No tengo ningún
problema en admitir que me encantan las películas de acción de los 80´s y 90´s.
Sí, la gran mayoría de ellas eran bastante malas y lo único que hacían era
mostrar violencia sin sentido, héroes cuyas habilidades rayaban en lo
sobrehumano, una historia prácticamente inexistente y una buena dosis de
chistes malos. Tal vez este tipo de películas nunca podrán considerarse como el
punto más alto en el arte del cine, pero de que eran estúpidamente entretenidas
es imposible de negar. Ese espíritu de estúpida diversión sin sentido ya no es
tan fácil de encontrar en las películas de acción de la actualidad (aunque esto
bien puede ser miopía causada por mi propia nostalgia), pero de vez en cuando
hay películas que intentan retomar ese espíritu. Ejemplo: Londres Bajo Fuego.
En Londres Bajo Fuego veremos la
desesperada lucha del presidente de los Estados Unidos y su guardaespaldas por
sobrevivir a un ataque terrorista. Tras la muerte del primer ministro británico,
la gran mayoría de jefes de estado en el mundo se reúnen para el funeral de su
fallecido colega. Lo que ninguno de ellos se espera es que al tener a todos los
mandatarios del mundo en Londres, la ciudad se vuelve el blanco de un ataque
terrorista a gran escala. Ahora el presidente estadounidense (Aaron Eckart) se verá
en un grave peligro, y dependerá de su fiel amigo y guarda espaldas Mike Banning
(Gerard Buttler) ayudarlo a sobrevivir a la desesperada situación.
Antes de
empezar propiamente con la reseña, quiero aclarar algunos puntos. Si, sé que Londres Bajo Fuego es una secuela. No,
no he visto la primera película, Ataque a
la Casa Blanca. No, el hecho de que no haya visto la primera cinta no me
impide reseñar la segunda porque, como siempre he dicho, una película debe ser
capaz de valerse de sus propios medios, se trate de una secuela o no ¿Todo
claro? Ok.
Muchas de
las decisiones que toma la producción lucen muy fuera de lugar, e incluso
muchas de ellas podrían considerarse como “políticamente incorrectas”. Un
fuerte sentimiento de xenofobia, estereotipos nacionales que rayan en lo
absurdo, pero sobre todo lo demás, un fuerte y desmedido nacionalismo por parte
de los héroes gringos que, como siempre, están aquí para salvar no solo su país
sino al resto del mundo civilizado y toda esa mierda que ni ellos mismo se
creen; todo estos elementos se encuentran presentes en la película, pero el
enfoque del film no es ninguno de ellos, ni siquiera el vomitivo nacionalismo.
La primera (y única) intención de la película es darnos una entretenida
historia “de balazos”, a lo cual debo de decir simplemente: Misión cumplida. La
historia es sumamente simple y parece sacada de algún guion no utilizado de Call of Duty o una madre similar, por lo
que estoy seguro de que el film será del deleite de todo niño rata con pésimo gusto
en videojuegos, pero no estoy aquí para juzgar Ya lo dije y lo repito, la
trama es sencilla pero divertida.
Puede que la
dupla de Aaron Eckart y Gerard Buttler no parezca demasiado llamativa en un
principio, pero el dúo trabaja bastante bien en el film. Cierto, tal vez sus
actuaciones no se vuelvan icónicas en la historia del cine pero ¡Hey! Arnold
Swasherburguer no se hizo famoso por su gran capacidad histriónica ¿o sí? Por
si el atractivo de ver a Leonidas y Dos Caras peleando contra terroristas no es
suficiente, siempre tenemos a Morgan Freeman como vicepresidente gringo, cuya participación
es sumamente limitada (si pasa más de cinco minutos en pantalla se me hace
mucho), pero es bien sabido que su presencia en cualquier tipo de película hace
que la calidad de la misma crezca exponencialmente. Es un hecho científico comprobado
e irrefutable: Para hacer “más mejor” tu película, solo agrega a Morgan
Freeman.
Me siento un
poco mal por esta película, ya que de haberse estrenado hace unos 20 años
hubiera sido todo un éxito, sin embargo no creo que vaya a tener un gran
impacto en la actualidad. Juega de manera muy divertida con las tendencias del género
de acción ochentero y noventero, caminando esa delgada línea entre homenaje y plagio.
A final de cuentas Londres Bajo Fuego
es el tipo de película que te pide apagar tu cerebro para poder disfrutarla
completamente, pero sin llegar a insultar tu inteligencia (*COF* Dioses de Egipto *COF*) y aunque es estúpidamente
entretenida (hincapié en “estúpida¨), lo cierto es que no tienen ningún aspecto
que la convierta en algo memorable. Aunque disfruté mucho de la película, la
verdad es que muy probablemente me olvide completamente de ella en unos cuantos
días. Es como masticar un chicle, el sabor le dura un rato y durante ese tiempo
la experiencia es agradable, pero una vez que se le acaba el dulce lo mejor que
puedes hacer es tirarlo a la basura. Sin duda una película entretenida, pero
con nada que la haga una visita obligada a la sala de cine.
Londres Bajo
Fuego: 2/5. Meh.
Mejor que:
Duro de Matar: Un Buen Día para morir (2013), Spectre (2015)
No tan buena
como: Duro de Matar 3 (1995), Duro de Matar (1988), El Avión presidencial
(1997).
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