No importa
si lo aman u odian a él o a su trabajo, siempre hay dos cosas que son seguras
en las películas de Quentin Tarantino: Inevitablemente dan de que hablar y
siempre resultan entretenidas (aunque a diferentes niveles), tradiciones que
continúan en Había una Vez en Hollywood,
pero de antemano debo advertirles que, a pesar de contar con las cualidades ya mencionadas,
entiendo perfectamente que algunos piensen que es demasiado rebuscada o sin
sentido, conclusiones que definitivamente no comparto pero ¿Quién soy yo para
negarles su propia opinión equivocada?
En Había una Vez en Hollywood veremos a
varios personajes del mundo del espectáculo tratando de adaptarse a los cambios
de la industria. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) es un actor de renombre que
piensa que sus mejores años ya han quedado atrás, por lo que está dispuesto a
hacer casi cualquier cosa por mantener viva su carrera. Apoyando a Rick se
encuentra su doble de riesgo y amigo personal Cliff Booth (Brad Pitt).
Ayudándose uno al otro en el difícil mundo hollywoodense, Rick y Cliff trataran
de adaptarse a los cambios en el mundo del cine a principios de los años 70´s.
Tal vez sea
empezar con el pie izquierdo decir que la trama muchas veces parece no tener
una dirección fija o siquiera un objetivo claro en la historia que nos quiere
contar, de hecho podría decirse que la verdadera “historia” ocurre sólo en la
última media hora del filme; esto sonara a una crítica muy dura, pero ese no es
el caso o por lo menos no es mi intensión que lo sea. Lo que trato de decir es
que la cinta, más que una sola historia, parece estar formada de pequeñas
viñetas protagonizadas por los mismos personajes, siendo estos el hilo
conductor de estas historias más pequeñas, y aunque muchas de estas tramas
menores parecen no tener relación o siquiera relevancia entre ellas, todas
tienen como objetivo resaltar las cualidades de los personajes inmiscuidos en
ellas, todos ellos muy interesantes y muy, MUY carismáticos, lo cual los
convierte en un espectáculo muy entretenido.
Creo que
está de más decir que todas las actuaciones son excelentes, después de todo el
reparto completo está formado de grandes actores que han probado su valía
muchas veces en el pasado, todos ellos jugando un poco con las expectativas del
público, dándole a la película un aire bastante impredecible que resulta muy
agradable. Los personajes se prestan a caer en estereotipos pero afortunadamente
nunca lo hacen, dándonos personalidades mucho más humanas de lo que se podría
esperar en una historia sobre el mundo de la farándula. No quiero dar detalles
para no arruinarles nada, pero tomen por ejemplo a los personajes de Brad Pitt
y Leonardo DiCaprio. Al principio se podría pensar que existe cierto nivel de
“celos profesionales” o una rivalidad entre ambos personajes debido a sus
circunstancias, pero eso no es verdad, al contrario, nos muestra una relación
sincera y afable que va más allá de simples colegas y se dibuja como una
genuina amistad entre ambos personajes. Lo que trato de decir es que la
película evita en todo momento el melodrama barato, prefiriendo en su lugar
inyectar el sarcasmo y humor negro característico de su director.
La ambientación
es perfecta, transportando al espectador al Hollywood de principios de los
70´s. El vestuario, los escenarios, la banda sonora… hasta el más mínimo
detalle esta cuidado para recrear la época en la que se desarrolla la historia,
lo cual, para bien o para mal, hace que muchas escenas y tomas parezcan poco
más que el filme presumiendo su diseño de producción y su uso de “props” de la
época que parecen salidos de un museo de cine, lo cual tal vez suene a mera
arrogancia por parte de la producción pero ¿Cómo no darse el lujo de ser altivo
cuando tu trabajo es tan pero TAN bueno?
Ya se habrán
dado cuenta que me encanto la película pero aun así debo advertirles que no es
para todo el mundo. Odio tener que decir esto ya que es como poner una barrera
de elitismo mamón y quizá hasta innecesario alrededor de la cinta pero esta
película es prácticamente el director platicándonos sobre sus gustos,
influencias y admiración por el cine cual si fuera niño emocionado abriendo sus
regalos de navidad, lo cual tal vez no resulte tan entretenido si es que el
espectador no comparte ese nivel de apreciación por el medio, pero lo que es
innegable es que ese entusiasmo resulta infeccioso y muy contagioso. Otra
pequeña anotación que debo hacer es que el filme utiliza cierto “truco” que ya
antes ha usado Tarantino (no voy a dar detalles para no arruinar la sorpresa),
y aunque sigue siendo uno muy bien ejecutado y sumamente entretenido, si el
director continúa utilizando ese “truco” correr el riesgo de volverse algo
predecible, lo cual definitivamente no es todavía, pero es algo que debería
tomar en cuenta. Si todo lo ya dicho les pareció aunque sea remotamente
interesante, denle una oportunidad a Había
una vez en Hollywood, otra razón que justifica el ego inflado de Tarantino,
pero como dije hace un momento ¿Cómo no presumir cuando eres tan
endemoniadamente bueno en tu trabajo?
Había una
Vez en Hollywood: 5/5. Excelente.
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