Cuando
escuchamos las palabras “adaptación de comic al cine” inmediatamente pensamos
en Marvel o DC, después de todo esas son las dos compañías más prominentes en
el medio, sin embargo hay más opciones tanto en comics como en películas basadas
en los mismos, como en el caso de Dark Horse y Hellboy, quien ya había tenido su cinco minutos de fama con las adaptaciones
cinematográficas hechas por Guillermo del Toro. Si está nueva versión del personaje
logra despertar el interés del público una vez más, es algo que no sabría
decirles, pero lo que sí sé es que quisiera que del Toro terminara de contarnos
su versión…
En Hellboy veremos a un particular
investigador de lo paranormal. A pesar de él mismo ser un demonio, Hellboy (David
Harbour) ha sido criado y entrenado por su padre adoptivo humano para ser la última
línea de defensa en contra de todo ser sobrenatural que amenace a la humanidad.
Cuando una malvada y poderosa bruja resurge desde las sombras, Hellboy no sólo tendrá
que enfrentarse a la hechicera sino también con su propio oscuro pasado y catastrófico
destino.
Olviden por
completo la versión de Guillermo del Toro, está interpretación no pretende ser
una continuación de lo ya antes visto. Hellboy
2019 se centra en sus muchas y variadas escenas de acción, lo cual a la larga
se vuelve contraproducente. Es cierto que la acción es constante, saltando de
secuencia en secuencia y haciendo que la historia nunca se detenga,
desafortunadamente esto hace que nunca se nos de un momento para “respirar” o
siquiera conocer a sus personajes, haciendo que estos se conviertan en poco más
que elaboradas figuras de acción luchando unas contra otras.
A pesar de
que la trama es relativamente sencilla, poco a poco se empiezan a implementar
subtramas de manera un tanto torpe. Toda historia secundaria llega a una conclusión,
pero a veces lo hace de manera tan abrupta que estos desenlaces se sienten como
un “Deux ex Machina” poco original. El problema con la trama es el mismo que
con la ya mencionada acción, nunca se le da el tiempo suficiente para desarrollarse
apropiadamente, lo que provoca que la historia se sienta como muchos relatos
más pequeños apenas conectados con un muy frágil y delgado hilo narrativo que amenaza
con romperse en cualquier momento. Muchas veces la producción se siente como
varios capítulos de una serie de televisión vagamente unidos entre si más que
una película.
No hay
medias tintas en cuanto a los efectos especiales se refiere: O tenemos escenas
muy bien elaboradas que parecen salidas directamente de algún disco de banda de
Metal, o efectos visuales tan risibles que parecen sacados de un capítulo de
los Power Rangers. A veces los efectos especiales son demasiado ridiculos para
tomarlos en serio, o al menos tan serios como la película pretende hacerlos
ver, pero incluso estos “malos” efectos tienen su propio encanto, como si fueran
parte de una de esas películas de monstruos de “serie B” de bajo presupuesto.
Al final del
día debo reconocer que sí disfrute de esta nueva versión de Hellboy, pero definitivamente no es para
todos. En muchas ocasiones la película se siente innecesariamente violenta y
cruel, todo sólo para darnos unos cuantos efectos de gore superfluos e intrascendentes
en su propia narrativa, la edición es atroz y crea muchísimos errores de
continuidad, además de que los personajes son demasiado planos, haciendo que
muchas de las supuestas escenas emotivas estén cargadas de cierto humor
involuntario más que de drama. A todas luces las películas de Hellboy de Guillermo del Toro son mucho,
MUCHO mejores que esta, pero si no les molesta algo de violencia innecesaria y
son fans de las “malas” película de monstruos, yo diría que le den una
oportunidad.
Hellboy:
2/5. Meh.
Mejor que: R. I. P. D. Policía del Más Allá (2013)
No tan buena
como: Hellboy (2004), Hellboy: El Ejército Dorado (2008)
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