010), todas ellas ejecutando esta fórmula de mejor manera.

El humor es muy simplón. 50 % es personas cayendo al suelo, 35% pedos y mierda, 10% malentendidos de comedia romántica y 5% cualquier otro tipo de “chiste”. No estoy seguro de si se está tratando de ser gracioso o solo es otra forma de vender producto, pero la película tiene una fuerte fijación por “Mi Pequeño Pony”, lo cual indirectamente hace que la cinta se convierta en OTRO comercial de juguetes.

El casting es un desastre y no solo por las malas actuaciones. A pesar de que John Cena quiera hacer el papel de hombre rudo, tiene un aire demasiado bonachón, digo, eso no cambia el hecho de que probablemente podría romperme todos los huesos del cuerpo usando solo su dedo meñique, pero su personalidad no encaja con el de su personaje. Los niños tienen el mismo problema, en una escena actuando como bebes que apenas y pueden hablar, en otras como si tuvieran daño cerebral y en otras lo suficientemente maduros y razonables como para dar consejos de vida a un motón de adultos. La inconsistencia resulta más confusa que graciosa.

Lo único que puedo decir a favor de Jugando con Fuego es que no me aburrió, no me divirtió tampoco pero por lo menos no me hizo dormir. El humor es demasiado simple, las actuaciones malas y la trama dolorosamente predecible. Como dije al principio, solo niños muy pequeños podrían disfrutar esta cinta, y aun así, creo que hay muchas otras opciones mejores.

Jugando con Fuego: 1/5. Mala.













Mejor que: Parque Mágico (2019)
No tan buena como: Dora y la Ciudad Perdida (2019)

martes, 26 de noviembre de 2019

Cine Barato: Frozen 2



¿Alguien más está un poco espantado por el monopolio de entretenimiento en el que se está convirtiendo El Malvado Imperio Galáctico Disney? No solo porque se siente como que eventualmente todo el mundo terminara siendo empleado de Mickey Mouse (excepto yo. Sé que la compañía no haría nada por contratarme porque no valgo ni una escupida), sino porque esto ha hecho que la empresa se vuelva floja y muy poco creativa con sus producciones. Como si su constante regurgitación de películas clásicas en “Live Action” no fuesen suficientes, también tenemos que liderar con secuelas innecesarias que, tristemente, lo único que necesitan es tener un nombre reconocible y con eso tendrán el éxito asegurado en taquilla, como es el caso de Frozen 2, que a pesar de contar con muy buena animación, tiene una historia muy forzada que en más de una ocasión no tiene ningún sentido.

En Frozen 2 nos volveremos a encontrar a Elsa y Anna. El reino de Arendelle vive una nueva era de prosperidad bajo el mando de la reina Elsa y su hermana Anna. Cuando una serie de desastres naturales comienzan a afectar al reino, Elsa, Anna y el resto de sus amigos, se embarcaran en una aventura para descubrir su misteriosa la causa, algo que también podría revelar el origen de los poderes mágicos de Elsa.

Pueden odiarla o amárala, pero hay que reconocer que el impacto de la original Frozen ha dejado huella en el mundo de las películas infantiles (y en las carteras de todos los padres con hijas pequeñas, especialmente cuando se acerca navidad), siendo una “clásico contemporáneo”, un cuento de hadas que se siente más “moderno” (por llamarlo de alguna manera) sin que esto le quite la magia e inocencia infantil, en otras palabras, es (o era) un concepto bastante refrescante, mientras que su secuela es TODO menos novedoso.

En lugar de seguir con el crecimiento de sus personajes, Frozen 2 parece querer olvidar las lecciones aprendidas en la película anterior y decide que sus protagonistas hagan el mismo crecimiento que ya han tenido antes. Vemos a Elsa explorando su propia identidad queriendo descubrir su verdadero ser… otra vez… Anna queriendo desesperadamente ayudar a su hermana y fortalecer sus lazos familiares y de amistad entre ambas… otra vez… tenemos a Kristoff que solo está ahí, sin aportar prácticamente nada a la historia. Curiosa o tristemente, dependiendo de cómo lo quieran ver, el único personaje que parece continuar con un desarrollo más creíble es Olaf, quien sin perder su optimismo ante la vida está pasando por una crisis existencial propia, lo cual es bastante gracioso, o quizá solo es idea mía y mi propio nihilismo lo que estoy proyectando.

