martes, 4 de febrero de 2020

Cine Barato: Presencias del Mal



A veces lo mejor que puede hacer una producción es comprometerse con una visión y esperar que eso sea suficiente para llamar la atención, puede o no funcionar, pero al menos el resultado final será consistente; por otro lado, si se intenta hacer un “cambio de giro” a mitad del proyecto, los resultados difícilmente serán buenos, y aunque es mera especulación de mi parte, creo que ese fue precisamente el caso durante la producción de Presencias del Mal, que intento ser una película de terror tradicional y en algún momento quiso convertirse en algo más psicológico, haciendo que ninguno de los dos enfoques funcione, saboteándose el uno al otro más que complementándose.

En Presencias del Mal veremos a una joven institutriz siendo acosada por fuerzas misteriosas. Kate Mandell (Mackenzie Davis) es una joven maestra que ha sido contratada para encargarse de la enseñanza de la pequeña Flora Fairchild (Brooklynn Prince), una huérfana heredera de una gran fortuna que vive completamente aislada del mundo exterior y que vive en la enorme y antigua mansión de su familia. El estresante trabajo de Kate se complica aún más cuando la joven comienza a tener visiones fantasmales de lo que, probablemente, sean horrendos acontecimientos ocurridos en la mansión. Sin saber que creer, Kate deberá enfrentarse directamente con el mal que representa la mansión y sus excéntricos habitantes.

Al principio el filme toma rápidamente el rumbo de historia de casa embrujada, el cual no es muy de mi devoción, ya que lo considero una formula muy gastada pero ¡Hey! Sé que soy la minoría con esa opinión y este escenario se presta para más de un tipo de historia de horror. Hasta aquí toda más o menos bien, con la atmosfera tétrica y escenarios tenebrosos que se podrían esperar, pero los problemas comienzan cuando el filme intenta (y falla) un ángulo más psicológico para presentar su historia.

El terror psicológico, al menos en mi opinión, es muy difícil de plasmar ya que debe ser mucho más sutil, más “tranquilo” (por llamarlo de alguna manera), dejando que tanto los personajes como el espectador tengan tiempo suficiente para poder interpretar lo que sucede en la trama, algo que usualmente viene acompañado de un ritmo más lento, sin embargo Presencias del Mal quiere hacer este tratado psicológico mediante los recursos de una película de terror “normal”. Los “jump scares” están a la orden del día, cada uno menos efectivo que el anterior debido a su frecuencia. En menos de cinco minutos vemos el mismo recurso de sonio fuerte acompañado de una imagen supuestamente escalofriante, lo cual puede tomarte por sorpresa la primera vez, pero se usa con tanta frecuencia que se vuelve predecible y más molesto que aterrador, por si fuera poco, los efectos especiales por computadora que parece salidos de casa del terror de feria no ayudan mucho que digamos.

Esto podría considerarse un spoiler, así que sáltense este párrafo si lo consideran necesario. El problema más grande de la cinta es que a la mitad de la historia se pretende poner en duda la salud mental de su protagonista, queriendo hacer pasar las visiones y hechos sobrenaturales como alucinaciones o simple paranoia, el problema con esto es que para este momento el espectador ya ha experimentado estos “hechos sobrenaturales” directamente, a veces sin la presencia de la propia protagonista, demostrando que los “espíritus chocarreros” son “reales” dentro de la historia y no una simple alucinación, lo cual la película pretende pasar por un giro sorpresivo, pero la misma cinta está dando las respuestas incluso antes de presentar las preguntas.

La “experimentación” de géneros de horror que nos brinda el filme podría ser interesante, pero en lugar de complementarse se interponen entre ellos, haciendo que la trama no tenga una dirección concreta. Lo peor, lo que es casi imperdonable es el desenlace, o mejor dicho la carencia de uno. La cinta no tiene una conclusión, simplemente comienza a rodar los créditos a mitad de una escena y eso es todo, como si a la producción se le hubiese acabado el presupuesto y no hubiesen podio filmar la escena final. Una cosa es querer ser críptico con el desenlace de tu historia y otra muy diferente creer que no tener un final es lo mismo que ser misterioso, lo cual es irritante, no aterrador. Hay buenas ideas aquí, pero la falta de compromiso por desarrollarlas es lo que termina haciendo que ninguna de ellas se concrete. Todavía es demasiado pronto para asegurarlo pero Presencias del Mal se perfila para ser una de las peores películas el 2020.

Presencias del Mal: 1/5. Mala.













Mejor que: La Llegada del Diablo (2018), ¡Boo! (2018).
No tan buena como: El Niño (2016) ¿Alguien siquiera recuerda esa película? Tambien es mala pero aun así es mejor que esto.



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