Además de
los lunes también odio el alcoholismo. Podría decir que odio cualquier clase de
adicción pero eso no está ni cerca de ser verdad tomando en cuenta mis propias
adicciones a los videojuegos, los comics y mi propio egocentrismo, entre otras
cosas. No soy psicólogo, pero creo que una adicción es bastante fácil de
explicar, simplemente haces algo que te hace sentir bien, y sentirse bien es
bueno (duh) por lo que repites constantemente ese algo que te brinda bienestar.
Tampoco soy médico o químico, pero supongo que algunas adicciones, como a las
drogas por ejemplo (y solo algunas, daría más detalles pero me pondría a mi
mismo en evidencia), empiezan como una necesidad psicología y poco a poco se
convierten en adicciones físicas ¿Por qué todo este choro? Simplemente quiero
dejar las cosas claras antes de decir que la única adicción que simplemente no
entiendo es la que se refiere a las bebidas alcohólicas.

Cualquiera
que haya sufrido de una cruda en su vida sabrá de lo que hablo, que es más o
menos como creo que debe sentirse un vampiro (de los de antes, no de las
mamadas que pasan por ser un vampiro hoy en día): La luz del sol es irritante y
casi sientes como te quema la piel, una sed incontrolable y el deseo de dormir
en un ataúd hasta que sea nuevamente noche y hayas descansado lo suficiente
como para tener las fuerzas de levantarte de nuevo. Y todo el mundo ha pasado
por ello por lo menos una vez en su vida, me atrevería a decir que aquel que
nunca haya dicho en voz alta “no lo vuelvo a hacer” a causa de una peda,
probablemente nunca ha vivido. Y ya de la cruda moral que usualmente acompaña
la resaca mejor ni hablamos.

Podría
decirse que en esencia no odio el alcohol sino la resaca que esta conlleva, y
tal vez sería cierto si no fuera porque es una simple relación de causa y
efecto. Es bastante simple, supongo: Odio la cruda, la cruda es causada por
beber alcohol ergo si evito beber alcohol evito tener cruda al día siguiente
¿Pero no beber alcohol de vez en cuando? Creo que eso simplemente no podría
llamarse vida. A lo que quiero llegar es que, a riesgo de escucharme como
comercial mamon auspiciado por el gobierno, beber con medida no tiene
absolutamente nada de malo, lo malo es hacerlo con exceso, no porque sea un mal
ejemplo para los demás o porque sea malo para la salud, simplemente es porque
no quiero tener que vomitar mis entrañas al día siguiente.
Pero lo peor
del caso es que el alcoholismo es probablemente le única adicción que es bien
vista socialmente, lo cual parece dar un cierto nivel de amnistía a quienes son
alcohólicos. Algunos catalogan el alcoholismo como una enfermedad, pero en mi opinión
eso no es más que una excusa para que los borrachos puedan lavarse las manos y
no hacerse responsables por sus propias acciones. “Bajo el influjo del alcohol”…
eso suena casi casi como si la persona estuviera poseída por un espíritu maligno
o algo así, siendo que a menos que la botella sea algún ser extraterrestre que
fuerce a su víctima a beber su contenido (algo así como un “Facehugger” de Alien), es imposible.
No quiero
sonar insensible (no más de lo usual al menos) y entiendo que el alcoholismo
puede ser la causa de muchos problemas de salud, pero ese es el punto, es una
causa de enfermedad, no una enfermedad por sí misma. No hay nada de malo en que
aquellos con este problema busquen ayuda, lo cual debe ser bastante difícil por
sí solo, pero que no quieran atribuir todos sus problemas al alcohol. Al final
del día quien decide tomar la botella y en qué cantidad empinársela (de nuevo,
sin albur) es uno mismo, y el querer pasarle a alguien esa responsabilidad es
simplemente estúpido y un tanto infantil.
Y por eso
odio el alcoholismo. Y también los lunes.
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