Los momentos más destacables resultan los números musicales, los cuales son bastante agradables pero no creo que ninguno de ellos sea tan pegajoso como la música de la cinta anterior, aunque eso sí, intenta duplicar el éxito de “Libre soy” no una, sino dos veces con dos números musicales muy parecidos tanto en tono como en composición visual, lo cual es muy agradable a la vista gracias a la excelente animación, pero mi mente de adulto amargado  no puede dejar de pensar que estas escenas solo quieren reproducir el éxito ya antes obtenido, no aportar nada verdaderamente nuevo o interesante.

No sé cómo decirlo exactamente, pero la producción se siente un tanto arrogante, ya que da por hecho que todo el mundo conoce a sus personajes, digo, probablemente tiene razón, pero eso hace que no se dé tiempo a presentarnos a sus protagonistas, asumiendo que ya conocemos sus personalidades y la forma usual de interactuar entre  ellos. Curiosamente esto termina siendo una paradoja ya que, aunque los personajes no se presentan adecuadamente, haciendo casi mandatorio el ver la primera cinta para entender quién es quién, la historia misma de Frozen 2 se conecta de manera tan torpe y forzada con su antecesora que bien podría tener a protagonistas totalmente distintos y la trama no sufriría ningún cambio significativo.

Lo entiendo, no importa que tanto nos quiera convencer El Malvado Imperio Galáctico Disney de que quiere darnos momentos familiares entrañables, su verdadero objetivo es hacer dinero, así funciona el mundo del capitalismo nos guste o no, pero antes podía decir que al menos había algo de integridad y valor artístico detrás de sus producciones, por lo menos en la Frozen original lo había, pero esta secuela se siente como un descarado comercial de juguetes, con una estereotípica trama de fantasía cuyo objetivo es recordarnos que estos personajes existen y, una vez más, vendernos toneladas y toneladas de juguetes y mercancía relacionada con la cinta. Es como si, mientras que los niños se están divirtiendo al ver a sus personajes favoritos en la pantalla grande una vez más, la producción viera directamente a los ojos de sus padres para decirles: “No olviden tener el dinero listo para comprarle esta nueva muñeca de Elsa a sus hijas. Es el mismo molde de antes pero con un vestido y cabello son diferentes”. No, no disfrute de Frozen 2. Tal vez estoy proyectando mi propi cinismo, pero no creo que este ni cerca de lo novedosa o entretenida que fue la película original, sin embargo al menos puedo decir que la animación es excelente y sí, en ese aspecto supera a la original, es la historia y sus personajes los que se quedan cortos, lo que tristemente no va a importar en nada ya que todo niño pequeño llevará a rastras a sus padres a ver esta película al cine, si es que no lo han hecho ya más de una vez. Frozen 2 tiene sus momentos entretenidos y les aseguro que tanto niños como adultos podrán disfrutarla sin muchos problemas, pero en lo personal la falta de consistencia en la trama me deja con un muy mal sabor de boca.

Frozen 2: 2/5. Meh. (La verdad es que le estoy dando un punto de más en un lastimero intento de que una chusma iracunda de niños rata no me linche por decir que su comercial de juguetes favorito es una mala película).














Mejor que: Wifi Ralph (2018) (hablando de secuelas innecesarias)
No tan buna como: Frozen (2013), Frozen: Fiebre Congelada (2015), Olaf: Otra Aventura Congelada (2017), Moana (2016).

domingo, 24 de noviembre de 2019

Cine Barato: Midway: Batalla en el Pacifico



La abundancia de películas sobre la Segunda Guerra Mundial es algo que nunca va a cambiar, después de todo es el acontecimiento más importante en la historia reciente que ha forjado el mundo a lo que es hoy. No solo esta repleta de batallas y personajes fascinantes, si no que, con el tiempo y perspectiva, nos podemos dar el lujo de ver un mismo acontecimiento desde varios puntos de vista como en el caso de Midway: Batalla en el Pacifico, que nos muestra una de las batallas navales más importantes de la historia, agregándole una estética de “película de acción” que la vuelve más entretenida.

En Midway: Batalla en el Pacifico veremos la dramatización de una serie de batallas de la Segunda Guerra Mundial. Después del ataque a Pearl Harbor por parte de fuerzas japonesas, Estados Unidos entra en el conflicto armado. Mediante una serie de batallas navales y varias operaciones de espionaje y contraespionaje, Estados Unidos descubre que el ejercito Japones planea atacar la base militar en Midway, punto clave para las fuerzas aliadas. Preparándose para una cruenta batalla, ambos bandos se preparan para lo que será una batalla decisiva que bien podría definir el curso del resto de la guerra.

