Además de
los lunes también odio a los amantes de los animales. Antes de seguir e incluso
más importante que en ocasiones anteriores, es primordial explicar a lo que me
refiero. No estoy hablando de zoofilia (aunque ahora que lo pienso eso es aun
peor), hablo de aquellas personas que tratan a sus mascotas como si fueran niños
pequeños. Sé que saben a lo que me refiero, todos conocemos a alguien así o por
lo menos hemos escuchado de alguien así (el típico amig@ de un amig@), los que
compran juguetes infantiles para sus mas cotas, los que le hablan a los
animales como si sufrieran de una súbita deficiencia verbal, de los que visten
a sus animales como si de muñecas se trataran, o peor aún, los que parecen
coleccionar mascotas como si fueran tazos (y si entienden esa referencia… lo
lamento, significa que son tan viejos como yo).
Pueden ver en los ojos de este pobre animal que esta muerto por dentro. |
Como
siempre, no hay porque irnos a los extremos. Solo porque este tipo de personas
me resultan de lo más nefastas no significa que por ello aplauda a los que están
en la otra cara de la moneda, es decir a los que maltratan animales por diversión
o porque tiene severos problemas de ira que desquitan con el primer animal
indefenso que se cruce en su camino. Dejémoslo en claro, la crueldad animal no
tiene ninguna forma de condonarse, a menos que hables de casos como Tom y Jerry,
El Coyote y el Correcaminos o Happy Tree Friends, en cuyos casos si apruebo la
crueldad animal pero eso es solo porque la encuentro verdaderamente hilarante
en las caricaturas (interpreten eso como quieran).
Ni siquiera
sé si la expresión aun se mantenga vigente, pero hace muchas lunas, cuando aún
era joven, la frase “vida de perro” tenía una connotación hasta cierto punto
despectiva, haciendo denotar una vida difícil y poco llevadera; en este sentido
creo que la expresión a perdido completamente esa interpretación si tomamos en
cuenta que muchas veces las mascotas tiene mejor vida que muchas personas, o
por lo menos mejor que la mía, eso que ni que. En más de una ocasión, cuando
aun prendía la televisión abierta (no es que ya no vea tele, es que ahora tengo
Netflix ;P), recuerdo que llegue a ver “reportajes” sobre hoteles de lujo o
spas para mascotas que, cierto, resultan divertidas y en ocasiones entrañables
pero no dejan de ser un derroche de recursos que raya en la obscenidad. Por
ejemplo la imagen de la derecha. No es broma, esta imagen me la robe cortesía
de la revista Times nos ilustra un
hotel para perros en Australia y no se ustedes, pero ese baño es más lujoso que el de cualquier hotel en el
que yo haya estado. No me agrada para nada tener que recurrir a los mismos
argumentos que mis padres me daban con tal de hacerme sentir culpable y comerme
mis verduras, pero en este contexto es (más o menos) relevante: mientras que
hay niños muriendo de hambre en todo el mundo, hay personas que gastan mucho
dinero para dar un excesivo cuidado a sus mascotas, las cuales no estoy
diciendo que sean tonta (hablo de los animales, los dueños definitivamente lo
son) pero de seguro el pobre animal no tiene ni idea de que carajos está
pasando.
No es que
odie a los animales, es más, la razón por la que no tengo un perro es porque sé
que merecen de cuidados mínimos y que yo soy demasiado negligente y/o irresponsable
como para llevarlos a cabo y un animal inocente no merece arruinar su vida por
un dueño desobligado. Si voy a arruinar una vida refiero que sea la mía y no la
de un perro (quizá de un gato si porque no me gustan los gatos). Cierto que no
sé mucho sobre animales de compañía, pero mi sentido común me dice que un lugar
agradable donde dormir, comida y agua diaria, visitas esporádicas al
veterinario y muestras sinceras y espontaneas de afecto son más que suficientes
para que una mascota (y su dueño) sea feliz, cualquier cosa más allá de eso es
una ridiculez. No digo que no quieran y cuiden a sus mascotas, lo único que
digo es que no traten de llenar con ellas un hueco existencial que no los deja
dormir por la noche, si tiene ese vacío en sus almas hagan lo que la gente
normal hace, traten de llenarlo con helado directamente del embace, o hagan lo
que yo y lloren por la noche hasta quedarse dormidos ¡a mí me ha funcionado hasta
ahora!
Ok, lo admito. No todas las vestimentas para animales son malas. |
Y por eso
odio a los amantes de los animales. Y también los lunes.
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