A pesar de
que no soy fan de las películas de terror “tradicionales” (por llamarlas de
alguna manera), entiendo o creo entender el gusto de la gente por “simples”
historias de fantasmas. Tal vez se deba al paso de los años, pero a mi edad
encuentro mucho más aterrador el horror existencial de una vida cotidiana sin
sentido o dirección ante un universo cruel e indiferente (yo le llamo “Lunes”)
que cualquier historia de “espíritus chocarreros”, por lo que pienso que Annabelle
3: Viene a Casa no es nada fuera de lo común, pero eso no evita que pueda
ser entretenida para cierto tipo de público.
En Annabelle
3: Viene a Casa veremos a la famosa (¿?) muñeca malvada causando terror a
un grupo de adolescentes. La familia Warren, expertos en fenómenos paranormales,
son vistos por algunos como un fraude y otros como un verdadero médium entre el
mundo de los vivos y el más allá. Cuando los Warren salen de viaje dejan a su
hija Judy (Mckenna Grace) a cargo de su niñera Mary (Madison Iseman). Cuando la
curiosa y algo imprudente amiga de Mary, Daniela (Katie Sarife) llega de visita
llevada por la curiosidad y la fama de los Warren, accidentalmente libera a la
presencia malvada que habita a la muñeca Annabelle. Ahora Judy, Mary y Daniela deberán
encontrar la manera de volver a encerrar el mal desatado por Annabelle antes de
que sea demasiado tarde.
Mentiría si
dijera que tengo siquiera el más remoto interés por el “universo cinematográfico”
de El Conjuro y tal vez esto me haga aun más apático al hablar de sus múltiples
secuelas o “spinoffs”, pero una de las ventajas de la serie es su simpleza ya
que, por ejemplo, a pesar de que Annabelle 3 es la séptima entrega
dentro de esta serie, la continuidad es prácticamente inexistente entre una producción
y otra, por lo que es fácil ver cualquier cinta de la franquicia sin necesidad
de conocer el resto de este “universo”, tradición que continua en Annabelle
3.
La producción,
más que una historia completa y coherente, se siente como un catalogo de relatos
cortos de los cuales potencialmente se podrán hacer todavía más entregas de la
franquicia, cada una más genérica y aburrida que la anterior. Tenemos antagonistas
tan intrigantes y envolventes como la propia muñeca Annabelle que es poseída por
un espíritu maligno, un vestido de novia poseído por un espíritu maligno, una armadura
de samurái poseída por un espíritu maligno, una televisión que (a dividen) esta
poseída por un espíritu maligno y… un hombre lobo fantasma, el cual debo decir
que es mi favorito por ser el único remotamente original y porque el concepto
es tan ridículo que parece sacado de una caricatura de Scooby Doo, estúpido,
sí, pero entretenido.
Como podrán imaginar,
estos antagonistas no son más que diferentes formas de contar la misma historia
con apenas algunas variaciones para que no se sienta tan descarado el “copy +
paste” del guion, pero aun así los recursos para “asustar” son los mismos
trucos de siempre, el tan socorrido “jump scare”. Irónicamente fuera de los “espíritus
malignos”, lo más interesante un personaje secundario que, en teoría, es el único
que pasa por un desarrollo argumental que te hace preguntarte porque no fue
este personaje la protagonista, de hecho casi todo el reparto se siente innecesario,
ya que no tienen otra función que ser las “victimas” de los espíritus malignos,
lucir asustadas y gritar a todo pulmón, lo cual no es nada original pero, hay
que reconocer, cumplen bien con su papel.
Tal vez
algunos se sientan ofendidos por lo que voy a decir, pero considero que la rama
de películas de Annabelle es algo así como El Conjuro Jr., ya que,
aunque comparte elementos con su “hermana mayor”, estos se ven simplificados
para un público menos exigente (léase “adolescentes”), haciendo que la serie se
sienta mucho más simplona y definitivamente no tan interesante como la rama
principal de la franquicia. En particular pienso que Annabelle 3 hubiese
funcionado mejor como una antología de historias cortas, como Creep Show: El
Festín del Terror, Trick ‘r Treat (Terror en Halloween) o La
Dimensión Desconocida en lugar de una serie de subtramas que poco o nada
tienen que ver entre sí, esto ayudaría a que cada relato fuese más conciso y no
habría la necesidad de prolongar una historia ya de por sí bastante gastada.
Puede que el calificarla como “genérica” sea algo demasiado vago, pero a pesar
de ello no evita tener uno que otro momento que tal vez no cause miedo, pero al
menos es entretenido ¡Hey! Al menos no es mortalmente aburrida o vomitivamente
mala como La Maldición de la Llorona. Algo es algo ¿No?
Annabelle 3:
Viene a Casa: 2/5.
Mejor que:
Annabelle (2014), La Monja (2018), La Maldición de la Llorona (2019).
No tan buena
como: El Conjuro (2013), El Conjuro 2 (2016) Annabelle 2: La Creación (2017)
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