Cuando
escuchamos “animación en el cine”, lo primero que viene a la mente es El
Malvado Impero Galáctico Disney o en su defecto Dreamworks, no porque sean
las mejores compañías en el ramo (aunque lo sean) , sino porque son las que
reciben más exposición en el cine comercial, pero de vez en cuando resulta
interesante ver proyectos de estudios más pequeños, incluso de otras
nacionalidades fuera de Estados Unidos, como en el caso de Corgi: Un Perro
Real, una película de animación Belga… y esa es su única distinción importante,
ya que es otra de tantas películas infantiles que no ofrecen nada nuevo e
interesante.
En Corgi:
Un Perro Real veremos las aventuras de un perrito que pertenece a la
realeza inglesa. Max es el corgi favorito de la reina de Inglaterra, el cual es
una celebridad por su propia cuenta, lo que a convertido a Max en alguien
altivo y arrogante. Después de un incidente inesperado que involucra al presidente
de Estados Unidos, Max escapa del palacio de Buckingham, lo cual lo llevara a
tener una serie de “divertidas” aventuras.
La película está
plagada de problemas, pero el más grande de ellos es que la historia carece totalmente
de dirección. La cinta no sabe que clase de historia quiere contar, cambiando
constantemente de objetivo, para ello valiéndose de situaciones trilladas de películas
infantiles. Desde una traición por “el trono” al estilo de El Rey León,
una perrera con personajes extravagantes al estilo La Dama y el Vagabundo,
o el super gastado argumento del 90% de películas de perros que hablan de “volver
a casa”, esta película esta hecha de retazos de muchas otras mejores historias.
La historia,
como suele ser el caso en muchas películas infantiles, no es más que una excusa
para poner a los personajes en situación supuestamente entretenidas y/o
tiernas, y creo que la cinta logra su objetivo, pero el resultado es tan simplón
que no resultará entretenido más que para niños de muy corta edad. La producción
trata de mitigar un poco este enfoque infantil arrojando algunos chistes
dirigidos a un publico adulto, de ese tipo de bromas que los niños pequeños no entenderán
pero que sus papás podrán identificar inmediatamente, como una personaje que
acosa sexualmente a otro, una caricatura del presidente de Estados Unidos que
es más razonable y reservada que la
persona en la vida real, un personaje que técnicamente es una teibolera y
referencias a El Club de la Pelea que, créanlo o no, ese último elemento
se convierte en un punto importante para la trama. Este contraste de tonos
pretende ser sutil, pero el cambio de tono en realidad no tiene lógica alguna.
La animación
es buena, bastante de hecho. Puede que la animación no pueda compararse con la
de grandes estudios, pero tanto el diseño de los personajes como la animación resulta
bastante agradable a la vista, si acaso la cinta cojea del mismo pie que muchas
otras animaciones de relativo bajo presupuesto, teniendo fondos demasiado
simples, planos y con texturas demasiado sencillas.
No odie Corgi:
Un Perro Real, pero tampoco pudo decir que tenga algo que verdaderamente me
agrade. La cinta tiene problemas, eso creo que ya quedo bastante claro, y
aunque me pareció un tanto aburrida, estoy casi seguro de que los niños chiquitos
que la vean quedaran encantados, digo, después de todo son niños, es natural
que tengan mal gusto o ningún gusto para empezar. A pesar de las bromas subidas
de tono, el filme no presenta nada que pueda llamar reprobable u ofensivo, pero
de la misma forma carece de algo que pueda llamar la atención para alguien de
más de 8 años. No hay motivo para ver esto en el cine, pero supongo que hay
peores formas de pasar una tarde lluviosa.
Corgi: Un
Perro Real: 1/5. Mala
Mejor que:
Ozzy: Rápido y Peludo (2016).
No tan buena
como: La Vida Secreta de tus Macotas (2016).
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