Lo acepto, incluso
antes de ver esta película ya estaba arto de ella, no por mis bajas expectativas
o por la pésima calidad de las entregas anteriores o por ser dirigida por
Michael “lo único que se filmar son explosiones” Bay, estaba arto porque en los
últimos dos meses de ir al cine, todas películas, TODAS mostraban el trailer de
Transformers antes de iniciar (Y
ahora el patrón se está repitiendo con Hércules).
Aun así mi política en cuanto a cine es que no puedes decir que un film es malo
o bueno sin antes verlo primero, aunque como estamos hablando de los “Bayformers”
no sé si eso me vuelve demasiado ingenuo, masoquista o estúpido (probablemente
una no muy sana combinación de las tres).
Transformers: La Era de la Extinción continua con la “historia” de las
entrega anterior. Han pasado cuatro años desde la batalla en Chicago de la película
anterior y la presencia de los Transformers es conocida a nivel mundial hasta
el punto de reconocerlos como una amenaza alienígena en potencia, por lo que el
gobierno ha dedicado esos cuatro años a cazar a todo nativo de Cybertron, sin
importar si son Autobots o Decepticons. Es en este momento cuando el inventor y
padre soltero Cade Yeager (Mark Wahlberg) encuentra a un aparentemente muerto
Optimus Prime y trata de repararlo, esto pone en la mira del gobierno a Cade y
a su hija Tessa (Nicola Peltz), que se verán en medio de la batalla entre el
gobierno estadounidense y los Transformers. Para complicar aun las cosas, un
cazarrecompensas espacial llamado Lockdown también se unirá a la lucha por
capturar a Optimus.
De entre las
muchas (muuuuuuuuuuuchas) fallas de la franquicia cinematográficas de Transformer
está el hecho de que todas las películas cuentan con exactamente la misma
estructura: Personaje humano encuentra el Macguffin de la historia (si no saben
a qué se refiere esa palabra, pregúntenle a San Google), Autobots y Decepticons
pelean por el Macguffin, los buenos ganan solo porque si y todos viven felices
hasta la siguiente secuela. La Era de la Extinción
usa exactamente la misma fórmula narrativa, pero con cambios suficientemente
interesantes como para hacer más interesante la película.
Optimus
Prime ahora hace un papel doble en la película: no solo es el robot más
prominente en la cinta sino que también se convierte en el Macguffin de la historia
por buen rato, hasta que se introduce otro por ningún otro motivo que por hacer
la película una hora más larga de lo que debería. Quisiera hablar más en específico
de la representación que se hace sobre la personalidad del líder Autobot en
esta película, pero aparte de ser un spoiler relativamente grande, además que
ese asunto me parece más adecuado discutirlo un lunes (no el próximo lunes,
pero si a mediano plazo).
En cuanto a
los personajes humanos tenemos la novedad de que si bien no son nada
interesantes por si solos, tampoco son molestos e insufribles como era el caso
en las películas anteriores. Mark Wahlberg es un tanto inconsistente en su actuación,
pasando de tomarse el papel muy en serio en algunas escenas y en otras aparente
recordando que está en una película sobre robots extraterrestres y usando toda
la seriedad que eso implica. Lo que me pareció un tanto perturbador es la interacción
entre el personaje de Wahlberg y Jack Reynor (que interpreta al novio de Tessa)
y que por lo general se limita a una constante competencia de ver quien la
tiene más grande (no literalmente, gracias a Cthulhu), pero luego recordé que
Michael Bay era el director y que en su mente este tipo de interacción es la única
que dos personajes masculinos pueden tener entre sí. Por otra parte, puedo
decir sin temor a equivocarme que Nicola Peltz es la siguiente Megan Fox, es
decir, una “actriz” cuya lista de talentos empieza y termina con “se ve muy
bien frente a la cámara”. No estoy diciendo que la carencia de Rosie Huntington,
Megan Fox o Shia LaBeouf ayuden a que la película sea mejor, pero… la carencia
de Rosie Huntington, Megan Fox o Shia LaBeouf ayudan a que la película sea
mejor. Solo digo.
El film
comete muchos de los errores de las películas anteriores pero en menor medida.
El enfoque se centra demasiado en los personajes humanos, dejando a los robots
como personajes peleando al fondo de la pantalla, pero al mismo tiempo le da más
tiempo en pantalla a los Transformers que en cualquiera de las entregas
pasadas. El humor estúpido e infantil característico de Bay sigue presente pero
en una medida muchísimo menor, lo cual lo hace mil veces más fácil de digerir.
El fetichismo que tiene el director por el ejército estadounidense no está al frente
de la pantalla en ningún momento, lo cual es bastante bueno. Finalmente la
historia sigue siendo bastante simple, pero al menos muestra una que otra idea
interesante e incluso en más de una ocasión intenta ser inteligente y
relevante, lo cual es una ternura. Ver a Michael Bay tratar de ser inteligente
es como ver a un niño de primaria en un festival del día de las madres: Es
horriblemente patético e irrisorio, pero el simple hecho de que haga el intento
es suficiente como para enternecerse.
Visualmente
es bastante buena, aunque la secuencia de transformación de algunos de los
nuevos robots se ven demasiado fantasiosas, hasta que, de nuevo, te das cuenta
de que estás viendo una película sobre robots extraterrestres gigantes que se
golpean unos a otro, así que verdaderamente no es tan importante. Por otro
lado, por mucha saña que le tenga a Michel Bay, debo admitir que si alguien
puede hacer explotar cualquier cosa en la pantalla y ver que se vea
espectacular, ese es Michael Bay, tristemente eso es lo único que sabe hacer
realmente bien. Para robarme descaradamente una frase de Bob Chipman: Michael
Bay filma a las mujeres como si quisiera conducirlas y a los carros como si
quisiera acostarse con ellos, no al revés.
Transformers: La Era de la Extinción en muchos momentos se vuelve un
comercial descarado, no solo de juguetes, sino de toda marca y producto que se pueda
meter en una escena en la mayor cantidad y mayor velocidad humanamente posible,
lo cual no afecta realmente a la trama pero no deja de ser molesto. Aun con
todos los problemas que presenta, La Era
de la Extinción es probablemente la mejor película sobre Transformers hasta
el momento, lo cual puede ser bueno o malo según la perspectiva que se
tome. Por un lado esta película demuestra
que la franquicia puede ser mucho mejor de lo que ha sido en el pasado, pero al
mismo tiempo si este es verdaderamente el punto más alto para Optimus y compañía
en la pantalla grande, el único camino que queda es hacia abajo (otra vez).
¿La película
es buena? Jajajajajaja ¡Por supuesto que no! Es tonta y nada más sirve para
pasar el rato. Dicho esto, es lo suficientemente entretenida como para
divertirse en el cine y a diferencia de las películas anteriores (sobre todo la
segunda) nunca llega a ser ofensivamente estúpida. Ya había hecho esta comparación
antes, pero por si las dudas la repito. Esta película es como un gran plato de
comida chatarra, no es buena para tu salud, pero el sabor es tan bueno que hace
que eso se te olvide. Una pequeña indulgencia de vez en cuando nunca hace daño.
Definitivamente vale la pena verla en la pantalla grande, diversión sin mucho
sentido que digamos y relativamente inofensiva, pero diversión a fin de cuentas.
Transformers:
La Era de la Extinción: 7/10
Mejor que:
Transformers (2007), Transformers: La Venganza de los Caídos (2009),
Transformers: El Lado Oscuro de la Luna (2011).
No tan buena
como: Transformers: La película (1986)
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