jueves, 7 de febrero de 2019

Cine Barato: El Inflitrado del kKklan





Aunque la gran mayoría de la gente suele pensar que el cine no es otra cosa que uno entre tantos medios de entretenimiento, lo cierto es que una buena película puede ser mucho más que eso, puede mandar un mensaje, transmitir una filosofía, mostrarnos una dramatización de hechos históricos, ser un reflejo de la realidad misma o una combinación de todas las anteriores, lo complicado es cuando una producción trata de balancear sus diversas facetas, lo cual es más difícil de lo que suena, pero un ejemplo de que este “acto de malabarismo temático” es posible lo podemos ver en El Infiltrado del kKklan, que a pesar de ser profunda y transmitir un claro mensaje político, no descuida su lado de entretenimiento, lo cual es sorprendente tomando en cuenta los muy delicados temas que toca.

En El Infiltrado del kKklan veremos la historia de un policía de color investigando a un grupo de activistas racista. Durante los años 70´s Ron Stalworth (John David Washington) es el primer oficial de policía de color en Colorado Springs, lo cual lo coloca en una posición incómoda dentro de su comunidad, siendo menospreciado por sus propios compañeros y despertando la desconfianza de la población afroamericana, quienes ven a todo policía como “el enemigo”. Buscando una forma de enfrentar el racismo en su comunidad, Ron comienza una investigación sobre el infame Ku Klux Klan, algo que pondrá su vida y la de sus compañeros en riesgo.

Algo que me tomo por sorpresa fue el tono del filme. La producción es un drama hecho y derecho, pero esto no evita que tenga varios momentos de levedad, no sólo a pesar de su temática sino que prácticamente ese humor se desprende de la misma.  La cinta toma con toda seriedad el tema del racismo y aunque pueda resultar difícil de creer, logra inyectar constantemente cierto grado de “humor negro” (no me tachen de racista, es una expresión…), tomando un tono sarcástico y burlón sin demeritar lo incómodo y tenso que puede resultar muchas de sus escenas. Es difícil de describir, pero ver a personajes discutiendo como es imposible que una persona claramente racista llegue a tener una posición de poder dentro del gobierno de Estados Unidos, diciendo que la noción misma es una idea ridícula, seguida de una escena en donde un grupo de personas está usando la misma retórica y hasta las mismas frases de Donald Trump para empujar su agenda racista es algo muy incómodo, irónico, triste y tal vez sólo sea mi retorcida y poco empática mentecilla, pero también resulta gracioso, todo al mismo tiempo.

Creo que como regla general un buen filme puede hacerte empatizar con sus personajes y sus situaciones a pesar de no tener nada en común con ellos, algo que esta película logra hacer rápidamente. Sería hipócrita de mi parte decir que entiendo cómo se siente ser una persona de color creciendo en una sociedad claramente racista, esa nunca ha sido mi situación en la vida, pero la película logra ponerte en los zapatos del protagonista quien sí vive esa realidad, y en verdad logra transmitirte muchos de sus sentimientos de impotencia, frustración, enojo e incluso alegría ante sus pequeñas victorias en contra de los prejuicios sociales a los que se enfrenta por todos lados.

No me atrevería a decir que es algo malo, después de todo esa es la intención del director, pero hay muchas escenas en que la llamada “cuarta pared” se rompe levemente y se nos maneja un discurso de “poder negro” que va directamente dirigido a un público “de color”, teniendo a personajes viendo directamente a la cámara y alentando a su público objetivo a sentirse orgulloso de sus raíces y nunca dejarse oprimir por otros. Este tipo de escenas terminan rompiendo un poco con el ritmo de la trama y en mi opinión interrumpen la inmersión del espectador en la historia, pero estas escenas no se extienden demasiado además de que, como ya dije, son prácticamente el director hablando directamente con su público sin ningún tipo de filtro.

Al final el mensaje de la película parece demasiado obvio: “el racismo es malo”, algo en lo cual creo que cualquier ser humano decente estará de acuerdo, pero ese es precisamente el punto, que reconocer el racismo no es suficiente, el darse cuenta de un problema no es ni de cerca lo mismo que combatirlo. Evidentemente la cinta tiene su propia agenda política, pero en lugar de “predicar al coro”, como suele hacer películas con este trasfondo, no sólo logra mandar su mensaje de manera precisa y sin sentirse condescendiente, sino que además puede hacerlo de manera interesante y hasta entretenida. Estén de acuerdo con su mensaje o no, El Infiltrado del kKklan es una excelente película por su propia cuenta.

El Infiltrado de kKklan: 4/5. Muy buena














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