Mi intención
al iniciar el año, en cuanto a reseñas por lo menos, era dejar morir en paz al
2014 y entrar de lleno al 2015, el único problema con ese plan es que poco o
nada se estrena durante las primeras semanas de enero (al menos aquí), por lo
que no hay otra opción más que lidiar con los remanentes del año pasado y es así
que tenemos Una Noche en el Museo 3: El
Secreto de la Tumba.
Una Noche en el Museo 3, por si el “3” en el titulo no es
suficiente indicación de ello, continua con las aventuras de Larry Daley (Ben
Stiller) en el Museo de Historia natural de Nueva York, donde las exhibiciones
que cobran vida al anochecer son parte de un espectáculo para deleite de los
visitantes. Las cosas se complican cuando las figuras y demás exhibiciones
vivientes comienzan a comportarse de manera errática y agresiva. Es entonces
cuando Larry descubre que hay algo afectando a la mágica tableta egipcia que es
la que otorga vida a los habitantes del museo. Ahora Larry y compañía tendrán que
viajar al Museo Británico para descubrir que es lo que le pasa al objeto mágico
y salvar a los habitantes del museo.
Sé que es la
usanza hoy en día pero ¿de verdad es necesario hacer todo en trilogías en la
actualidad? No sé si de verdad Una Noche
en el Museo era una de las películas cuyo éxito original aseguraban
establecer una franquicia, pero aparentemente ese es el caso. Dicen que cuando
no hay nada bueno que decir es mejor callar, pero si hiciera caso a eso hasta aquí
llegaría la reseña.
Sin dar
tantos rodeos, Una Noche en el Museo 3
es simplemente mala. Usualmente la actuación dentro de una comedia puede
pasarse por alto siempre y cuando los involucrados logren causar gracia a su público,
pero a lo que refiere a Ben Stiller en esta película, ni actual bien ni causa
risa, ni siquiera cuando interpreta a Laa, un cavernícola cuya mayor aportación
es hacer ruidos y gestos “graciosos” a la cámara. Al resto del reparto no le va
mejor, aunque ellos tienen la ventaja (o desventaja, dependiendo de cómo lo
vean) de que son tantos personajes que poco o nada de tiempo en la pantalla se
le da a cada uno, con excepción de Dan Stevens que se incorpora al reparto
interpretando a Sir Lancelot y esta excepción se debe a que (spoiler) sin ton
ni son, la historia decide hacer que este personaje sea el villano, sin ninguna
explicación o motivo aparente, o por lo menos un motivo tan forzado que
simplemente no funciona (fin del spoiler). Como si la historia no fuera lo
suficientemente forzada, también se decidió agregar una sub-trama referente a
Larry y su hijo, quienes intentan mantener su cordial relación, aunque esto se
complica cuando descubren que ambos tienen planes muy diferentes en cuanto al
futuro inmediato; esta sub-trama solo da vueltas sin dirección fija y a fin de
cuentas no resuelve absolutamente nada, aparte de rellenar el film con escenas
completamente innecesarias.
Los efectos
visuales son decentes en su mayoría, con unas cuantas excepciones. En cada
escena en la que aparecen Owen Wilson y Steve Coogan, el uso de la llamada “green
screen” es dolorosamente obvia, aunque hasta cierto punto comprensible si
tomamos en cuenta que ambos interpretan a figuras miniatura, pero aun así el
efecto se ve tan malo que es inevitable que salte a la vista. Sabes algo anda
mal con tu producción cuando algunos de tus efectos especiales tiene la misma
calidad que algo salido de El Chapulín Colorado. Y hablando de efectos visuales
lastimeros, lo mismo podría decirse de toda las escenas que Ben Stiller
comparte consigo mismo interpretando a dos personajes distintos, estas
interacciones se ven tan realistas como un billete de 25 pesos.
Una Noche en el Museo 3 es mala, para sorpresa de absolutamente
nadie. Si hay que dar algo de “crédito” al film, es que no es ofensivamente
mala, ni siquiera está cerca de ser lo peor que haya visto en mi vida, es mala
al punto de ser completa y totalmente intrascendente e irrelevante. Supongo que
las únicas personas a las que les podría
recomendar este film es a aquellas que hayan disfrutado de las entregas
anteriores, de ahí en más ni se molesten. Pongámoslo así: cuando la sima de tu
comedia es un chango orinando y un cavernícola que solo hace gestos “graciosos”,
no creo que seas muy bueno haciendo en tu trabajo de hacer reír a la gente.
Una Noche en
el Museo 3: El Secreto de la Tumba: 1/5. Mala
Mejor que:
Una Noche en el Museo 2 (2009)
No tan buena
como: Una Noche en el Museo (2006)
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