Este es el
triste estado del cine mexicano en la actualidad: A pesar de que no hay
absolutamente nada sobresaliente en El
Club de los Insomnes, estoy dispuesto a “aplaudirla” por el simple hecho de
tratar de ser algo diferente y no ser una de tantas comedias sin gracia o el
remake de alguna otra producción.
En El Club de los Insomnes veremos a un
grupo de personas y su peculiar forma de lidiar con el insomnio. Santiago
(Leonardo Ortizgris) es un hombre que últimamente ha tenido problemas para conciliar
el sueño, por lo que pasa la mayor parte sus noches en una tienda de
conveniencia donde convive con la cajera del turno nocturno, Daniela (Cassandra
Ciangherotti). Al grupo de “insomnes” se les une Estela (Alejandra Ambrosi),
una mujer que también ha perdido el sueño a causa de problemas personales. El
trio de “criaturas nocturnas” encontrara apoyo entre ellos, algo que los ayudara a resolver sus propios
problemas y así tal vez poder dormir tranquilamente de nuevo.
Así que básicamente
tenemos Clerks de Kevin Smith,
sustituyendo la comedia y la autenticidad por drama y mamonearía hípster… Estoy exagerando (sólo un poco), pero la
similitud es demasiado clara como para ignorarla pero que conste que a pesar de
esto, El Club de los Insomnes no
pretende ser la versión pirata de Clerks,
teniendo un enfoque muy diferente, encaminándose hacia el drama con solo uno
que otro toque de comedia esporádico (y no muy efectivo en mi opinión).
Cada trama
es sencilla, tal vez demasiado, lo cual hace que cada historia se sienta un
tanto aburrida pero al mismo tiempo esta aparente sencillez hace que estos
personajes y sus respectivas circunstancias sean (relativamente) realistas y fáciles
de seguir, aunque eso sí, como en otras tantas cintas, no faltan esos momentos
demasiado “convenientes” en lo que alguna casualidad ocurre de manera forzada
con tal de que la trama siga avanzando, aunque nada demasiado descabellado o
risible siempre y cuando ignoremos que en este mundo ficticio se puede caminar
en la madrugada por la Ciudad de México sin que te asalten o donde la Coca-Cola
cuesta cinco pesos.
La cinta no
puede evitar sentirse repetitiva y monótona, lo cual no suena demasiad
divertido que digamos (y definitivamente no lo es), pero al mismo tiempo se
siente como algo apropiado para esta producción, ya que en primera instancias
trata de mostrarnos los problemas de cada personaje y la forma, a veces torpe,
de lidiar con dichos contratiempos, lo cual resulta entendible, después de todo
¿Quién no le ha dado vueltas y vueltas en la cabeza a un mismo problema sin
encontrar una solución clara? Esto es importante ya que al final de estas
historias se nos dan resoluciones parciales a cada situación, con un final un
tanto gris pero al mismo tiempo esperanzador. Esto puede sonar decepcionante
pero al menos es algo diferente al trillado y tan gastado “y vivieron felices
para siempre”.
Lo dije al
principio y lo digo otra vez: No hay nada verdaderamente sobresaliente en El Club de los Insomnes, además no deja
de molestarme su aire hípster y pretensioso que se asoma de vez en cuando, pero
el hecho de que intente salirse de la norma de la mediocridad del cine mexicano
es algo que tengo que reconocerle a esta producción. Muy a mi pesar debo darle
a esta película mi mayor alago cuando hablo sobre cine mexicano, es decir que al
final del día El Club de los Insomnes
no me provoco ganas de sacarme los ojos con una cuchara oxidada o vomitar mis
entrañas y soñar con la eventual destrucción de la raza humana. No iría tan
lejos como para recomendarla, pero por lo menos no es otra comedia mediocre,
eso debe valer algo ¿No?
El Club de
los Insomnes: 2/5. Meh.
Mejor que:
El resto de películas mexicanas en lo que va del año con una excepción…
No tan buena
como: Todo Mal (2018)
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