Aun con mis
claras preferencias en cuanto a películas se refiere, me gusta fingir
decir que puedo ser moderadamente neutral a la hora de hablar de algunas
producciones. Esto lo menciono porque, desde que El Malvado Imperio Galáctico
Disney se hiciese con la franquicia de Star
Wars como parte de su intrincado plan para dominar el universo mediante la
cultura popular, los fans de la franquicia se ha dividido más que nunca. Hay
quienes piensan que la serie nunca ha sido tan mala como lo es ahora, así como
hay quienes defenderán a capa y espada cualquier cosa con el nombre Star Wars en el título, por lo que,
lamentablemente, muchos ya se han hecho de una opinión sobre El Ascenso de Skywalker sin siquiera ver
el filme primero. Es aquí donde mi trabajo de mediador (que nadie pidió y que a
nadie le importa) entra en acción, por lo que me toca decir que el Episodio IX de esta saga no es la peor
película de a serie como mucho aseguran que es, pero definitivamente tiene
muchas más fallas que aciertos y de hecho, adelantándome un poco a mis propias
valoraciones, debo decir que, en mi opinión, es la película menos agraciada en
la era Dinsney/Star Wars.
En Star Wars: El Ascenso de Skywalker
veremos el supuesto final de una de las franquicias más redituables en la
historia. Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana, la llamada Primera
Orden sigue su cruzada por exterminar a las fuerzas de La Resistencia y
restablecer el poder del Imperio Galáctico, ahora encabezado por el líder
supremo Kylo Ren (Adam Driver). Además de tener que lidiar con la fuerza
militar de La Primera Orden, Rey (Daisy Riley) y el resto de La Resistencia
deberá enfrentarse a una poderosa fuerza maligna del pasado que amenaza a toda
la galaxia.
Siempre
intento no incluir demasiados detalles en mis reseñas para no arruinar los
giros y sorpresas en una película, pero en esta ocasión debo empezar haciendo
exactamente eso ya que es una muestra de solo uno de los muchos problemas en
este filme, pero en mi defensa, es un spoiler que se da en la propia
introducción de la cinta. Palpatine, el antagonista principal de la trilogía
original está de regreso ¿Por qué? Porque a estas alturas la serie prefiere
vivir de la nostalgia de sus fans que arriesgarse a experimentar con ideas
nuevas. Perdón si esto me hace sonar demasiado sínico, pero no se me ocurre
ninguna otra razón, ya que este “giro” nunca se vio siquiera remotamente
sugerido en las otras dos películas de esta nueva etapa de la saga, haciendo
que esta “sorpresa” no tenga ningún sentido en su propia narrativa, siendo una
solución sacada de la manga con tal de tratar de complacer a los fans, lo cual,
al yo ser uno de esos fans, me parece un intento desesperado, ridículo y
francamente estúpido. Y ejemplos como estos se dan a lo largo de TODA la
película.
Más que ser
un “gran final” a una historia épica, El
Ascenso de Skywalker se siente como una improvisación de último minuto para
apaciguar a los fans que no vieron con buenos ojos la entrega anterior de la
saga. Gran parte de la película se emplea en borrar o minimizar los
acontecimientos de la cinta pasada a tal grado que, me atrevería a decir, El Último Jedi ahora es casi irrelevante
para el resto de la historia, descartando la gran mayoría de sus ideas e
incluso relegando a muchos de sus personajes a papeles ni siquiera secundarios
sino terciarios. El ser tan crítico de con esta película y compararla
constantemente con las entregas anteriores puede ser injusto, después de todo
he dicho una y mil veces que cada cinta debe juzgarse por mérito propio y no
por sus predecesoras, pero a diferencias de muchas otra pellicas, se supone que
esta franquicia fue planeada como una trilogía desde el principio, pero lo
torpe de su historia, lo contradictorio de su propia narrativa que parece
cambiar de dirección con cada secuela hace evidente que en realidad nunca existió
un verdadero plan más allá de vender mercancía de la serie y alimentarse de la
nostalgia de incautos, y antes de que se ofendan, sepan que yo también soy uno
de esos incautos que ven la serie con unos lentes de nostalgia excesivamente
gruesos.
