lunes, 2 de junio de 2014

Odio los lunes y la “nueva epidemia del bullying”


Además de los lunes también odio la “nueva epidemia del bullying”. Esa es una manera un tanto rara de describirlo, pero tiene más sentido que decir simplemente “odio el bullying”. Eso es como, claro, duh. ¿A quién puede gustarle algo así? Para ser más especifico, odio como los medios (noticieros, más que nada) pregonan sobre el “nuevo” problema que aqueja a nuestros niños: el bullying. La palabra podrá sonar nueva más que nada porque no existe realmente una traducción literal, pero el concepto no lo es en lo absoluto. Cuando era joven se le llamaba “carrilla” o “llevarse”. Y no, no me estoy quejando de que a esos conceptos se les conozca ahora con un término anglosajón, un problema es un problema se llame como le llame. Lo que me molesta sobre manera es como se pretende hacer creer que este es un asunto que solo ha surgido en tiempos recientes.
Puede que este especulando mucho más de lo habitual, pero estoy casi seguro que mis abuelos, mis padres e incluso mis hermanas fueron sino victimas, por lo menos testigos de este problema. Y llevándolo a algo completamente concreto, estoy completamente seguro de que no es un asunto nuevo por el simple hecho de que yo lo sufrí más de una vez durante mis años de escuela. Para sorpresa de absolutamente nadie, durante mi niñez fue molestado constantemente por compañeros de clase por ser “el niño raro”, después de todo ¿de qué otra manera se le podía llamar a un niño que prefería leer o dibujar durante el recreo en lugar de jugar futbol? En ese entonces así como otros problemas sociales en el pasado como el racismo no se le veía realmente como un problema, era algo “normal” (sé que la comparación puede sonar un tanto extrema, pero no encuentro otra manera de describirlo).
No me malentiendan, no me opongo a que los medios pongan su atención en lo que es realmente un problema, lo que me molesta como ya dije, es como se reporta como novedad, usando la palabra “bullying” solo una nueva forma de hablar de un fenómeno actual y relevante, siendo que siempre lo ha sido, con o sin la ayuda de los medios. Lo que me encabrona es que muchos verán el llamado bullying como el peligro más nuevo que aqueja a la juventud, como en su momento fue la violencia en la televisión, o los videojuegos, o los comics, o la música de rock y así sucesivamente. ¿La diferencia? En esta ocasión es un verdadero problema. No por nada dicen que por lo menos un reloj descompuesto esta en lo correcto al menos dos veces al día.
No puedo defender el bullying bajo ninguna circunstancia, es como decir que Hitler no era tan malo después de todo. Sin embargo puedo decir que este fenómeno me afecto tanto para bien como para mal. Debido a él he cargado un complejo de inferioridad por mucho tiempo, pero también he aprendido a valorarme a mí mismo por ser diferente a la gran mayoría de la gente, he aprendido a tratar a los demás con el respeto con el que a mí no se me trató, he aprendido a apreciar todo lo que sale de la norma y sobre todo gracias a mi buen amigo Edmond Dantés, aprendí a como planear dulce y deliciosa venganza en aquellos que me victimizaron (¡Hey! No estoy diciendo que eso sea lo correcto o lo más recomendable, solo digo que es parte de lo que aprendí)
Me alegro de que muchos niños obtengan la ayuda que nunca tuve en mi infancia, eso no lo puedo negar. Lo que no quiero que se siga pensando es que esto es un problema surgido en el siglo XXI y que casi casi se canonice a quien dice que lo es. Estoy conciente de que la entrada de hoy no fue divertida en lo mas minimo, asi que ahí dejo un clip de cuando los Simpsons aun eran buenos, eso siempre ayuda.
Y por eso odio la “nueva epidemia del bullying”. Y también los lunes.

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