En sus
inicios, cuando yo era joven, llegué a ser muy fan de Pokémon pero poco a poco,
como creer en los reyes magos o tener ganas de vivir, Pokémon fue algo de lo
que me fui distanciando conforme crecía, aunque la afición nunca desapareció
del todo. Puede que la “fiebre Pokémon” no sea tan fuerte como a los mediados
de los noventa, pero el hecho de que la franquicia siga presente en la cultura
popular después de tantos años es algo admirable. Debido a su longevidad, a
veces pienso que la franquicia pudiese tener problemas en llamar la atención de
un nuevo publico sin descuidar la afición de aquellos que, literalmente, la han
seguido durante años, pero si esto era un problema, una solución sencilla y
elegante la podemos ver en Detective
Pikachu, una película que tiene un poco de todo y que será un buen rato tanto
para propios como extraños a la serie, sin importar la edad.
En Detective Pikachu veremos a un joven
haciendo equipo con un inusual compañero. Tim Goodman (Justice Smith) es un
joven que, debido a tragedias personales, vive distanciado de su padre. Cuando
su padre desaparece misteriosamente, Tim se ve obligado a ir la Ciudad Rym, una
utopía donde humanos y Pokémon viven como iguales. Es en la ciudad donde se
topa con un peculiar Pikachu (Ryan Reynolds) que puede hablar pero que sólo Tim
puede escuchar. Sin muchas opciones a la mano, Pikachu y Tim deberán hacer
mancuerna y llegar al fondo de la misteriosa desaparición del padre de Tim.
La película
es esencialmente una “típica” historia de detectives para niños, y aunque la
idea suena descabellada, la ejecución es muy buena. La trama es relativamente sencilla,
pero logra darnos algunos giros inesperados que hacen que la historia resulte
interesante en todo momento. Algo que ayuda muchísimo a la producción es su ambientación,
que se ve influenciada por el “cine negro”, con iluminación oscura que ayuda a
ambientar una trama que puede ser también lúgubre por momentos y que nos remite
a esas viejas películas en blanco y negro de detectives, balazos y “mujeres fatales”, todo con un filtro “familiar”
que lo convierte en algo apropiado para todas las edades sin que esto
signifique hacer completamente de lado sus influencias de Film Noir, digo, no
es precisamente El Alcón Maltes, pero
la influencia del genero es clara.
Quizás uno
de los atractivos más grande de la película sean sus efectos visuales, y aunque
no estoy del todo seguro, puede que mi niño interior esté nublando mi juicio,
los efectos especiales son MUY buenos. La composición entre animación por
computadora, actores reales y el entorno son excelentes, haciendo que este
mundo de alta tecnología y creaturas mágicas se sienta muy real, por lo menos
dentro de su propio contexto, además de que… al diablo la objetividad por un
segundo, lo admito, ver a un Charizad fotorrealista en la pantalla grande me hizo
sentir como un niño de 12 años otra vez ¿Qué quieren que les diga? Aparentemente
aun no estoy del todo muerto por dentro (aun…).
Y ahora que
he sido positivo ya puedo regresar a mi actitud de adulto amargado y decir que
un problema con la producción es la forma inicial en que se presenta su
historia. No estoy acusando a la película de plagio ni nada por el estilo, PERO
el principio de la historia, incluyendo algunos conceptos importantes de la
trama y hasta alguna que otras tomas resultan sospechosamente similares a otra película
de misterio para niños: Zootopia. Lamentablemente dar demasiados detalles sería
arruinar algunas sorpresas, basta decir que las similitudes en algunas partes
del guion son demasiadas como para ignorarse. Y ya que estamos hablando de los
puntos débiles de la cinta, el desenlace es un tanto abrupto y desentona un
poco con el resto de la producción, ya que se opta por un clímax más típico de superproducción
hollywoodense, repleto de acción, explosiones y efectos especiales, lo cual resulta
entretenido, eso que ni que, pero que se siente un poco fuera de lugar
comparado con lo “sobrio” (por llamarlo de alguna manera) del resto de la producción
hasta ese momento.
Lo dije al
principio y lo vuelvo a decir: Detective
Pikachu logra entretener a todo tipo de público, siendo una perfecta introducción
a la franquicia Pokémon en general para potenciales nuevos fans y un
recordatorio para los viejos seguidores de la “magia” que nos llamó la atención
en primer lugar. El humor puede ser demasiado sosos por momentos, pero esto es
para hacerlo más accesible para niños, además de que a su vez se presentan una
que otra broma dirigida a un publico adulto que, sin caer en vulgaridades, pasará
desapercibido por los niños pero que hará reír a más de un adulto. Entiendo si
el concepto les suena demasiado ridículo, y sí, tal vez lo sea, pero aunque no resulte
algo trascendental que les cambiara la vida para siempre, Detective Pikachu es un buen rato para toda la familia.
Detective
Pikachu: 3/5. Buena.
Mejor que:
Pokémon: La Película (1998).
No tan buena como: Pokémon Origins (2013) Ok, esa no es película, es mini serie, pero vale la pena, aunque debo admitir que alude mucho a la nostalgia y no resulta tan interesante si no se cuenta con ese elemento.
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