lunes, 30 de junio de 2014

Odio los lunes y la lucha libre gringa


Además de los lunes también odio la lucha libre gringa ¿Por qué solo la gringa y no toda la lucha libre en general? Para ser sincero, nostalgia más que nada. Cuando era niño parte de la rutina dominical de la familia era ir a misa temprano (que mal…), comprar tamales a la salida (¡Qué bien!), regresar a casa y comer tortas de tamal mientras veía la lucha libre mexicana con mi papá (¡Aun mejor!). Díganme naco si quieren, quizá tengan razón, aun así disfrutaba esos momentos. Lo curioso es que no me gustaban las luchas realmente, pero como a mi papá sí, pues… después de todo era su casa y sus reglas, y no me quejo, cualquier regla que involucre ver violencia sin sentido en la televisión y comer tamales es una regla que estoy más que contento de seguir.
Pero eso era antes, hoy en día lo que está de moda es la lucha libre gringa. Y solo tengo una pregunta ¿Por qué? ¿Qué tiene la lucha estadounidense que no tenga la nacional? Sí, ya sé que la lucha gringa es (aparentemente) más espectacular, los luchadores son más imponentes y la producción del espectáculo es mucho más elaborada, pero aun con todo eso, no encuentro realmente el atractivo. Mi papá sigue siendo fan de la lucha libre y también ve las luchas estadounidenses, debo admitir que más de una vez he intentado ver un programa de esos con él y la verdad es que se me hace una de las cosas más aburridas que he visto en mi vida.
Corríjanme si me equivoco, de verdad no tengo los datos concretos y no creo que en este caso sea necesario molestar a San Google o a Santa Wikipedia para conseguir los datos precisos ¿Cuánto dura un programa gringo de lucha? Según yo, unas dos horas más o menos y por lo que he visto cada programa se divide de la siguiente manera: 60 minutos de weyes hablando generalmente enganchándose en una conversación que se limita a dos “luchadores” gritándose uno al otro “te voy a madrear”, “no, yo te voy a madrear”, “no, YO te voy a madrear” y así siguen hasta que el guion indique que ya pueden simular que se están peleando; 40 minutos de comerciales, y no me refiero a los cortes comerciales para promocionar detergente o la programación del canal, me refiera a comerciales dentro del mismo programa de luchas tratando de vender ropa, o juguetes o dvd´s o cualquier tipo de parafernalia relacionada con el espectáculo; 20 minutos de “verdadera” lucha libre.
Y esa es otra cosa, esas luchas se ven más falsas que un billete de diez pesos. Y no, no es que la lucha mexicana sea realista, pero por lo menos no se ve tan falsa. Si, y lo digo aquí y ahora para las únicas dos personas (probablemente niños de menos de 8 años): toda la lucha libre es falsa. Claro que eso no significa que no respete a los luchadores, que no los veo como verdaderos deportistas, más bien me parecen bailarines con coreografías más violentas de lo normal, aunque claro está, nunca le diría eso a la cara a ninguno de ellos, puede que lo que hacen no sea más que puro teatro pero aun así ¿Han visto el tamaño de esos tipos? ¡Cualquiera de ellos podría ponerme en coma usando su dedo meñique retacado de anabólicos!
Me dicen los que saben que lo que llama la atención de este tipo de espectáculos son las historias que interpretan los luchadores. No sé, tal vez solo sea mi muy anticuada forma de pensar, pero cuando escucho “lucha libre” lo primero que pienso es en dos personas agarrándose a madrazos, no en una historia telenovelesca. Para mí eso tiene tanto sentido como decir que el mayor atractivo de las películas porno es el argumento. La lucha mexicana (al menos cuando la veía) era mucho más sencilla y entretenida: en esta esquina fulanito y en esta otra zutanito ¡Esa era la única explicación que se necesitaba! Y se iniciaba un entretenido viaje a villa fractura de cráneo.
Y como dije, puede que mi antipatía solo sea a causa de nostalgia. Recuerdo que de niño podía reconocer a personajes como Tinieblas, Blue Panter, El Perro Aguayo, Mil Mascaras o a Hijo del Santo (tristemente no recuerdo haber visto al Santo original más que en películas). Para mi todos ellos eran personajes icónicos e instantáneamente reconocibles ¿Los gringos? Sé que todos tienen su nombre y alguna supuesta peculiaridad, pero yo los veo a todos exactamente iguales: tipos que en vez de azúcar le echan esteroides a su cereal y cuyos cuellos son prácticamente inexistentes. Digan lo que quieran pero para mí es mucho más entretenido ver a luchadores mexicanos con panza chelera aventarse desde la tercera cuerda, haciendo marometas y llaves, que ver a dos fortachones fingiendo que se dan de cachetadas y abrazándose unos a otros.
¿Quieren una prueba irrefutable de que la lucha libre de México es infinitamente mejor que la estadounidense? Aquí hay una foto del Santo peleando junto al Capitán América y El Hombre Araña ¿Cuándo han visto a un luchador de Estados Unidos haciendo eso?

Su argumento, sea cual sea, ahora es invalido.
 
Y por eso odio la lucha libre gringa. Y también los lunes.

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