Además de los
lunes también odio “El Buen Fin”. La versión corta del porque odio “El Buen Fin”:
No es más que una estrategia de mercadotecnia (y ya hable de mi opinión sobre
la mercadotecnia en general aquí: http://orgullogeekr.blogspot.mx/2014/07/odio-los-lunes-y-la-mercadotecnia.html ) ¿La versión larga (sin albur)? Como diría un
tal Jack el Destripador: “Vamos por partes”. No es ningún secreto que, en mayor
o menor medida, consciente o inconscientemente, queremos copiar todo lo que los
gringos hacen, con resultados hilarantes la mayor parte del tiempo; es así pues
que mientras ellos tienen su “Black Friday” nosotros tenemos “El Buen Fin” que
es lo mismo, excepto que no lo es.

La idea
suena bastante bien por lo que no hace falta ser un genio para intentar copiar
ese modelo e implementarlo en nuestro país, pero aquí la palabra clave es “intentar”.
Pasemos por alto que durante “El Buen Fin” es entre muy difícil e imposible
encontrar un descuento del 50% en lo que sea; pasemos también por alto que
muchas tiendas inflan sus precios antes solo para fingir que hacen descuentos y
darle atole con el dedo al consumidor; ignoremos que siquiera intentar comprar
algo en una plaza comercial durante este fatídico fin de semana se puede
convertir en toda una odisea; lo que es difícil ignorar, al menos para mí
(aunque eso puede ser por mi general déficit de atención) es que todas las “promociones”
se reducen exactamente a lo mismo: Paga con tu tarjeta de crédito y paga a 12
meses sin intereses.
De nuevo, no
se mucho de economía (o de cualquier otra cosa si a esas vamos) pero desde ahí
me parece que el único que se beneficia realmente con esto son los bancos que
proporcionaron las tarjetas de crédito en primer lugar. Lo que se mueve a manos
llenas son créditos, no dinero en efectivo, no directamente por lo menos.
Cierto que no existe tal cosa como dinero gratis pero lo que muchos hacemos (y
si, tristemente me incluyo, because why the fuck not) es ver la tarjeta de crédito
como un “pagaré”, muchas veces sin pensar en las consecuencias de utilizarlo;
claro que no puedo comprar de contado mi nuevo PlayBox-U 3D con controles de
titanio pero no importa, lo puedo pagar en un año abonando poco a poco… no se
siquiera si voy a poder hacer los pagos mensuales pero me preocuparé de ese
puente cuando tenga que cruzarlo.

Podría darme
golpes de pecho y tachar “El Buen Fin” como un despilfarro inmoral que solo
demuestra las tendencias materialistas en las que se ve envuelta nuestra
sociedad en la actualidad, pero eso es una jalada y aunque ese fuera el caso me
seguiría valiendo madre. No, lo que verdaderamente me molesta es que se me
quiera ver la cara de tonto (aunque aceptémoslo, no es que sea difícil hacerlo
en primer lugar) y decirme que gastar un dinero que no tengo en algo que no
necesito es la decisión más inteligente que puedo hacer durante este particular
fin de semana. Ahora si me disculpan, tengo que ir a ver un maratón de The Walking Dead aprovechando que compre
las primeras cuatro temporadas en DVD y que tengo de aquí hasta el siguiente
año para pagarlas.
Y por eso
odio “El Buen Fin”. Y también los lunes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario