No toda
película debe (o puede) ser una mega producción. Aunque no logren llamar tanto
la atención, pienso que producciones más “modestas“ y “sencillas” tienen su
lugar en el cine, y no me refiero solamente a “películas de arte”. Son estas
producciones las que usualmente logran ser interesantes a pesar (o a veces a
causa de) sus limitados recursos, y anqué El
Informante: Killerman se presta para esto, sus asperezas evitan que se
vuelva una experiencia del todo agradable.
En El
Informante: Killerman veremos a un par de criminales intentando resolver problemas con su “negocio”. Skunk (Emory Cohen) y Moe (Liam Hemsworth) son un
par de criminales de poca monta que trabajan para un jefe de la mafia en Nueva
York. Al ver una oportunidad de ganar su “independencia” mediante un negocio de
drogas, Skunk y Moe emprenden el trabajo por su cuenta, sin saber que lo que en
un principio era una intervención “de rutina” se convertirá en una peligrosa
odisea en la que arriesgaran sus vidas.
Esto tiene
que ver directamente con la película pero al mismo tiempo no es culpa de la
propia producción, pero lo siento, es una espina en mi costado que debo de
sacar… He visto pésimos trailers que revelan toda la historia de sus
respectivas películas, arruinando así muchos de sus giros y sorpresas, pero
creo que con El Informante: Killerman,
es la primera vez que veo una película que arruina su propio desenlace mediante
una pésima traducción de su título. Es como si a El Sexto Sentido la hubiesen traducido como “Bruce Willis está
Muerto Desde el Principio”… spoilers para El
Sexto Segundo por cierto… perdón por eso.
La
producción es bastante engañosa, ya que se vende a sí misma como una película
de acción, y aunque si cuenta con algunas secuencias de persecución y
balaceras, difícilmente son el punto fuerte de la película. El filme es un
thriller más sobrio, mucho más interesado por el drama que por la acción, lo
cual no es malo, el problema es que su forma de generar tensión, aunque
efectiva, después de un rato se convierte en algo exasperante. El ritmo de la
trama es muy lento, y aunque el “salto” de punto a punto en la narrativa es
bueno, el camino constantemente se ve interrumpido por escenas que no aportan
nada a la historia principal, secuencias que además de innecesarias se
extienden mucho más de lo necesario. Entiendo que esto se haga para generar
expectación en el público, pero se abusa tanto de este recurso que al final se
termina cambiando la emoción por hastío.
La edición
hace un buen trabajo en “ocultar” lo limitado de los recursos de la cinta,
usando cortes sencillos pero efectivos en sus secuencias de acción, pero
lamentablemente esto también cuenta con algunos problemas. Esto, debo aceptar,
es mero gusto personal, pero el manejo de la cámara simplemente no es de mi
agrado, con casi todas las tomas moviéndose erráticamente, efecto que tiene
como propósito inyectar algo de realismo, dando le una vista casi de “documental”
al filme, pero francamente este estilo no me gusta y casi siempre solo me deja
con un dolor de cabez.
Las
actuaciones son buenas a secas. Lo “triste” (por llamarlo de alguna manera) es
que, aunque Liam Hemsworth hace un buen trabajo con su personaje, lo siento, su
parecido con su hermano Chris es muy grande, por lo que casi siempre que está
en pantalla no puedo evitar pensar que estoy viendo al hermano menor de Thor.
No creo que El Informante sea mala, pero su ritmo
lento y escenas “de relleno” la vuelven un tanto larga y aburrida por momentos.
Creo que si hubiese otra versión de este filme, uno con unos veinte o treinta
minutos menos, tendríamos una experiencia mucho más redonda, eso y si la
traducción del título no fuese un grandísimo spoiler. El Informante: Killerman será del gusto de aquellos que gustan de
historias sobre crimen, pero no puedo recomendarla del todo debido a sus leves
pero constantes tropiezos.
El
Informante: Killerman: 2/5. Meh.
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