La película retrata varios acontecimientos importantes antes, durante y después de la batalla de Midway, y aunque hace un buen trabajo al hacerlo, muchos detalles parecen tratarse un poco a la ligera. No me malentiendan, el filme nos da todos los datos que necesitamos para comprender la importancia y peso de cada decisión dentro del conflicto, pero al querer abarcar tanto como le sea posible, muchos datos se tocan de manera muy superficial, lo cual ayuda a que el ritmo de la trama nunca se detenga, pero en más de una ocasión los datos se sienten saturados, como las notas simplificadas de un libro de historia, lo cual es entendible, esto es una dramatización, no un documental, si embargo pienso que el filme llega a abarcar más de lo que debería.

Podemos ver los acontecimientos desde muchos puntos de vista, desde generales hasta mecánicos y pilotos de los vehículos de guerra, lo cual ayuda a dar variedad a la narrativa, pero una vez más, al querer abarcar tantas líneas argumentales, muchas de ellas se sienten demasiado apresuradas. Quizá la excepción a esto es la historia del teniente Richard Best, piloto que se nos pinta casi casi como el clásico héroe de acción valeroso e intrépido, algo que quizá sea romantizar a la verdadera figura histórica, pero al menos no demerita en lo absoluto sus hazañas, además de darle al público una historia fácil de seguir con un protagonista carismático.

Los efectos especiales ayudan a crear batallas emocionantes pero todas ellas tienen más o menos los mismos problemas. Los modelos por computadora no son precisamente malos, pero cada que vemos una intensa batalla aérea parece como si estuviésemos viendo a alguien jugando un videojuego, no a verdaderas batallas históricas. Esto se acentúa aún más con el trabajo de “green screen” el cual es bastante malo, haciendo muy evidente cuando los actores tienen de fondo una imagen hecha por computadora y no algo más tangible. Es cierto que la forma de acentuar los efectos visuales ayuda a darnos secuencias mucho más interesantes, pero al mismo tiempo terminan rompiendo con el realismo que el resto del filme está tratando de alcanzar.

Midway: Batalla en el Pacifico logra su cometido de ser un drama histórico con tintes de acción, y aunque hace un buen trabajo al contarnos su historia no creo que tenga un ángulo verdaderamente único que la haga distinguir de otras tantas películas de guerra. Al querer contarnos tantas tramas a la vez, todas ellas fuertemente entrelazadas, muchos hilos narrativos se sienten incompletos o, en el mejor de los casos, llegan a un desenlace que se siente bastante anticlimático. Admiro la convicción de la producción por darnos tantos detalles como puede, pero esto le da un aire muy “genérico” a la cinta, no que esto se algo malo, pero pienso que si se hubiese enfocado en solo unos cuantos eventos y personajes, la cinta seria más memorable. Si son aficionados a las películas sobre la Segunda Guerra Mundial, Midway: Batalla por el Pacifico es una buena opción, pero francamente no creo que se quede en la mente del espectador por mucho tiempo.

Midway: Batalla por el Pacifico: 2/5. Meh.














Mejor que: Pearl Harbor (2001).
No tan buena como: Dunkerque (2017).


jueves, 21 de noviembre de 2019

Cine Barato: Contra lo Imposible



Una prueba infalible para valorar la calidad de una película es que esta se capaz de atrapar por completo tu atención, lo cual es mucho más fácil decir que hacer. Obviamente nos inclinamos hacia las producciones que nos resultan familiares, ya sea un género, un actor, director o algún otro elemento con el que estemos familiarizados, pero una buena película es capaz de atraparte aun cuando en un principio no tengas ningún interés en la misma, eso es lo que me paso a mí con Contra lo Imposible, que al tratarse de un “drama histórico” sobre automovilismo, tema del que no tengo mucho interés que digamos, logra darnos una cinta verdaderamente cautivadora en más de un sentido.

