Me gustaría
poder decir algo sobre secuelas innecesarias y reinterpretaciones de cuentos clásicos,
pero además de que ya lo he hecho muchas veces antes, no creo que quede algo
más que decir sobre el tema. Y para bien o para mal lo mismo podría decirse de El Cazador y la Reina del Hielo, que irónicamente,
al querer convertirse en algo único y diferente, termina siendo solo una película
más del montón.
En El Cazador y la Reina del Hielo veremos
la lucha de nuestro héroe cazador por vencer a la malvada reina que gobierna en
el norte. Tras una tragedia personal, Elsa Freya (Emily Blunt) empieza a
manifestar poderes mágicos que le permiten crear y controlar hielo a voluntad,
pero que también terminan enfriando su corazón y convirtiéndola en una reina
cruel. Con su gran ejército, Freya planea expandir sus dominios, pero en su
camino se interpondrá “El Cazador” (Chris Hemsworth), quien ya antes ha lidiado
con la malvada Freya y que tiene razones personales para oponerse a ella.
Es pura especulación
de mi parte y no tengo absolutamente ninguna prueba de ello, pero mientras veía
El Cazador y la Reina del Hielo no
pude dejar de pensar que esta película no existiría siquiera de no ser por Frozen. No se trata de que El Cazador y la Reina del Hielo quiera
ser la versión “madura y oscura” de la película de Disney más exitosa de los últimos
años, pero la influencia que ejerce es bastante obvia, incluyendo, pero
definitivamente no limitándose a: Darle una hermana a Freya (hermana malvada en
este caso, pero hermana a fin de cuentas), hacer que la mujer con poderes mágicos
sobre el hielo se exilie a sí misma en una fortaleza lejos de su familia y
(pequeño spoiler adelante) a pesar de ser la antagonista durante la mayor parte
de la película, tratar de redimir al personaje al final de la historia, haciéndola
una víctima indirecta de las circunstancias (fin del spoiler). Pero como dije,
puede que todo esto solo sea idea mía, además recordemos que Disney no tiene un
monopolio en el arquetipo de la “princesa de hielo” o algo así.
Puede que
suene muy contradictorio, pero nunca había visto una película de fantasía que,
a pesar de contar con varias escenas de acción, resulte ser tan aburrida. No es
que la acción sea mala (no es nada del otro mundo, pero tampoco es propiamente
mala), el problema es cada personaje resulta genérico y aburrido, haciendo
imposible crear una conexión entre los personajes y el espectador. Puedes tener
a alguien en la aventura más extraordinaria de su vida, pero si el personaje no
crea empatía en el espectador, la experiencia se convierte en algo similar a
ver fotos de un completo desconocido paseando en un parque de diversiones.
Tal vez lo
debí mencionar desde el principio: esta película es una secuela de Blanca Nieves y el Cazador, de hecho a
las únicas personas que podría recomendar ver esta secuela es a quienes sean
fans de esa primera cinta, pero tal vez eso no sea suficiente. Como he mencionado
en el pasado, en cuanto a cine solo hay algo peor que una película mala: una película
aburrida, El Cazador y la Reine del Hielo
es precisamente eso, aburrida. No es ni de cerca la peor película de fantasía o
reinterpretación de un cuento que haya visto en mi vida, pero definitivamente
es un film que olvidaré muy pronto, aunque temo que el final de esta película cumpla
su amenaza y se convierte en una trilogía.
El Cazador y
la Reina del Hielo: 1/5. Mala.

Mejor que:
El Séptimo Hijo (2015), Dioses de Egipto (2016), Jack el Caza Gigantes (2013)
No tan buena
como: Blanca Nieves y el Cazador (2012)
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