Además de
los lunes también odio los tatuajes. Bueno, no es que verdaderamente los odie, después
de todo son de esas cosas que no daña a nadie, excepto quizá a quienes deciden
ponerse uno, pero simplemente no le encuentro mucho sentido a querer tatuarse
en primer lugar.
Sé que
hacerse un tatuaje es una decisión totalmente estética sin ningún valor
realmente practico, excepto tal vez para los que son miembros de alguna
pandilla y los tatuajes son una manera rápida y fácil de reconocer los cadáveres
de los integrantes o algo por el estilo, pero fuera de eso ¿Porque querría
alguien inyectarse tintas de colores a la piel para hacerse un dibujo (casi)
indeleble?
Puede que
sea practico tener una ilustración que se ve genial, algo así como usar tu
camiseta favorita sin la preocupación de que se despinte o se rompa y mejor
aun, nunca tener que lavarla, pero no se ustedes, pero por lo menos a mi no me gustaría
tener que usar la misma ropa por el resto de mi vida. Claro, sería genial
voltear y ver el dibujo cada que se me diera la gana y sentirse “Bad-Ass”, pero
casi seguro que el efecto no sería el mismo después de una o dos semanas.

Pero no
todos los tatuajes son visibles para aquellos que los traen. ¿Qué hay de
aquellos que se tatúan la espalda o algún otro lugar donde no les da el sol? Imagínense
comprar una pintura genial y decidir colgarla en un lugar donde todo el mundo
pueda verla excepto el dueño. Simplemente no le veo el sentido, aparte de que
parece solo un grito desesperado que dice “todo el mundo voltee a verme porque
aparentemente no puedo sobrevivir sin la atención de otro ser humano por menos
de un minuto”. Pero también está el otro lado de la misma moneda, aquellos
tatuajes pequeños en el hombro o tobillo que se ocultan fácilmente bajo la ropa
y que son igualmente inútiles a mi parecer; como en el ejemplo anterior, imaginan
comprar un pintura de su agrado pero al llegar a su casa y colgarla en la pared
deciden cubrirla con una tela y solo de vez en cuando mostrar la pintura a los
demás. Pero como sea, supongo que es solo mi acostumbrada amargura la que
habla: malo si sí, malo si no.
Supongo que
el gusto por los tatuajes no es más que amor a ese arte, porque me agrade la
idea o no, ni siquiera yo puedo negar el valor artístico de un tatuaje… cuando
este lo tiene, por que seamos sinceros, por cada tatuaje verdaderamente bien
hecho y existen un sin número más que no son más que garabatos pintados en la
piel de alguien que, en el momento de tatuarse, le parecía una buena idea
sentarse en una silla y dejar que un desconocido le inyectara tinta a la piel.
Simplemente
tatuarse es algo que yo nunca haría. En primera porque soy un cobarde que le
tiene miedo a las agujas de cualquier tipo; en segunda porque no quiero que una
imagen marcada permanentemente en mi piel se vaya deformando gradualmente hasta
hacerse irreconocible cuando las carnes se aflojen (más de lo que ya están) y
en tercera, no me gustan ese tipo de cosas. Hasta el día de hoy nunca he
visto a alguien que se vea bien con su piel adornada por tatuajes.
Uh… Y por
eso odio los…
… Odio los…
¿Qué estaba
diciendo?
Y por eso
odio… algo… no me acuerdo lo que era... Y también los lunes.
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