miércoles, 26 de febrero de 2014

CINE BARATO: POMPEYA



Pompeya, la ciudad romana en la que según algunos historiadores se basan las leyendas sobre la Atlántida ahora también es la inspiración de esta cinta homónima ¿la diferencia? Esta película será olvidada en muy poco tiempo a diferencia de la leyenda de la Atlántida.
TriStar Pictures nos trae este film que responde a una pregunta que nunca nadie hizo ¿Qué pasaría si Titanic (la película, no precisamente el barco) y Gladiador tuvieran un bebe? Y la respuesta aparentemente es una película que si bien es entretenida, nunca será recordada fuera de “esa vez en la que Jon Snow de Game of Thrones fue un gladiador romano y peleo contra Jack Bauer de 24” que en teoría suena genial pero no lo es.
Pompeya nos cuenta la historia de amor entre  Milo (interpretado por Kit Harington), un gladiador destacado que es llevado a la ciudad de Pompeya y Cassia (Emily Browning) la hija de una familia de la alta sociedad que viven un apasionado romance después de haber cruzado como 3 palabras entre si y haberse visto en dos ocasiones distintas… Quizá solo sea cosa mía o es algo que solo le pasa a la gente bonita (por lo que nunca podre experimentarlo) pero ¿De verdad la gente se enamora una de otra así de fácil una de la otra? Ni las princesas de Disney son así de fáciles y una de ellas vivía con 7 hombres solteros al mismo tiempo.
Por suerte no es lo único que tiene que ofrecer esta reinterpretación de la historia, también cuenta con la versión pirata de Gladiador de Russell Crowe. Lo mismo pero más barato y ni cercanamente interesante. El doctor Simil se sentiría orgulloso. El problema con Pompeya es que todos los personajes se sienten completamente planos e intercambiables unos por otros. Los buenos son buenos porque así lo dicta el guion, no porque tengan una motivación o una meta que los defina como tales y los malos son los malos por exactamente las mismas razones. El peor de estos casos es el personaje del senador romano Corvus (Kiefer Sutherkand) que se queda a nada de ponerse un bigote postizo, un sombrero de copa y amarrar a la damisela en desgracia a las vías del tren solo para que el héroe pueda salvarla. Si fuera más cliché probablemente sería ilegal.
Esta película podría ser catalogada solo como una versión inferior de las otras cintas ya mencionadas (porque lo es) de no ser por el tercer acto que se compone completamente de la destrucción de la ciudad y el derroche de efectos visuales. Me imagino a Jupiter viendo la historia de amor entre Milo y Cassia y diciendo “esto es aburrido… Vulcano, hagamos esto más interesante”. Los efectos son bastante buenos y aunque si hay un cierto placer mórbido en ver la trágica destrucción de Pompeya a causa del volcán Vesubio, pero seamos sinceros, no es diferente del que se experimenta al ver cualquier otra película de desastres naturales, la diferencia aquí solo es el escenario de una antigua ciudad romana.
Pompeya es una película que vale la pena ver en el cine solo por los efectos especiales y aun así no creo que eso sea incentivo suficiente para pagar el boleto completo. Entretenida como para ponerla en la tele mientras estas haciendo alguna otra cosa pero nada que más y mejores películas pueden ofrecer.
Solo dos cosas más: 1.- Por alguna razón no dejo de pensar que Emily Browning haría una perfecta princesa Zelda si alguna vez se llega a filmar una película de La Leyenda de Zelda, no sé si es por el tipo de vestuario o por sus orejas, quizá un poco de ambas. 2.- (posible spoiler, aunque no creo que cuente como spoiler a una historia que sucedió hace más de 1800 años…) Pompeya, lamento decirte que Watchmen llamo y quiere que le regreses esa escena que le robaste casi cuadro por cuadro, ambos sabemos de cual estamos hablando.


Pompeya: 6/10

Mejor que: Cualquier otra película dirigida por Paul W. S. Anderson (aunque tristemente eso no es decir mucho)
Peor que: Titanic, Gladiador



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