jueves, 14 de mayo de 2015

Cine barato: Chappie


 
Es curioso como una película puede enseñarnos un poco sobre nosotros mismos. Esto lo digo no tanto por los temas que toca Chappie (llegaremos a eso en un momento), sino porque esta película me hizo ver que es imposible deslindarse completamente de las preferencias personales por más parcial que uno intente ser. Esto lo traigo a colación porque al salir del cine estaba encantado con Chappie, listo para llamarla “una de las mejores películas del año” y todo eso, pero cuando más me puse a pensar sobre ello, me di cuenta que mi afición por el género de ciencia-ficción me estaba haciendo pasar por alto las muchas fallas de esta película.
Chappie nos cuenta la historia de (adivinen) Chappie (Sharito Copley), un robot al que se le otorga una avanzada inteligencia artificial que es muy similar a la conciencia humana. Lo que podría ser un interesante experimento en robótica (o incluso el siguiente paso de la evolución humana), se sale de control cuando Chappie cae en las manos de un pequeño grupo de criminales que empezaran a “enseñarle” como debe comportarse y convertirlo en una herramienta para ayudarlos en sus propias actividades ilícitas.
Las primeras comparaciones son demasiado obvias pero aun así tengo que mencionarlas: aquí tenemos una versión más del cuento clásico de Pinocho pero siendo justos, esta analogía casi siempre viene de la mano en cualquier historia que involucra robots y/o inteligencia artificial, y por otro lado la película no se centra en que Chappie quiera ser “un niño de verdad”, es más una metáfora de un ciclo en cuanto a tecnología, de cómo el ser humano crea algo y ese algo cambia su entorno y a la vez al ser humano mismo. Si eso suena demasiado pretensioso o mamon, es porque yo estoy haciéndolo sonar así, ya que la película es relativamente simple y nunca lleva estos conceptos al extremo de que fuerce al espectador a compartir su punto de vista.
Este concepto de relación entre humanidad y tecnología es lo suficientemente interesante por sí solo, pero no es ni de cerca el único tema que trata la cinta, de hecho podría decirse que su tema principal es sobre interacción familiar. Durante la película se hace muchísimo hincapié (tal vez demasiado) en que la inteligencia artificial de Chappie es muy similar a la de un niño pequeño, que si bien tiene una capacidad impresionante de absorber e interpretar información, no puede hacerlo completamente solo, necesita de alguien que lo ayude, alguien que le enseñe sobre lo que significa ser un humano. Es aquí donde podría considerarse la historia como una “tragedia” ya que los criminales que “adoptan” a Chappie empiezan a criarlo de la manera que a ellos más les convenga, y al hacerlo vemos una dinámica semejante a la de una familia disfuncional, y no de una manera graciosa.
Si todo esto les suena siquiera remotamente interesante es porque lo es, pero aunque el film este lleno de ideas provocativas, la ejecución de muchas de ellas es sumamente deficiente. Por un lado, la trama tiene tantas fallas y huecos que es imposibles pasarlos por alto (y miren que de verdad intente hacerlo), pero desafortunadamente no puedo dar muchos detalles sin dar spoilers, solo digamos que en muchas ocasiones se sacrifica la lógica y el sentido común con tal de que la trama siga su curso. Por otro lado tenemos a un villano predecible y aburrido interpretado por Hugh Jackman, cuyo personaje es probablemente el más triste en cuanto a potencial desperdiciado. Jackman interpreta a un ingeniero que no está totalmente de acuerdo en la integración de inteligencia artificia y la robótica, lo cual podría dar pie a un debate muy interesante en cuanto a este tema, pero en lugar de eso la película no pierde el tiempo en designarlo como el villano en turno,  echando por la ventana un elemento que bien pudo enriquecer aun más la historia.
En cuanto a lo visual, los efectos especiales son bastante buenos y aunque en ocasiones se ven más ostentosos de lo que deberían, nunca dejan de verse relativamente realistas, sin embargo muchos de los homenajes y referencias visuales a otras historias semejantes son demasiado obvias y en muchas ocasiones rayan en el plagio, desde peliculas como Appleseed, Ghost in the Shell, I, Robot o incluso el propio Robocop; de hecho al inicio de la historia parece que esta película es una secuela no autorizada al reboot de Robocop del año pasado.
Hablando de  actuaciones tenemos un poco de todo, desde las lastimosa mente malas como las de Ninja y Yolandi (no es broma, así se llaman los “actores” y también sus personajes), quienes interpretan a los ya antes mencionados criminales; las regulares como las de Dev Patel; pasando por las desperdiciadas como las de Sigorurney Weaver y Hugh Jackman y terminando con las buenas como la Sharito Copley, quien no solo se encarga de darle voz a Chappie, sino que también se encargo del “Motion Capture” para el personaje.
A final de cuentas Chappie es una película sumamente interesante en muchos niveles, de esas que pueden dar pie a muchas y muy interesantes conversaciones al salir del cine, pero sus fallas son tantas que es imposible no notarlas. El problema más grande con la película (aparte de la manipulación emocional) son los huecos en la historia que rompen la ilusión de realismo que con tanto esfuerzo se intenta mantener, y eso si dejamos de lado el tercer acto que parece ser sacado de una película de acción cualquiera y que desentona completamente con el resto de la cinta. Si son fans de la ciencia-ficción o del director (Neil Blomkamp), valdría la pena checar Chappie en el cine, pero para todos los demás estaría bien echarle un ojo, pero solo cuando salga en DVD o la transmitan por televisión.

Chappie: 3/5. Buena.
 









Mejor que: Robocop (2014), Yo, Robot (2004)
No tan buena como: Ghost in the Shell (1995), Distrito 9 (2009)
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario