lunes, 27 de abril de 2015

Odio los lunes y a los amantes de los animales


Además de los lunes también odio a los amantes de los animales. Antes de seguir e incluso más importante que en ocasiones anteriores, es primordial explicar a lo que me refiero. No estoy hablando de zoofilia (aunque ahora que lo pienso eso es aun peor), hablo de aquellas personas que tratan a sus mascotas como si fueran niños pequeños. Sé que saben a lo que me refiero, todos conocemos a alguien así o por lo menos hemos escuchado de alguien así (el típico amig@ de un amig@), los que compran juguetes infantiles para sus mas cotas, los que le hablan a los animales como si sufrieran de una súbita deficiencia verbal, de los que visten a sus animales como si de muñecas se trataran, o peor aún, los que parecen coleccionar mascotas como si fueran tazos (y si entienden esa referencia… lo lamento, significa que son tan viejos como yo).
Pueden ver en los ojos de este pobre animal que esta muerto por dentro.
Como siempre, no hay porque irnos a los extremos. Solo porque este tipo de personas me resultan de lo más nefastas no significa que por ello aplauda a los que están en la otra cara de la moneda, es decir a los que maltratan animales por diversión o porque tiene severos problemas de ira que desquitan con el primer animal indefenso que se cruce en su camino. Dejémoslo en claro, la crueldad animal no tiene ninguna forma de condonarse, a menos que hables de casos como Tom y Jerry, El Coyote y el Correcaminos o Happy Tree Friends, en cuyos casos si apruebo la crueldad animal pero eso es solo porque la encuentro verdaderamente hilarante en las caricaturas (interpreten eso como quieran).
Ni siquiera sé si la expresión aun se mantenga vigente, pero hace muchas lunas, cuando aún era joven, la frase “vida de perro” tenía una connotación hasta cierto punto despectiva, haciendo denotar una vida difícil y poco llevadera; en este sentido creo que la expresión a perdido completamente esa interpretación si tomamos en cuenta que muchas veces las mascotas tiene mejor vida que muchas personas, o por lo menos mejor que la mía, eso que ni que. En más de una ocasión, cuando aun prendía la televisión abierta (no es que ya no vea tele, es que ahora tengo Netflix ;P), recuerdo que llegue a ver “reportajes” sobre hoteles de lujo o spas para mascotas que, cierto, resultan divertidas y en ocasiones entrañables pero no dejan de ser un derroche de recursos que raya en la obscenidad. Por ejemplo la imagen de la derecha. No es broma, esta imagen me la robe cortesía de la revista Times nos ilustra un hotel para perros en Australia y no se ustedes, pero ese baño es  más lujoso que el de cualquier hotel en el que yo haya estado. No me agrada para nada tener que recurrir a los mismos argumentos que mis padres me daban con tal de hacerme sentir culpable y comerme mis verduras, pero en este contexto es (más o menos) relevante: mientras que hay niños muriendo de hambre en todo el mundo, hay personas que gastan mucho dinero para dar un excesivo cuidado a sus mascotas, las cuales no estoy diciendo que sean tonta (hablo de los animales, los dueños definitivamente lo son) pero de seguro el pobre animal no tiene ni idea de que carajos está pasando.
No es que odie a los animales, es más, la razón por la que no tengo un perro es porque sé que merecen de cuidados mínimos y que yo soy demasiado negligente y/o irresponsable como para llevarlos a cabo y un animal inocente no merece arruinar su vida por un dueño desobligado. Si voy a arruinar una vida refiero que sea la mía y no la de un perro (quizá de un gato si porque no me gustan los gatos). Cierto que no sé mucho sobre animales de compañía, pero mi sentido común me dice que un lugar agradable donde dormir, comida y agua diaria, visitas esporádicas al veterinario y muestras sinceras y espontaneas de afecto son más que suficientes para que una mascota (y su dueño) sea feliz, cualquier cosa más allá de eso es una ridiculez. No digo que no quieran y cuiden a sus mascotas, lo único que digo es que no traten de llenar con ellas un hueco existencial que no los deja dormir por la noche, si tiene ese vacío en sus almas hagan lo que la gente normal hace, traten de llenarlo con helado directamente del embace, o hagan lo que yo y lloren por la noche hasta quedarse dormidos ¡a mí me ha funcionado hasta ahora!
Ok, lo admito. No todas las vestimentas para animales son malas.
Y por eso odio a los amantes de los animales. Y también los lunes.

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