Me gusta
hablar de Wes Anderson porque hacerlo me hace parecer más interesante e
inteligente de lo que verdaderamente soy. No puedo decir que sea mi director
favorito (no son TAN pinche hípster… aún), pero sí lo considero de esos pocos
que pueden darnos un trabajo divertido y artístico al mismo tiempo, evitando
que su trabajo se sienta pretensioso en el proceso. Aunque considero que sus películas
son “un gusto adquirido”, de vez en cuando Wes Anderson nos da una película que
pueda ser disfrutada por cualquiera, como es el caso en Isla de Perros, una
entretenida cinta de animación “stop motion” con todos los elementos que
caracterizan a su director.
En Isla de Perros veremos a un grupo de
caninos ayudar a un niño a encontrar a su mascota perdida. En un futuro no muy
lejano, una epidemia afecta a toda la población canina de la ciudad japonesa de
Megasaki, algo que pone en riesgo la salud de todos los habitantes de la
ciudad. Como medida de prevención, el alcalde de Megasaki decide exiliar a
todos los perros en una isla cercana que también sirve como tiradero de basura.
Separándose en contra de su voluntad de su leal guardaespaldas perruno Spots,
Atari Kobayashi (Koyu Ranki) decide ir a la isla y buscar a Spots por su propia
cuenta, lugar donde se hará amigo de un grupo de perros con los que se
embarcara en una gran aventura.
Es curioso
que la propia película nos cuente prácticamente TODA su trama en un prólogo que
dura no más de cinco minutos. El saber de antemano por donde se dirigirá la
historia puede sonar a que esta va a ser incapaz de sorprendernos, pero
afortunadamente ese no es el caso. Hacer del lado la historia desde el
principio hace que el filme pueda enfocarse en los personajes, mostrarnos su
mundo que se encuentra en la línea entre lo mundano y lo fantasioso, con un
encanto muy propio, el cual solo se enfatiza aún más con la excelente animación.
Ya saben que
soy demasiado parcial ante este tipo de cosas, pero la animación “stop motion”
siempre tendrá un lugar especial en mi podrido corazón, ya que en mi opinión es
una técnica que en verdad enfatiza el “amor al arte”, y ese sigue siendo el
caso en Isla de Perros. Las maquetas
y los modelos de cada personaje no sólo están cuidadas hasta el más mínimo
detalle, sino que le permiten al director utilizar sus acostumbradas
herramientas de cineasta, con más tomas simétricas de las que puedes necesitar,
juego entre planos, una paleta de colores que evocan a la nostalgia y el tono “infantil”
que acostumbra ir de la mano con las producciones de Wes Anderson.
Ahora, a
pesar de que la cinta no deja de ser una historia animada sobre perros que
hablan, no creo que la producción pueda llamarse verdaderamente una película “infantil”,
al menos no de la forma en la que estamos acostumbrados a utilizar ese término
en el cine. La trama puede ser un tanto
lenta en ocasiones y el humor, aunque nunca demasiado grotesco, en ocasiones se
torna tan negro que no pienso que un niño llegue a comprenderlo realmente. No
es que la película tenga algo demasiado grafico o complejo para un niño, lo que
digo es que la propia producción podría resultar aburrida para un niño en más
de un momento.
Isla de Perros es una de esas películas cuyo mayor
logro es poder ser apreciada a diferentes niveles por cualquier persona. Pueden
apreciar lo bien logrado de la animación, la impecable cinematografía, la metáfora
de la historia en cuanto a la vida de minorías dentro de una sociedad “moderna”,
la banda sonora sacada del ipod de un hípster desempleado ¡Es más! Incluso como
una simple película de tiernos perros que hablan, todos estos elementos se ven
presentes en la producción, haciendo que la película tenga un poco de todo para
cualquier persona, logrando que cada quien disfrute los elementos que más
apelen a su gusto personal e ignorar aquellos que no consideres tan importantes
si es que eso es lo que verdaderamente quieres hacer. Isla de Perros tiene algo para cualquier tipo de público, no solo
para los mamones pretenciosos que fingen saber de cine, como yo. En verdad vale
mucho la pena, además de ser una excelente introducción al extraño mundo de Wes
Anderson.
Isla de
Perros: 4/5. Muy Buena.
Mejor que:
El Fantástico Señor Zorro (2009).
No tan buena
como: Moonrise Kingdom (2012), El Gran Hotel Budapest (2014)
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