En Contra lo Imposible veremos la historia de un grupo de personas unidas por su pasión por el automovilismo. Después de una negociación que no llegó a buen término, la rivalidad entre las empresas automovilísticas Ford y Ferrari aumenta, no solo en el ámbito comercial si no hasta de manera personal para los dueños de ambas empresas, Henry Ford II (Tracy Letts) y Enzo Ferrari (Remo Girone). Para demostrar que es capaz de ganarle a su rival en su propio juego, Ford reunirá un grupo de ingenieros, diseñadores, mecánicos y pilotos con el objetivo de crear un auto capaz de vencer a Ferrari. Liderados por Carroll Shelby (Maatt Damon) y Ken Miles (Christian Bale), todo el equipo pondrá a prueba no solo sus capacidades si no las de sus propias maquinas.

Aunque el filme si utiliza muchas de las convenciones ya muy vistas de películas deportivas, la cinta es mucho más que una historia de “carreritas” o el típico cuento de “blanca nieves” donde un “desconocido” logra la gloria mediante un triunfo deportivo inimaginable, esto gracias al guion y al reparto. Lo más interesante del filme son sus personajes y las diferentes interacciones entre todos ellos, haciendo que cada participante pueda desenvolverse en más de una sola faceta, como por ejemplo el personaje de Ken Miles, que debe balancear su vida familiar con la laboral, sus propios sueños y esperanzas, además de no descuidar su faceta de padre amoroso, todo ello dándonos un personaje bastante completo, cierto, esto debe ser un poco más “fácil” debido a que estamos viendo la dramatización de eventos reales, pero el hecho de que se puedan manejar tantas facetas a la vez sin que ninguna de ella se sienta fuera de lugar es algo sobresaliente. Y solo estoy daño el ejemplo del personaje interpretado por Christian Bale, pero a la verdad es que todo el reparto logra inyectar esa misma esencia multifacética a todos los personajes.

El filme no evita mostrar su favoritismo por cierta versión de la historia, por lo que no es demasiado sorprendente ver a una producción estadounidense mostrar a Ford como el protagonista y Ferrari, una empresa “extranjera” como los antagonistas, pero por suerte esto no se pinta como un simple “buenos contra malos”. A pesar de que muchos personajes y sus historias se ven entrelazadas gracias al factor común del automovilismo, todos ellos no dejan de tener ideales y motivaciones propias, los cual los hace chocar entre ellos aun cuando, técnicamente, todos sean parte de un mismo equipo. Aquí no hay verdaderos “malos” ni “buenos”, solo personas con diferentes puntos de vista.

Las escenas de carreras, debatiblemente el platillo principal de la cinta, logran ser tanto entretenías como emotivas. El filme podría mostrarnos solo un montón de carreras una tras otras, pero en lugar de ello se toma su tiempo para mostrarnos lo que está en juego, de dejaros ver la verdadera pasión detrás del deporte, lo cual lleva su tiempo pero la espera definitivamente vale la pena, haciendo que al final algo tan “sencillo” como hacer un cambio de velocidades sea una experiencia muy emocionante.

Quede fascinado con Contra lo Imposible, aunque no estoy seguro si esto se debe a mi propio desconocimiento sobre automovilismo, pero quiero imaginar que si tuviera siquiera la más mínima noción sobre el tema amaría aún más esta película. Puede que no sepa de autos, carreras europeas o ingeniería, pero el filme logra retratar la pasión que hay detrás de todo este mundo, y aunque esto no me convierta en un aficionado de este deporte, por lo menos me hace comprender más a aquellos que comparten ese entusiasmo. Para fingir imparcialidad creo que debo señalar algo “malo” dentro del filme, y eso sería que es bastante largo, pero francamente incluso eso es una crítica sin fundamento ya que cada escena resulta importante para toda la trama, todo se une de manera casi perfecta para mantener las cosas en marcha, cual motor bien ajustado… perdón por la analogía nada original, no podía evitarlo. Si tienen la oportunidad vean contra lo Imposible, y aunque no creo que sea del todo necesario para disfrutar de su historia, véanla en la pantalla grande para apreciar por completo esas secuencias de carreras, solo por ello ya vale la pena ir al cine.

Contra lo Imposible: 4/5. Muy buena.














martes, 19 de noviembre de 2019

Cine Barato: Placa de Acero



No sé a qué se deba, tal vez es cansancio, tal vez ya se me acabaron las palabras, tal vez me doy cuenta de que en realidad a nadie le importa, el punto es que cada vez me es más difícil expresar los comos y los porqués de lo malo que, en mi opinión, tiende a ser el cine mexicano comercial. Tomen por ejemplo Placa de Acero, una producción que intenta ser un híbrido entre comedia y acción que fracasa en el intento, pero en esta ocasión dicho fracaso no me provoca la rabia usual, desilusión o tristeza, así que me voy por la vía fácil a repetir lo que he dicho muchas veces antes: No es la peor que haya visto en mi vida, pero eso no significa que sea buena. Ni de cerca.

