miércoles, 25 de febrero de 2015

Cine barato: Tiempos Felices


 
Reconozco que en ocasiones no doy el debido respeto al cine nacional y que usualmente pienso en él como una moneda donde una cara es interesante y la otra mediocre y simplona, pero las probabilidades dicen que si lanzas una moneda las suficientes veces puede que en una de ellas aterrice de canto ¿Poco probable? Sí, pero no imposible. Tiempos Felices es el canto de esa moneda.
Tiempos Felices nos cuenta la historia de Max Quintana (Luis Arrieta), un joven que lleva una duradera relación amorosa con Mónica Villalobos (Cassandra Ciangherotti), sin embargo no todo es miel sobre hojuelas y Max busca una manera de terminar la relación de la mejor manera posible sin tener éxito en ello. Cuando Max está listo para rendirse y seguir inconforme con su vida es contactado por una misteriosa organización que dice ser especialista en “casos” como el suyo; en su desesperación Max firma un contrato con la agencia y está listo a cambiar su vida.
Si existe un género “seguro” en el cine, ese debe ser la comedia romántica en el sentido en que utiliza una fórmula que muy pocas veces se altera y da como resultado una historia completamente predecible, con situaciones trilladas y personajes sumamente simples, por suerte Tiempos Felices logra zafarse parcialmente de estos clichés, dándonos como resultado una producción que utiliza elementos conocidos de una manera mucho más original que de lo que se nos tiene acostumbrados.
Los personajes principales son mucho más complejos de lo que podría esperarse y en lugar de tachar una lista de características acostumbradas en este tipo de historias se toman su tiempo para reflejar una personalidad propia que dista mucho de ser perfecta, lo cual es ideal para darles profundidad, en gran parte por las actuaciones de Luis Arrieta y Cassandra Ciangherotti (salud) que logran representar una relación mucho más “realista” entre ambos de lo que se ve normalmente en este tipo de producciones. No existen héroes ni villanos ni el mundo se divide en blanco y negro sino en tonos grises que lo hacen resaltar de una manera que tal vez no sea del agrado de todos, pero no por ello menos interesante.
Aun con todo esto la película no carece de fallas. El humor de la cinta por lo general se siente forzado y en pocas ocasiones es efectivo, sobre todo cuando hablamos de personajes secundarios que parecen tratar con demasiada fuerza el ser simpáticos, fallando miserablemente en  mi opinión, aunque esto se debe a que, como ya ha quedado claro en ocasiones anteriores, soy un amargado que está muerto por dentro y pocas cosas en la vida le causan gracia a estas alturas. La atmosfera del film intenta despertar un sentimiento de nostalgia pero en su lugar proyecta una “vibra” hipster que me es completamente insufrible, pero este punto más que cualquier otro es apreciación completamente personal (que se jodan los hipsters). A la mitad de la historia la narración se encamina a un desenlace predecible que alcanza hasta cierto punto, pero por suerte un tercer acto bastante interesante logra jugar con las expectativas del publico de manera muy poco común en películas románticas que, de nuevo, puede que desagrade a algunos pero que inevitablemente dejara un sabor agridulce en la boca de más de un espectador.
Tiempos Felices no reinventa el género y cae en algunas de las formulas establecidas por el mismo, pero también logra jugar con estos elementos para dar como resultado una película entretenida que si bien no es lo mejor del cine nacional, logra despegarse de ese estigma que usualmente se asocia al cine mexicano. Tiempos Felices no es” una buena película para ser mexicana”, es una buena película y punto (aunque con algunas fallas). No creo que sea necesario salir corriendo al cine para ver este film, pero si merece por lo menos que se le dé una oportunidad mientras se encuentre en cartelera.

Tiempos Felices: 3/5. Buena
 
 
 
 
 
 
Mejor que: 50 Sombras de Gray (2015), Cambio de Ruta (2014) (Lo sé, no es algo muy difícil de lograr en ninguno de los dos ejemplos, pero aun así…)
No tan buena como: Scott Pilgrim (2010), Resplandor de una Mente sin Recuerdos (2004) (Puede parecer una comparación extraña, pero la hago porque comparten temáticas similares en cuanto a relaciones de parejas)

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