Puede que
haya quien no esté de acuerdo, pero en mi opinión lo más destacable de la franquicia
de Madagascar han sido desde un
inicio Kowalski, Rico, Cabo y Skiper, los famosos Pingüinos de Madagascar (nombre súper original, lo sé). La
popularidad de estos personaje fue lo suficiente mente grande como para que se
ganaran su propia serie de televisión, pero aparentemente eso no es suficiente
para las aves monocromáticas y ahora probaran suerte en el cine.
Los Pingüinos de Madagascar nos trae las aventuras del equipo de
elite formado por aves polares favorito de todos, quienes se verán cara a cara
con un enemigo que amenaza a toda la raza humana raza pingüino. Skiper y
compañía no solo tendrán que enfrentar a esta nueva amenaza sino que también se
verán obligados a mostrar su valía frente a otro grupo de elite conocido como “La
Ráfaga Polar”, quienes también se dedican al peligroso oficio de defender al
reino animal de todo tipo de amenazas.
Estos
personajes ya han probando que pueden dejar una duradera impresión en el
publico robando la atención en cada escena en la que aparecen en la trilogía de
Madagascar, pero en todas esas ocasiones
contaban con una ventaja, sus participaciones eran memorables pero al mismo tiempo
breves, lo que les permitía causar una gran sonrisa durante sus cortas
apariciones. Así pues, el gran reto de esta película es prácticamente extender esas
pequeñas escenas de no más 5 minutos y lograr crear un largometraje que
conserve el mismo dinamismo que el concepto original, y aunque el resultado es
variable durante la duración de la cinta, se puede decir que el reto ha sido
superado.
Los personajes son sumamente divertidos,
demostrando una energía que resulta contagiosa y el que se tenga antecedente o
no sobre sus aventuras anteriores es completamente irrelevante ya que esta película
logra complacer a fans de los personajes, tanto veteranos como nuevos que muy
seguramente logrará atraer esta producción. El detalle en los personajes no es
ni de cerca lo mejor que se haya visto por parte de Dreamworks, pero es
inmensamente superior, visualmente hablando, a la animación que se utiliza en televisión,
lo cual suena obvio pero no siempre es el caso. Sin embargo los modelos “simplistas”
permiten dar un dinamismo muy bueno a toda la animación, una movilidad y energía
que me recuerda a la animación tradicional que antes se utilizaba dar vida a
personajes como Bugs Bunny y el resto de los Looney Tunes.
Si buscan
una historia compleja llena de giros inesperados o una trama memorable,
probablemente se equivocaron de sala de cine. La historia es simplista y sumamente
ridícula, lo cual suena como un punto negativo para el film, pero ese no es el
caso ya que debido a su simplicidad puede darse el lujo de tirar por la ventana
cualquier pretensión y dedicarse únicamente a entretener a (casi) cualquier
tipo el público. El humor puede ser simplista para algunos pero es sumamente
efectivo y aunque no todos los chistes son de la misma calidad, es seguro que
los pingüinos pueden hacer reír a cualquiera por lo menos un par de veces
durante el transcurso de la película.
Los Pingüinos de Madagascar puede que no sea una de las mejores películas
animadas del año, pero eso se debe a que su propósito no es ganar un Oscar sino
ser una divertida experiencia para la familia y en cuanto a ese respecto, logra
su propósito como pocas. Quizá no sea lo suficientemente buena como para
recomendarla ver en las salas de cine, pero si tiene un par de horas y no hay
nada mejor que hacer, Los Pingüinos de Madagascar
es una divertida forma de pasar el rato.
Los Pingüinos
de Madagascar: 7/10
Mejor que:
Reyes de la Olas (2007), Madagascar 2 (2008)
No tan buena
como: Happy Feet (2006) (No precisamente el mismo género, pero solo por
compararla con otra película de pingüinos)
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