Me atrevo a
decir que ya no hay tantas películas de “desastres”, o por lo menos no tanto
como en el pasado, después de todo muchas veces no hace falta más que ver un
noticiero para ver las consecuencias de un desastre natural en la vida real.
Aun así, este sub-género del cine se niega a morir completamente y como prueba más
reciente tenemos Terremoto: La Falla de
San Andrés.
La película nos
cuenta la historia de Raymond Gaines (Dwayne Johnson), un rescatista que tendrá
las manos llenas cuando un terremoto causado por la falla de san Andrés (el
titulo de la película es demasiado sutil, lo sé) atrapa a sus seres queridos en
San Francisco. Raymond hará todo lo posible por rescatar a su familia del
terremoto más grande en la historia de la humanidad.
¿La sinopsis
es demasiado escueta para ustedes? Lo siento, pero eso se debe a que la
historia de la película es así de sencilla. Sé que esto suena algo
desalentador, pero en verdad no lo es… por lo menos no tanto. No hay porque
engañarnos a nosotros mismos, si vieron el trailer de este film, saben exactamente
que esperar: un espectáculo de efectos especiales y nada más, así que nadie
puede sentirse defraudado, ya que Terremoto
es precisamente eso.
Los
personajes, fuera del interpretado por “La Roca” son prácticamente inexistentes.
Si buscan con mentalidades complejas, personalidades entrañables y dilemas
morales, creo que se metieron a ver la película equivocada. Las actuaciones son
decentes en lo que cabe y de hecho esta es la primera vez que veo a Dwayne
Johnson tratar de actuar fuera de su papel de “macho alfa” en el que siempre se
le ha encajonado, y aunque no logra romper completamente ese molde, el simple
hecho de que lo intente de manera “seria” es algo que se le podría agradecer.
Pero nada de
esto importa, como ya dije, la película se trata de un espectáculo meramente
visual y logra su objetivo generalmente.
Estamos tan familiarizados con las maravillas de los efectos por
computadora que ahora es difícil encontrar algo que nos deje con la boca
abierta, como si comiéramos tanto nuestro platillo favorito a tal grado que le
hemos perdido el gusto. Esto lo digo porque La
Falla de San Andrés podría haber sido realmente sorprendente con sus
efectos hace algunos años, pero no lo es tanto hoy en día. No me malentiendan,
los efectos visuales son buenos, pero no son nada que no hayamos visto en el
pasado.
Realmente no
hay mucho que decir sobre el film. Es una película de “desastre” bien ejecutada
y nada más. No creo que sea recordada como un clásico del género; en ocasiones
solo se busca pasar el rato y no hay nada de malo en ello, además de que no
creo que sea posible decir “joya del cine” y “protagonizada por un luchador
gringo” en la misma frase. Aunque es una
película muy sencilla, la recomendaría ver en el cine, no porque sea una vista
obligada si no que la pantalla grande es la mejor manera de apreciar este tipo
de producciones. Después de todo, y como nos enseño Alfred: “Hay hombres que
solo quieren ver arder el mundo” y Terremoto:
La Falla de San Andrés nos da la oportunidad de ser ese tipo de persona de
manera recreativa y no psicópata(o al menos eso espero…)
Terremoto:
La Falla de San Andrés: 2/5. Meh.
Mejor que:
El Día Después de Mañana (2004)
No tan buena
como: 2012 (2009)
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