Cuando te
pones a pensarlo resulta curioso ver como las tendencias que en su momento eran
una norma van cambiando de manera tan gradual que, al llegar a cierto punto, se
convierten en algo totalmente distinto de lo que eran; o de forma menos mamona
y como diría el abuelo Simpson: “Yo si estaba en onda pero luego cambiaron la onda. Ahora la onda que
traigo no es onda y la onda de onda me parece muy mala onda. Y te va a pasar a
TI”. Todo este choro mareador lo digo porque en su momento al pensar en una
película sobre espías el primer nombre que saltaba a la mente era Bond, James
Bond, pero poco a poco esa imagen fue remplazada por Jack Bauer, Jason Bourne o
incluso más recientemente Steve Rogers, incluso las más recientes películas de
James Bond tratan de apegarse más a la realidad dejando a un lado (parcialmente
al menos) los artilugios fantasiosos, los antagonistas caricaturescos y las ridículas
(pero infinitamente entretenidas) escenas de acción. Todo este género de “espionaje
fantástico” ha quedado en el pasado pero por suerte no se ha olvidado y Kingsman: El Servicio Secreto es un
excelente recordatorio de este tipo de cintas.
En Kingsman: El Servicio Secreto vemos la
historia de Gary “Eggsy” Unwin (Taron Egerson), un joven londinense con un increíble
potencial pero sin los medios o motivación para explotarlo, sin embargo esto
cambia cuando conoce a Harry Hart (Colin Firth) quien ve un mundo de
posibilidades en el joven Eggsy por lo que lo invitara a formar parte de una agencia
secreta de súper espías. Gary tendrá que pasar por un arduo y poco ortodoxo entrenamiento
para demostrar, ante otros y ante sí mismo, que tiene lo necesario para unirse
a Los Hombre de Negro Kingsman.
Puede que la
trama no sea verdaderamente original, pero su presentación es lo que hace que
resalte. La atmosfera está repleta de referencias y estética de películas clásicas
de James Bond pero sin que esto haga sentir al film como “vieja” o fuera de
lugar. Es evidente que todos los involucrados en la producción aman las películas
de espionaje de antaño y su familiaridad con las mismas permite que puedan
tanto burlarse como hacer homenaje a los clichés que se presentan en ellas, no
en forma de parodia sino mostrando una verdadera admiración y cariño. Aun con
todo esto el film logra dar varias sorpresas al espectador, lo que mantiene el interés
del público en todo momento dándonos en cada escena algo nuevo con que
entretenernos.
Las
actuaciones son verdaderamente buenas, sobre todo la de Taron Egerson como Eggsy
quien nos muestra una verdadera evolución en el transcurso de la historia sin
que esta transición se sienta forzada o poco creíble. Por su parte Samuel L.
Jackson interpreta a un personaje que, aunque es evidentemente el villano de la
historia, no deja de ser (hasta cierto punto) empático y carismático de manera
que solo Nick Fury Jackson puede hacerlo.
Los efectos
visuales no son nada fuera de este mundo pero debo de confesar que pensé que me
cansaría rápidamente de ellos, sobre todo ese efecto (del cual desconozco su
nombre) donde se hace una toma en cámara lenta y luego se acelera la acción en
pantalla, por suerte este recurso se uso de manera bastante efectiva y
verdaderamente ayuda a resaltar cada escena de acción sin volverse un recurso
repetitivo. Lo que resulta bastante interesante es el uso de la violencia en
toda la película, que se encuentra en un punto medio entre caricaturesca (como
un episodio de Tom y Jerry o algo
así) pero a la vez lo suficientemente “realista” (énfasis en las comillas) como
para no tomarse completamente en broma… o ese sería el caso de no ser por la
colorida (en este caso literal) forma que toma el clímax. Si he de ponerle “peros”
a esta cinta (y ese es más o menos mi trabajo… o lo sería si alguien me pagara)
es su “produc placement” que, aunque resulta innegablemente obvio, no llega a
ser tan intrusivo o fuera de lugar como en otras producciones que he visto *cof*
Transformers *cof*.
Es evidente
que para mí es difícil no ver este film con cierta melancolía, pero aun sin
unos gruesos lentes de nostalgia Kingsman:
El Servicio Secreto es una película de acción extraordinariamente
entretenida que no se podrá olvidar fácilmente. Definitivamente vale la pena
ver esta cinta en el cine, quizá incluso más de una vez.
Kingsman: El
Servicio Secreto: 4/5. Muy Buena.
Mejor que:
Hombres de Negro 2 (2002), 007: Quantum (2008), Código Sombra: Jack Ryan
(2014), Agente Cody Banks (2003) (¿Alguien siquiera recuerda esa última?)
No tan buena
como: Capitán América y el Soldado del Invierno (2014), Hombres de Negro (1997)
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