Aunque no
puedo negar que usualmente soy fan de El Malvado Imperio Galáctico
Disney a pesar de sus prácticas monopólicas que aparentemente tiene el no muy
sutil objetivo de dominar el mundo, de lo que no soy fan es de su manía de
encontrar un buen concepto y exprimirlo hasta matarlo con tal de sacarle hasta
el último centavo posible, últimamente en
la forma de hacer remakes de sus clásicos animados en “live action”, por
lo que esperaba salir bastante malhumorado de la nueva versión de Dumbo, y aunque preferiría ver la original
de 1941 cualquier día de la semana, la adaptación del 2019 podría haber sido
mucho peor.
En Dumbo veremos a un elefante volar. El
afamado circo de los hermanos Medici está a punto de exhibir a su más reciente
atracción, un pequeño elefante recién nacido llamado Dumbo, sin embargo el
paquidermo muestra una peculiaridad: unas enormes orejas. Lo que en un
principio es objeto de burlas y vergüenza para el elefante se convierte en su
más grande don cuan, con la ayuda de sus cuidadores humanos, Dumbo descubre que
puede volar, algo que lo hará mundialmente famoso y que atraerá la atención de
un excéntrico millonario que quiere agregar al elefante volador como una
atracción en su parque de diversiones.
Uno de los
tantos problemas con los que se topa cualquier remake es la forma de
“modernizar” su contenido. Por un lado, si se hace un copia al carbón de lo ya
antes visto, la producción se vuelve algo redundante e innecesario (La Bella y la Bestia del 2017, por
ejemplo); por el otro lado, si te despegas demasiado del material original, la
adaptación se convierte en algo completamente distinto que sólo se cuelga de la
fama de un nombre famoso (Alicia en el
País de las Maravillas del 2010 me viene a la mente… versión que ODIO
apasionadamente). Dumbo 2019 hace las
dos cosas al mismo tiempo.
La primera
parte del filme es una recreación de la versión animada, una reproducción que
no es cuadro por cuadro pero que toca más o menos los mismo puntos en su
historia, algo que me resulto un poco confuso, ya que técnicamente tenemos el
desenlace de la trama original casi casi a la mitad del filme. Esta primera
parte es la que está más impregnada de nostalgia, haciendo alusiones a la
versión original cada que tiene oportunidad, sobre todo con su banda sonora que,
aunque nunca se convierte en un musical, sí logra reproducir muchas escenas
icónicas. Aquí entre nos, aunque la escena entre Dumbo y su mamá no es tan
emotiva como en la original, debo admitir que sigue siendo muy “llegadora” y
hará que a más de a una persona se le escape una lagrimita.
La segunda
mitad es la que cuenta con más problemas, o al menos le resulta más difícil
esconderlos. El enfoque se ve desplegado a un amplio reparto de personajes
humanos, los cuales no me parecen nada interesantes, algunos no aportan
absolutamente nada de valor a la trama, y aunque cada uno lleva su historia
individual, estas se sienten incompletas llegando a desenlaces anticlimáticos y
hasta forzados. La única excepción a esto es Michael Keaton como el villano en
turno, no voy a negar que esta apreciación se deba a que soy fan del actor,
pero también porque su personaje, aunque plano como todos los demás, prácticamente
es una versión malvada del propio Walt Disney. ¿Un millonario excéntrico con su
propio parque de diversiones que está dispuesto a sobreexplotar a sus
atracciones con tal de ganar dinero? Muy adecuado si me permiten decirlo. Tal
vez esta lectura no sea más que mi decadente salud mental haciéndome ver “moros
con tranchetes” y sobreanalizando de más
una película para niños, pero accidentalmente o no, ese contexto se encuentra
ahí ¡Bien hecho Tim!
Una vez más
me veo justo en el medio de lo que podrían ser opiniones muy divididas. Entendería
perfectamente a aquellos que amen la cinta por su aspecto visual, lo tierno que
resulta su protagonista y esa “magia infantil” que trata de lucir casi todo el
tiempo, pero igualmente entiendo a aquellos que pudiesen odiarla por lo poco
original del guion (que en cierto momento se convierte en Liberen a Willy con un elefante volador) y sus personajes
aburridos. Aunque no es muy santo de mi devoción, debo reconocer que el
director Tim Burton hizo lo mejor que pudo tomando en cuenta el material que se
le dio para trabajar, y aunque dudo mucho que se convierta en un clásico, Dumbo 2019 termina siendo una inofensiva
forma en la que se puede pasar el rato con la familia.
umbo: 2/5.
Meh.
Mejor que:
Alicia en el País de las Maravillas (2010), Cenicienta (2015), La Bella y la
Bestia (2017).
No tan buena como: Maléfica (2014), El Libro de la Selva (2016)
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