La promesa
de darnos nuevos personajes, cada uno con sus propios arcos argumentales se
quedó solamente en eso: una promesa. A lo largo de esta nueva trilogía muchos
de sus personajes no quedaron más que en pálidas imitaciones de personajes del
pasado. Poe Dameron se quedó como la versión barata de Han Solo (algo que es aún
más evidente con la historia que se le da en esta película), Kylo Ren no deja
de ser un Darth Vader de segunda mano y Finn pasó de ser una idea innovadora e interesante
a ser un soldado genérico y personaje secundario; comparaciones como estas se
podrían hacer con la mayoría de los personajes. Pero ya que hablamos de
personajes, el peor de estos es Rey, y no, no es porque sea un personaje
femenino y yo un cerdo machista miembro del tiránico patriarcado que oprime a
la mujer.
La idea de
una protagonista tratando de encontrar su lugar en el universo es muy
atrayente, sobretodo porque su dilema personal en cuanto a ese lugar y sus
propias expectativas podría ser un arco interesante, pero no lo es, por lo
menos no lo es en la forma en que se nos presenta. Se nos dice que Rey tiene
bastantes dudas sobre si misma, pero esto pocas veces se ve reflejado en sus
acciones, ya que es capaz de hacer hazañas verdaderamente sorprendentes sin mucho
esfuerzo, algo que parece incoherente para un personaje supuestamente con
muchos conflictos personales. Es cierto que la película trata de explicar esta
disparidad entre la protagonista y sus acciones, pero la forma de hacerlo es la
torpe, improvisada y para mi gusto la cosa más absurda y sin sentido que haya
escuchado en toda esta serie. Por cierto, felicidades al concepto de los
“midiclorianos” por ya no ser la idea más estúpida dentro del universo de Star Wars.
Después de
hablar tan mal de la película quizá les sorprenda escuchar que NO odie El Ascenso de Skywalker. La acción es
tan entretenida como siempre, y sus efectos especiales evolventes y “épicos”, y
aun cuando la historia se siente demasiado apresurada, la sensación de aventura
nunca se pierde y resulta divertida. Quizá mi problema más grande con la
producción es que, para supuestamente ser el final de una historia épica, se
dejan muchos huecos e hilos narrativos sin explicación, y supongo que esto ocurre por dos razones: la
naturaleza “improvisada” de la serie en
esta última etapa y la propia
mercadotecnia, porque casi les puedo asegurar que muchos de los huecos
argumentales y preguntas sin respuesta las podremos ver en libros, series de
televisión, videojuegos, comics, y otro sin fin de material extra, el cual
Disney estará más que complacido en vendernos por una módica cantidad y
probablemente obligar a muchos a contratar Disney +. Es difícil explicarlo,
pero El Ascenso de Skywalker, más que
ser el final épico de una saga legendaria, se siente como el final de temporada
de una serie de televisión, dejando suficientes cabos sueltos para poder seguir
exprimiendo a la franquicia y a todos sus fans. Un final decepcionante pero, como
ya dije al principio, difícilmente lo peor de esta franquicia, y aunque esto se
venda como “el gran final”, esto nunca será el final, esta propiedad
intelectual es tan grande y querida que difícilmente alguien se atrevería a
ponerle un verdadero “punto final”.
Star Wars:
El Ascenso de Skywalker: 2/5. Meh.
Mejor que:
La Amenaza Fantasma (1999), El Ataque de los Clones (2002), La Guerra de los
Clones (2008).
No tan buena
como: Una Nueva Esperanza (1977), El Imperio Contraataca (1980), El Regreso del
Jedi (1983), La Venganza de los Sith (2005), El Despertar de la Fuerza (2015),
Rogue One (2016), El Último Jedi (2017), Solo (2018).
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