A pesar de
que en la actualidad la gran mayoría de películas de acción son inmediatamente
relacionadas con las de superhéroes, de vez en cuando vale la pena recordar que
las explosiones y balazos no son exclusivas de los personajes con nombres
rimbombantes y trajes coloridos; de vez en cuando aparecen cintas mucho más
sencillas que, aunque no se pueden comparar con las mega producciones
hollywoodenses, su misma sencillez puede tener cierto encanto… ese no es el
caso de Agente Bajo Fuego, que es una
de las películas genéricas de acción que haya visto últimamente, pero para mi
propia vergüenza debo reconocer que logro divertirme.
En Agente Bajo Fuego veremos a un miembro
del servicio secreto estadounidense tratando de demostrar su inocencia. Mike
Banning (Gerard Butler) es un agente del servicio secreto encargado de la
seguridad el presidente de Estados Unidos, Allan Trumbull (Morgan Freeman).
Debido a crecientes problemas de salud, Mike piensa dejar su peligroso trabajo
y pasar más tiempo con su familia, sin embargo, después de que el presidente es
víctima de un atentado, las investigaciones apuntan al propio Mike como el
culpable. Con todo en su contra, ahora Mike deberá probar su inocencia y evitar
una peligrosa conspiración que bien podría ser el detonante de la tercera
guerra mundial.
Supuestamente
esta es la tercera entrega de la “serie” Bajo
Fuego, pero seamos honestos, fuera de compartir el género y a los actores,
las tres cintas no tienen nada que verdaderamente las una en cuanto a trama,
por lo cual llamarlas parte de una “franquicia” me parece exagerado e incluso
innecesario PERO la ventaja de esto es que Agente
Bajo Fuego puede verse completamente separada de sus predecesoras y
absolutamente nada de valor se habrá perdido en cuanto a historia.
En un principio
la cinta trata de darnos un poco de intriga presentándonos antagonistas
“misteriosos”, pero afortunadamente (supongo), la misma producción se da cuenta
de que la identidad de estos personajes es dolorosamente obvia y decide
olvidarse de falsas pretensiones y descartar ese elemento, concentrando mejor
sus esfuerzos en sus escenas de acción, las cuales no son precisamente
interesantes que digamos.
Las
secuencias de acción son muy sencillas, muchas de ellas son poco más que juegos
pirotécnicos y trabajo de dobles, lo cual suena bastante aburrido (porque lo
es) pero debo reconocer que en un mundo repleto de efectos especiales por
computadora, el poder ver pirotecnia genuina en la pantalla y sencillo pero
efectivo trabajo de dobles de acción es un cambio agradable. Algo que no ayuda
mucho a la acción son los “trucos” que se utilizan para disimular sus limitados
recursos, como son tomas demasiado cerca de los actores que hace difícil
distinguir que es lo que está pasando en la pantalla, súmenle a eso que el 80%
de estas secuencias son filmadas durante la noche y entenderán como, a pesare
de supuestamente ser el plato fuerte, la acción no es precisamente envolvente.
Como pueden
ver, mi opinión sobre Agente Bajo Fuego
no es precisamente halagadora, pero al principio reconocí que me divirtió, esto
tal vez se deba a mi clara parcialidad por las películas de acción, pero aun con
mis propios gustos personales no me atrevería a recomendar ver esta película.
Todo en la producción se siente anticuado, genérico y la trama es poco más que El Fugitivo con más explosiones y
balazos, lo cual puede ser entretenido pero lo es de la forma más superficial
imaginable. Puede que Agente Bajo Fuego me haya entretenido, pero casi les
puedo asegurar que me olvidare de su existencia en el preciso momento en que
termino de escribir esta reseña.
Agente Bajo
Fuego: 2/5. Meh.
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