jueves, 5 de diciembre de 2019

Cine Barato: Guadalupe Reyes



Es triste pensar que las pellicas decentes del cine mexicano comercial sean la excepción en lugar de la regla, por lo que aun cuando un producción mexicana no sea precisamente innovadora u original, el simple hecho de no me cause un aneurisma cerebral ya es ganancia, como fue el caso de Guadalupe Reyes, una comedia que dista de ser sobresaliente pero cuenta con suficiente cálida como para no considerarse como un crimen contra la humanidad, como usualmente suele suceder con las comedias mexicanas.

En Guadalupe Reyes veremos a un par de amigos en un maratón de fiestas. Han pasado varios años desde que Hugo (Juan Pablo Medina) y Luis (Martín Altomaro) se perdieran la pista y cada quien tomase un rumbo diferente en sus vidas, sin embargo, cuando ambos comienzan a sentirse nostálgicos por su vieja amistad, Luis y Hugo se reúnen una vez más para celebrar el maratón “Guadalupe Reyes”, 26 días de fiesta continuos que les harán recordar las cosas verdaderamente importantes en la vida.

La historia del filme es demasiado sencilla, y todos los giros y “sorpresas” de la trama se ven venir a kilómetros de distancia, sin embargo, hay varios factores que evitan que el filme se vuelva del todo monótono. Los protagonistas tienen muy buena química, y aunque sus personajes sean casi completos opuestos uno del otro, sus interacciones son muy creíbles, haciéndonos creer que verdaderamente estamos viendo a os grandes amigos reencontrarse después de muchos años.

Los personajes recorren un arco argumental bastante perecible, de esos que ya sabes cómo va a terminar desde que comienza, pero al menos, y otra vez es triste que esto sea la excepción y no la regla, al menos los protagonistas tienen verdadero crecimiento, y aunque de vez en cuando si nos topamos con soluciones demasiado “convenientes” a algunos de los problemas a los que se enfrentan. Por lo menos los personajes sí deben enfrentarse a las consecuencias de sus actor y aprender de sus errores, lo cual suena a lo más básico y coherente dentro de una historia, pero casi ninguna “comedia” mexicana puede ejecutar algo tan sencillo.

El humor se balancea entre chistes bobos y otros “subidos de tono” sin llegar a ninguno de los dos extremos. Los chistes más “sencillos” no caen en ser infantiles o estúpidos, mientras que los relacionados con situaciones más “adultas” pretenden ser graciosos por su propia cuenta sin caer en la vulgaridad o el intentar ser ofensivos solo porque sí. Ya saben que soy un amargado, por lo que no se sorprenderán cuando les diga que el humor no me pareció graciosos, pero por lo menos tampoco me provoco pena ajena. Algo es algo, ¿No?

Para bien o para mal no hay mucho que decir sobre Guadalupe Reyes. La cinta es muy sencilla con su estructura, trama, ritmo y personajes, ninguno de estos elementos siendo sobresaliente, pero tampoco cayendo en torpeza o valemadrismo. Creo que la mejor manera de describir la película es decir que es “competente”, y lo que sí tengo que aplaudirle es que NO es otra estúpida comedia romántica ni otro remake torpe y sin gracia, las dos enfermedades más graves que afectan al cine mexicano comercial en la actualidad. Guadalupe Reyes no es una joya, pero podrá hacer pasar un buen rato a más de uno.

Guadalupe Reyes: 2/5. Meh.














Mejor que: Mirreyes vs Godínez (2019), Placa de Acero (2019), Un Papá Pirata (2019), La Boda de la Abuela (2019), Dulce Familia (2019), No Manches Frida 2 (2019).
No tan buena como: Una Noche en el Fin del Mundo (2013). La comparación más injusta que he hecho en un buen tiempo, pero al tener algunas temáticas similares no pude dejar de pensar en esta película.


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