En Placa de Acero veremos las desventuras de un grupo de policías. Roberto Recto (Alfonso Dosal) es un elemento modelo recién salido de la academia de policía dispuesto a servir a su comunidad. Durante sus primeros días en su nuevo trabajo como agente de la ley, Roberto es asignado a patrullar junto con el oficial Vázquez (Adrián Vázquez), un policía corrupto, flojo y sínico, es decir, la imagen opuesta del propio Roberto. Aun con sus diferencias, los policías tendrán que aprender a trabajar juntos para atrapar a una banda de narcotraficantes que está distribuyendo una nueva y peligrosa droga por toda a la ciudad.

La película está cimentada en tantos clichés como es humanamente posible, siendo la típica historia policiaca de “pareja dispareja” y aunque sus intentos de humor tratan de disfrazar lo predecible de su trama, en ocasiones lo único que logran es acentuarla. Lo que debo reconocer es que, por lo menos, el humor no se siente tan forzado, digo, eso no lo hace gracioso, pero los personajes no se sienten como que estén buscando “hacerse los chistositos”, no todo el tiempo al menos, aunque eso sí, yo no soy de aquellos que piensan que escuchar decir “pendejo”. “me la pelas”, “baboso” y otras tantas frases similares sean equivalente a contar un chiste, algo que la producción sí cree y por ello abusa de ese recurso.

Otro problema que se arrastra casi desde el principio es que se trata de mantener un poco de seriedad en la trama, pero esto hace que muchas escenas que se intentan tomar como dramáticas y emocionantes solo terminen convirtiéndose en comedia involuntaria. El desenlace quiere simular el clímax de una película de acción “seria”, con los personajes peleando a mano limpia y dialogando entre ellos como si fuesen dos caricaturas, lo cual podría ser graciosos de no ser porque la producción pretende que se tome la secuencia con toda seriedad. En este caso pienso que el querer mantener un tono serio fue un desperdicio ya que, al estar basándose en formulas ya establecidas, esta pudo ser una buena oportunidad para parodiar dichas convenciones, lo cual tampoco es precisamente original pero ayudaría a balancear un poco lo desigual que se siente su uso de la comedia y la acción.

Como es de esperarse (tristemente), el guion está lleno de agujeros argumentales, muchos de los cuales pretende justificar mediante comedia, pero eso termina siendo una pobre excusa para un guion que se siente bastante flojo por momentos. Los personajes siempre llegan en el momento preciso para escuchar a “los malos” monologando sobre sus planes malvados, o comportándose de manera totalmente irracional con tal de tratar de contar un chiste, como cuando por ninguna razón más que provocar un poco de comedia física barata, los policías llevan esposado a un informante directamente a un escondite de narcotraficantes, no porque o necesiten, no porque tenga información relevante, sino solamente para tener a alguien con quien tropezar y caer al suelo repetidamente. Sé que muchos consideran que una comedia no debería de estar tan comprometida con ser verosímil, y tienen razón, pero para que esto funcione el tono debe ser una constante, no cambiar de comedia a “seriedad” sin ton ni son.

Ya no sé qué decir. Puedo apreciar el intento de darnos una comedia que vaya más allá del chiste ”de pastelazo” o “albur barato”, es más, aquí entre nos hasta estoy agradecido de que la producción no sea otra insípida comedia romántica, pero el producto final deja mucho que desear. No sé si el guion originalmente era una historia policiaca de verdad y solo hasta después se le inyectaron los elementos cómicos o si era una comedia que quiso tener una trama más seria, el punto es que la combinación no funciona, por lo menos no en la forma en que la presenta Placa de Acero. La película se queda a unos cuantos pasos de llegar a esa mítica zona de ser “tan mala que es buena”, pero se queda a medio camino, es decir, simplemente es mala. No dudo que puea entretener a más de uno, pero francamente no creo que valga el boleto de entrada, a lo mucho verla cuando la den por televisión abierta y no haya otra cosa mejor que hacer.

Placa de Acero: 1/5. Mala.













