jueves, 14 de febrero de 2019

Cine Barato: Escape Room: Sin Salida





Siempre me emociona hablar de las películas que me divierten, lo que resulta a difícil en ocasiones es el poner en palabras específicas el “porque” disfruté una cinta en particular, sobre todo cuando la relación entre la calidad del producto no tiene nada que ver con el goce de la misma, tomen como ejemplo Escape Room: Sin Salida una disque película de terror extraordinariamente estúpida y sin sentido que, por lo menos para mí, se cuela en esa elusiva categoría de “es tan mala, que es buena”

En Escape Room: Sin Salida veremos a un grupo de personas dentro de un juego que pone en riesgo sus vidas. Buscando superar su timidez y experimentar cosas nuevas, la estudiante universitaria Zoey Davis (Taylor Russell) se une a un grupo que ha sido invitado a una experiencia “escape room”, un cuarto lleno de acertijos que promete una gran cantidad de dinero para todo aquel que sea capaz de superar sus pruebas, sin embargo lo que Zoey y compañía desconocen es que dicho cuarto está repleto de trampas mortales.

Similar a otras tantas películas de terror, parte del suspenso se basa en saber quién entre todos los personajes será el último en quedar en pie, al menos en teoría, porque la película hace un pésimo trabajo en mantener ese detalle en secreto. De los seis personajes, solo tres de ellos se plantean correctamente y uno de ellos se pinta así mismo como el típico mamón al que sabemos que disfrutaremos ver cuando finalmente “cuelgue los tenis”,  el resto de personajes son tan planos y sin gracia que nada más les hace falta escribirse en la cara “mátenme”,  haciendo que el juego de ver “quien sigue” en la pila de victimas sea mucho menos entretenido de lo que podría ser.

Las “trampas mortales” pueden a ser medianamente entretenidas, y digo medianamente porque fuera de una excepción, no son demasiado creativas. Algo que tampoco ayuda es que, a pesar de supuestamente ser una película de terror, la cinta nunca muestra ninguna escena de gore o violencia explícita, lo cual no es malo, después de todo ver sangre no es equivalente a “terror”, pero esto hace que la producción se sienta demasiado “segura”, como si tuviera miedo de mostrar algo demasiado “perturbador”. Algo que tampoco ayuda es que los efectos especiales son bastante malos, aunque lo que sea de cada quien, se mantienen a un mínimo, pero es inevitable notar cuando un mal efecto por computadora interactúa con los actores. He visto películas infantiles que son capaces de inspirar más miedo que cualquier cosa en Escape Room.

¡Casi olvido la música! En lugar de una banda sonora lúgubre o tétrica, la gran mayoría de la película se ve ambientada con musca tecno que parece salida de una cinta barata de acción, desentonando todavía más las de por si ya risibles escenas de “horror”. Y siguiendo con el audio, el dialogo de los personajes es increíblemente incoherente, haciendo chistes en los peores momentos posibles o sonando como si estuvieran quedando dormidos después de ver algo supuestamente emocionante o tenso.

Todos los malos elementos ya mencionados (¡Y más!) se ven envueltos en una historia que a pesar de tener algunos giros, no deja de ser convencional y aburrida, y para acabarla de amolar, con un desenlace igualmente estúpido y sin sentido que deja la puerta abierta para una se cuela o, que Cthulhu no lo quiera, toda una franquicia, así que sí esta película le va bien en taquilla prepárense para ver una de estas basuras cada año en el futuro cercano.

No hay ni un sólo elemento en Escape Room: Sin Salida que valga la pena, es casi impresionante el nivel de incompetencia que se ve reflejado en la pantalla, algo que encuentro muy, MUY gracioso. El filme se presenta como una historia de terror estilo Saw, pero no ofrece nada que no hayamos visto antes mejor ejecutado en un sin número de película antes. Si me preguntan, Escape Room: Sin Salida es una de las comedias involuntarias más graciosas que haya visto últimamente. Muy divertida, pero no en la forma en que la misma cinta quiere ser.

Escape Room: 1/5. Mala.












Si quieren ver una buena película con una premisa similar mejor vean El Cubo (1997), pero eviten sus secuelas a toda costa.

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