Entiendo que
muchos estén más que cansados del subgénero de súper héroes en el cine, no
comparto esa opinión, pero lo entiendo, sobre todo cuando parece que se estrena
una nueva película de este tipo una vez por semana. Tal vez mi opinión no sea
demasiado confiable si tomamos en cuenta que soy muy fan de estas producciones,
pero pienso que a pesar de la saturación de estos filmes aún pueden encontrarse
suficientes variantes y “sabores” diferentes que pueden ser apreciados, como
por ejemplo Shazam, que a pesar de
sentirse un poco anticuada por momentos, no deja de ser una muy, MUY
entretenida experiencia.
En Shazam veremos a un niño convertirse en
un poderoso súper héroe. Billy Batson (Asher Angel) es un chico problemático que
viaja de familia adoptiva a familia adoptiva en busca de su verdeara madre. Después
de defender a uno de sus nuevos hermanos adoptivos, Billy se ve transportado a
un misterioso lugar donde un poderoso hechicero le brinda poderes
sobrenaturales, convirtiendo a Billy en un superhéroe, algo que parece ser un
sueño realidad hasta que el chico descubre que debe enfrentarse a una poderosa
y antigua fuerza maligna que amenaza a toda la humanidad.
A todas
luces se puede ver que esta producción es “una más” basada en comics, lo que
tal vez no sea tan obvio es que es apoya fuertemente en la comedia, algo que
tampoco es nada novedoso para el subgénero, pero debatiblemente es la comedia
el platillo principal en Shazam,
mucho más que la acción o los efectos especiales, una gracia que a su vez está
fuertemente ligada a sus personajes. Gran parte del humor en la trama es ver a
los personajes, quienes esencialmente son niños, experimentar y descubrir sus
habilidades sobrehumanas, algo que resulta muy natural y creíble (en un mundo
de seres súper poderosos y magia, al menos). Tal vez sea mera proyección de mi
parte, pero casi les puedo asegurar que si a un niño le das la sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, el valor de Aquiles
y la velocidad de Mercurio, lo
primero que haría sería salir a jugar con sus nuevas habilidades mucho antes de
que la idea de convertirse en un paragón de la justicia pase por su mente.
Para repetir
por milésima vez, esto es una comedia, pero sorprendentemente esto no evita que
la producción se vuelva bastante sombría, seria e incluso violenta por momentos.
No hay nada demasiado grafico dentro del filme, pero una que otra escena parece
salida directamente de una película de horror ochentera, algo que para un público
adulto (o en mi caso, una persona que finge ser adulta) puede parecer un tanto
bobo y hasta fuera de lugar, pero estas escenas bien podrían llegar a asustar a
un público infantil, nada demasiado severo y este tono rápidamente regresa al
de la comedia, sin embargo hay que considerar podría ser estresante para un niño
pequeño.
La acción es
entretenida pero los efectos visuales son poco creíbles y hasta ridículos, y
aunque normalmente yo mismo tacharía esto como algo malo, lo “tonto” (por
llamarlo de alguna manera) de los efectos especiales tiene su propio encanto. El
traje de Shazam se ve como un cosplay barato y las escenas donde vuela resultan
de la calidad que se podría esperar de un programa de televisión de relativo
bajo presupuesto, pero el hecho de que los mismos personajes muchas veces
señalen lo ridículo o poco creíble de su situación hace que todos estos
elementos se sientan casi insignificantes y no nos distraigan del objetivo
principal: Divertir a su público. La película sólo se toma en serio a si misma
cuando la trama lo exige, fuera de eso la producción invita al espectador a reírse
con ella más que reírse de ella, algo que pienso logra hacer bastante bien.
He escuchado
muchas comparaciones entre Shazam y
la versión de Spider-Man de Sam
Raimi, y aunque puedo ver las semejanzas, creo que una comparación más adecuada
sería con Los Goonies, la primera película
de Superman o incluso Nuestra Pandilla… sé que esto tal vez no
tenga sentido, pero si ven Shazam sabrán
exactamente de lo que hablo. La película es muy entretenida, más no perfecta.
El desenlace se extiende un poco más de lo que debería, algunos conflictos se
sienten salidos de la nada con el único fin de hacer avanzar la trama y el tono
muchas veces amenaza con volverse un tanto cursi, pero ninguno de esos factores
perjudica demasiado a la producción en general. No puedo mentir, usualmente disfruto
mucho de estas producciones, por lo que no soy precisamente imparcial, pero
debo decir que Shazam ha sido la película
que más he disfrutado ver en el cine en lo que va del año. Ajusten ese marcador
y denle una victoria más a DC Comics, quienes, lentos pero seguros, va ganando
terreno con sus adaptaciones cinematográficas.
Shazam: 4/5.
Muy buena.
Mejor que: La
Liga de la Justicia (2017), Aquaman (2018)
No tan buena como: La Mujer Maravilla (2017)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario