Amo el
trabajo de Pixar tanto como cualquiera otra persona, pero debo admitir que me
siento desilusionado cuando este estudio de animación presenta una secuela de
sus películas ya existentes en lugar de un proyecto verdaderamente original,
por lo que tal vez esté en la minoría cuando digo que no estaba muy entusiasmado
al ir a ver Toy Story 4,
esperando que no fuera más que otra de esas producciones que sólo existen para
sobreexplotar una propiedad intelectual y sacarle dinero a los incautos, y
puede que el filme sea precisamente eso pero… maldita sea… eso no le quita que
sea una muy buena película por su propia cuenta.
En Toy Story 4 nos volvemos a encontrar
con el baquero de juguete Woody y sus amigos. El papel de Woody como juguete de
la pequeña Bonnie ha ido cambiando poco a poco, ya que la niña parece jugar
cada vez menos con él. La situación de Woody se ve aun más afectada cuando Bonnie
fabrica su propio juguete con materiales de manualidades en la escuela, un
pequeño cubierto desechable al que llama “Forky”. Buscando mantener la
felicidad de su dueña a toda costa, Woody se da a la tarea de proteger a Forky
de toda clase de peligros y enseñarle al recién llegado la importancia de un
juguete en la vida de su dueño.
La primera escena… eso fue suficiente para desbaratar mi cinismo
y recordarme porque Pixar es Pixar. En unos cuantos minutos podemos ver la profundidad
de los personajes, que hay que recordar, dentro de su propio mundo no son más
que pedazos de plástico y aun así resultan verdaderamente entrañables y
complejos, haciendo que casi inmediatamente puedas simpatizar con ellos, ya sea
que esta es la primera vez que el espectador se topa con ellos o que, como en
mi caso, los hemos visto “crecer” desde 1995.
Decir que la animación de una película de Pixar es sobresaliente
resulta tan sorprendente como decir que el agua es húmeda. El nivel de detalle
en los escenarios y en los propios personajes es verdaderamente espectacular.
Es cierto que “realismo” en animación no necesariamente es sinónimo de calidad,
pero aquí, a pesar de que los juguetes nunca pierden sus características más
caricaturescas, en verdad te hacen pensar por un momento que lo que vemos en
pantalla son juguetes que han cobrado vida, y sí, eso se extiende al personaje
que es, literalmente, basura que camina. Me enoja que algo tan tonto pueda ser
tan entretenido, enternecedor e inteligente, y digo que me enoja porque me da
mucha envidia el tipo de creatividad y compromiso que ha puesto el equipo
creativo detrás de esta producción, estoy seguro que cualquier persona de que
trabaja en Pixar tiene más talento en su dedo meñique que yo en todo mi
asqueroso y obeso cuerpo.
La trama en si misma es engañosa ya que, a pesar de que sí
recorre camino ya antes visto, como es ver a Woody teniendo que regresar con su
dueño, un antagonista con motivaciones ocultas o ver a Buzz Yogurt Light explorar
su “jugueteidad”, lo que evita que esto se convierta en una copia al carbón de
lo ya antes visto es que todos estos elementos sirven para el continuo crecimiento
de los personajes, lo que hace que esta secuela, a pesar de ser completamente innecesaria,
se sienta consistente con el resto de la serie, convirtiéndose en una digna continuación
a la historia de estos personajes, además de presentar a una buena cantidad de
personajes nuevos que, a pesar de no ser tan interesantes o complejos como el
resto del “reparto”, los nuevos juguetes son muy divertidos, siendo una fuente
constante de humor.
No les voy a mentir, a pesar de que me encantó Toy Story 4,
no puedo evitar estar un poco resentido
con el filme ya que, para empezar, es una continuación que parte de lo que fue el
verdadero final perfecto de la saga que pudimos ver al final de la cinta
anterior, y por otro lado deja la puerta abierta para tener aun más secuelas,
lo cual considero “peligroso” ya que entre más longeva se vuelva una
franquicia, más fácil puede llegar a “perder su magia” y, tarde o temprano “meter
la pata”, lo cual, seamos claros, NO es el caso de Toy Story 4. No creo que
la cinta sea la mejor de la serie, pero sin duda es una muy buena continuación de
la misma, una que no depende de las entregas anteriores para contar con una muy
buena historia por su propia cuenta, aunque eso sí, no hace daño estar
familiarizado con entregas anteriores para ver más claramente el crecimiento de
sus personajes a lo largo de los años. Toy Story 4 es mucho mejor de lo
que tendría el derecho de ser, pero estamos hablando de Pixar a fin de cuentas.
No tengo que decirles que la vean, estoy casi seguro que lo harán en cuanto tengan
la oportunidad y sé que estarán felices de hacerlo.
Toy Story 4: 4/5. Muy Buena.
Mejor que: Toy Story (1995), Toy Story 2 (1999)
No tan buena como: Toy Story 3 (2010)
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