Ya saben cómo
me quejo y me quejo de la comedia repetitiva y predecible, pero irónicamente disfruto
mucho de las películas de Seth Rogen, que son repetitivas y predecible. Tal vez
mi gusto por el actor sea mera proyección, después de todo si hacen a un lado
su éxito, su talento, su gracia, su carisma, su fama, su fortuna, el hecho de
que tiene amistades y sus ganas de vivir, fuera de todo eso, el actor y yo somos
prácticamente iguales, por lo que no puedo decir que sea imparcial al hablar de
sus películas, aun así puedo decir que Ni
en Sueños resulta una comedia entretenida PERO que aun con sus mejores esfuerzos,
no evita caer en los mismos clichés gastados de TODA comedia romántica.
En Ni en Sueños veremos la historia de una
pareja dispareja de enamorados. La secretaria de estado de norteamericana, Charlotte
Field (Charlize Theron), está lista para comenzar su propia campaña política
para postularse como candidata a la presidencia. Por azares del destino
Charlotte se rencuentra con Fred Flarsky (Seth Rogen), un viejo amigo de la
infancia que en la actualidad es un periodista a quien contrata para ayudarle a
escribir sus discursos de campaña. Lo que comienza como una mera relación laboral
poco a poco va creciendo en algo más profundo, sin embargo, el hecho de que
ambos tengan vidas tan diferentes hace que el romance entre Charlotte y Fred
sea mucho más complicado de lo que debería.
Si han visto
alguna comedia de Seth Rogen ya sabrán más o menos a que atenerse: chistes
sobre drogas, uno que otro sobre judíos, algunas referencias a la cultura ñoña
y bromas sobre penes. La “novedad” (por llamarla de alguna manera) en Ni en Sueños es que estos elementos se
incorporan a los de comedia romántica, dando como resultado una combinación entretenida,
aunque no del todo novedosa. Otra “novedad” es la reversión de papeles, por lo
meno en lo acostumbrado dentro de la comedia romántica, dándole protagonismo y más
poder al personaje femenino que al masculino, lo cual se hace de manera natural
y creíble, haciendo alusión al tan sonado tema de “la mujer empoderada” sin sentirse
condescendiente. A lo que me refiero es que los protagonistas se presentan de
manera más verosímil, haciéndolos sentir más realistas que simples títeres que
pretenden empujar una agenda políticamente correcta.
La química entre
los protagonistas es buena y funciona bien dentro de la trama… tal vez
demasiado bien. Es difícil de explicar pero lo intentaré de todos modos. Los
protagonistas logran reflejar una buena relación entre ellos, una que es mucho
más creíble como una buena amistad más que una relación romántica, lo cual tal
vez suena un poco extraño en una comedia ROMÁNTICA, pero ese es más o menos el
punto, que los actores representan una pareja romántica poco usual, lo cual
logra ser divertido y tierno al mismo tiempo.
Y aquí viene
el gran “pero” de siempre. A pesar de sus mejores intentos por darnos giros
inesperados y las típicas complicaciones de la historia durante el tercer acto,
la cinta no evita ser igual de predecible que TODA comedia romántica, así que
no importa lo que suceda, ya sabemos desde el principio como va a terminar la
historia, y aunque el camino hasta el desenlace es entretenido, la meta final
se ve a kilómetros de distancia.
Esto resulta
complicado. Mi afición por la comedia de Seth Rogen es evidente, así como mi
desprecio por la comedia romántica, resultando en algo así como veneno y
contraveneno. La comedia es graciosa, los personajes divertidos y la historia interesante
pero los clichés de siempre saltan a la luz con demasiada frecuencia,
arruinando un poco la experiencia, al menos para mí. Ni en Sueños podrá
divertir a los fans de sus protagonistas, así como uno que otro suspiro de
ternura par aquellos que no tengan el alma tan podría como yo. Un buen rato sin
duda, pero no lo suficiente como para salir corriendo a verla en el cine.
Ni en Sueños:
2/5. Meh.
Mejor que: A
Toda Madre (2012).
No tan buena
como: La Entrevista (2014).
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