Para bien o
para mal los tiempos cambian y la gente junto con ellos, esto lo digo porque
para mí al pensar en Will Smith es pensar en un actor cómico en producciones
como Wild Wild West, Hombre de Negro o El Principe del Rap, pero este actor ha demostrado que puede romper
ese molde y tomar papeles más serios como en La Búsqueda de la Felicidad; al mismo tiempo hay ocasiones donde
Will Smith puede mesclar estas dos facetas suyas, y un muy buen ejemplo de ello
es Focus: Maestros de la Estafa.
En Focus: Maestros de la Estafa, Nicky
Spurgeon (Will Smith) es un estafador profesional (duh) que toma bajo su tutela
a Jess Barrett (Margott Robbie), una joven que va iniciándose en el “negocio”
del embuste. Las cosas se irán complicando poco a poco y tanto Nicky como Jess deberán
definir su relación como estrictamente de negocios o algo más intimo.
La película no
tarda ni un segundo y de comienzo a fin nos presenta situaciones entretenidas, preocupándose
más por darnos situaciones interesantes que en contarnos una historia compleja,
por lo menos en un principio. Cada escena nos presenta elementos nuevos que,
aunque familiares en el contexto de la historia, siempre resultan ser innovadores
y entretenidos. Todo esto significaría poco si no se lograra crear una
verdadera empatía entre personajes y el espectador, pero esta se logra en gran
medida por el gran carisma de Will Smith. Sé que he estado dando mucho énfasis
en el actor principal pero no soy el único, toda la producción parece recaer en
los hombros del Príncipe del Rap, lo
cual podría ser demasiada presión pero aun así Smith logra su tarea con poco o
nada de esfuerzo de su parte. Aunque el enfoque nunca se dista de Will Smith también
hay que señalar el buen papel que desempeña su co-estelar Margott Robbie quien
tal vez no cuente con la misma presencia que Smith pero hace un muy buen papel
y, quizá más importante, logra crearse una química bastante agradable entre
ambos actores.
La historia
de la película no es demasiado memorable u original, pero lo que si logra
resaltar es que está llena de giros inesperados que sorprenden tanto a sus
personajes como al público, lo cual es tanto el punto más fuerte como el más débil
de este film. La historia parece querer jugarnos una broma similar al cuento
del niño que gritaba “lobo” y al igual que en esa fabula el espectador aprende
a desconfiar de la narrativa por lo que la sorpresa se va reduciendo gradualmente.
Es como ver un truco de magia y solo un truco de magia repetidamente, puede que
resulte verdaderamente sorprendente al principio pero al verlo una y otra vez
no solo va perdiendo su gracia sino que el espectador empieza a darse cuenta de
cómo se realiza el truco, perdiendo así la emoción de la magia. Otro punto
curioso es que más que una película, el film se siente como dos episodios de
una serie de televisión, una distinción que es muy evidente e imposible de
esconder si tomamos en cuenta que la primera y segunda parte de la cinta
cuentan con un tono sumamente distinto una de la otra.
Aun con sus
aparentes “fallas”, Focus: Maestros del
Engaños resulta una película verdaderamente entretenida de principio a fin.
Los giros en la trama aunque constantes, no dejan de traer elementos nuevos a
la mesa y en más de una ocasión sirven tanto para hacer avanzar la historia
como para darles profundidad a los personajes (sobre todo en el tercer acto).
Definitivamente vale la pena ver esta película incluso más de una ocasión ya
que son de esas historias en las que al darles una segunda mirada se puede
descubrir muchos guiños y “pistas” que se pasan por alto al ver el film por
primera vez pero por esto mismo tal vez sea más conveniente esperar a verla en
DVD ya que no hay nada lo suficientemente innovador como para ser una vista “obligada”
en una sala de cine, a menos que se sea fan de hueso colorado de WIll Smith
supongo.
Focus:
Maestros de la Estafa. 3/5. Buena
Mejor que:
Hitch: Especialista en Seducción (2005)
No tan buena
como: La Gran Estafa (2001)
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