Tal vez no
fue una cinta revolucionaria ni mucho menos, pero debo reconocer que El Club de las Madres Rebeldes fue una película
que disfrute mucho el año pasado, siendo una comedia que me resulto
genuinamente graciosa; tal vez debido a lo anterior mis expectativas para La Navidad de las Madres Rebeldes eran
mucho mayores de las que debería tener, es por eso que esta secuela navideña no
sólo se puede considerar mala sino también muy, muy decepcionante al compararla
con la primera película.
En La Navidad de las Madres Rebeldes nos
encontraremos una vez más con un grupo de madres “modernas”. Un tanto agobiadas por la presión de las
fiestas navideñas, las vidas de Amy (Mila Kunis), Kiki (Kristen Bell) y Carla
(Kathryn Hanhn) se complican aún más cuando las madres de cada una de ellas
llegan de visita. Ahora las ”Madres Rebeldes” no solo tendrán que hacer todo lo
posible para tener una feliz navidad con sus respectivas familias sino que también
deberán lidiar con sus excéntricas madres.
No sé qué producción
fue la que se hizo primero y por lo tanto es imposible saber quién le copio a
quien, pero si no fuera por personajes
distintos, La Navidad de las Madres
Rebeldes y Guerra de Papás 2 pueden
considerarse como la misma película, no solo porque ambas son secuelas de
comedias, no nada más porque ambas toman a personajes ya establecidos y los
ponen en un entorno navideño, sino porque ambas cintas son igualmente
trilladas, predecibles y mortalmente simplonas en cuanto a sus respectivas
tramas.
La mayor
parte del filme se conforma por escenas en donde vemos a los actores divirtiéndose
“en familia” de una manera u otra, lo cual tal vez fue divertido para aquellos
que filmaron estas escenas pero para nosotros que vemos estas “actuaciones” no
nos dice mucho que digamos. Es como ver a una familia feliz conviviendo juntos en
su casa mientras que nosotros estamos afuera, asomándonos por una ventana y muriéndonos
de frio.
Una de las
gracias de la producción es la excentricidad de los personajes, las cuales
resultan divertidas gracias al trabajo de cada actriz, lamentablemente estas
personalidades se ven desperdiciadas al no ponerlas en situaciones más
divertidas o por lo menos no tan predecibles. Todo el reparto de actrices es
muy simpático pero la mayoría de las escenas se sienten como una mala improvisación,
no mala por las actuaciones, mala porque el guion no aprovecha verdaderamente
lo humorístico de los personajes, limitándose casi siempre a poner a las
actrices en conversaciones aburridas. La excepción a esto es Mila Kunis, no porque
ella sea la mejor actriz del reparto, al contrario, el personaje de Kunis es el
más aburrido e irritante dentro del reparto, lo cual es un problema si tomamos
en cuenta que supuestamente es el personaje principal y aun así siempre se ve
eclipsada junto a cualquier otra actriz.
No les voy a
mentir, el problema más grande que tengo con esta secuela es que la primera película
me dejo con un muy buen sabor de boca, mientras que esta segunda parte solo se
limita a colgarse de la fama de la cinta anterior y adornar todo con una capa de “espíritu navideño”
genérico, pensando que eso es suficiente
para causar gracia, lo cual dista mucho de ser el caso. Lo que sea de cada
quien, hay un par de escenas que en verdad me hicieron reír mucho, pero 10
minutos de verdadera diversión no son suficientes como para tener que soportar
los 94 restantes. Cierto, hay películas navideñas mucho, mucho peores que esta,
pero eso no excusa a La Navidad de las
Madres Rebeldes de ser mediocre. Mejor vean la primera película e ignoren
esta por completo.
La Navidad
de las Madres Rebeldes: 1/5. Mala.

Mejor que:
Guerra de Papás 2 (2017).
No tan buena
como: El Club de las Madres Rebeldes (2016).
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