Cine Barato: Polvo



Sé lo que van a decir: “ni cuando le dan gusto este mamón está satisfecho”. Esto lo digo porque Polvo tiene todo lo que busco en una película de cine mexicano comercial: Buenas actuaciones, una historia interesante, toques de humor negro y una visión más “artística” sin llegar a sentirse pretenciosa… y aun con todo eso, Polvo es extraordinariamente aburrida, lo cual, quiero creer, tiene una buena razón de ser, pero eso no cambia lo monótona que resulta.

En Polvo veremos a un hombre regresar a su pequeño pueblo natal para terminar un trabajo relacionado con el narcotráfico. Después de que un cargamento de cocaína cayera en el remoto y pequeño pueblo de San Ignacio, “El Chato” (José María Yazpik) es encomendado por su jefe a recuperar el cargamento, lo cual se le facilitaría ya que “El Chato” conoce muy bien la zona y a sus habitantes, ya que él es originario del pueblo. “El Chato” no solo tendrá que lidiar con dolorosos encuentros de su pasado sino que la tarea también lo hace enfrentarse a las consecuencias de sus propias acciones, futuras y pasadas.

La historia de la película puede sonar una muy gastada, el típico cuento de los males del narcotráfico, y aunque esto es verdad, el ángulo que toma es muy distinto al acostumbrado. No hay glorificación del narco, balaceras emocionantes o persecuciones extravagantes porque esa no es la historia que el filme quiere contar, en su lugar vemos los efectos secundarios aún menos glamorosos, la persecución del dinero que orilla a una población a dejar de lado la educación, el deporte y hasta la familia con tal de perseguir el bien monetario, el cual al final ni siquiera sirve para mejorar la calidad de vida de las personas sino a la creación de “nuevos ricos”, cuya idea de estabilidad económica y opulencia se limita a vestir de traje todos los días y a tomar cerveza en copa.

El ritmo de la trama es muy lento y repetitivo, en ocasiones teniendo muchas escenas en las que aparentemente nada sucede, pero esto es intencional (creo), ya que esa misma monotonía y repetición es la que se podría esperar de un pequeño pueblo en medio de la nada con poco más de 300 habitantes, dándole al filme un aire de realismo difícil de explicar. Y ya que hablamos de realismo, este también se ve reflejado en la actuación. Puede sonar demasiado obvio, pero todos los actores se sienten como verdaderas personas, no caricaturas exageradas de ellas, con diálogos llenos de pausas, muletillas y modismos que hacen sentir cada conversación como un intercambio verbal genuino y no como algo salido de un libreto rebuscado y melodramático.

El nivel técnico también está muy bien cuidado, con fotografía y cinematografía que logra retratar de manera muy agradable y convincente la monotonía diaria de un pueblo pequeño, con paisajes “mundanos” que no son tan bellos como para adornar una postal, pero que no carecen de belleza propia a su manera.

Sé que no tiene ningún sentido lo que voy a decir, pero el “problema” de Polvo es que hace un trabajo demasiado bueno al recrear una atmosfera repetitiva y monótona, lo cual le inyecta a la producción una dosis de realismo difícil de superar, pero eso no equivale a tener una experiencia entretenida, lo cual está bien, ya he dicho antes que reducir al cine a un metro divertimento es menospreciar todas las capacidades del medio, pero esto evitara que muchos puedan encontrarle valor al filme. Este no es un caso de “si no te gusta es porque no le entiendes”, ya que parte de su objetivo es retratar la vida cotidiana sin adornos o exageraciones; los que saben dirán que es una “comedia costumbrista”, pero yo no lo hare porque yo no soy de los que saben. Las pequeñas muestras de humor hacen la experiencia más llevadera, pero estas se convierten también en algo repetitivo y demasiado esporádico, y aunque se venda así misma como una “comedia”, el filme definitivamente no lo es. Me alegro de haber visto Polvo por el simple hecho de que es algo verdaderamente diferente a lo que llega usualmente a cartelera por parte del cine mexicano comercial, por ser una propuesta con verdadero valor artístico, pero francamente no creo que el público general pueda apreciarla, y no es cuestión de elitismo o intelectualismo barato, es porque la cinta, por diseño, es aburrida, y no creo que muchos quieran ir al cine sabiendo que se van a aburrir. Véanla si quieren experimentar algo diferente, solo tengan en mente que la dicha experiencia podría no ser agradable.

Polvo: 2/5. Meh.