Tengo
sentimientos encontrados en cuanto a las historias sobre narcotraficantes (reales
o ficticio por igual); por un lado siento que este tipo de historias glorifican
esta prominente figura criminal, convirtiéndola en algo en lo que se debe
aspirar a ser; por otro lado, muchas veces estas narraciones, específicamente
aquellas basadas en personalidades reales, resultan verdaderamente fascinantes
y muchas veces más sorprendentes e interesantes que cualquier cosa que a un
buen guionista pudiese ocurrirle. La popularidad de este tipo de producciones está
en un punto muy alto y esa tendencia no da señales de cambiar en el futuro cercano,
por lo que hace que este género se sienta un tanto sobre explotado en la
actualidad, siendo Escobar: La Traición
uno más de tantos proyectos que tocan el tema sobre Pablo Escobar, y ese es
precisamente el problema, que esta película simplemente es una más del montón,
con poco o nada que la haga destacar del resto.
En Escobar:
La Traicion veremos la historia de Pablo Escobar. Durante los años 80´s Pablo
Escobar (interpretado por Javier Bardem) fue la cabeza de una de las
organizaciones de narcotraficantes más poderosas en el mundo. La fama y la
fortuna de Escobar llaman la atención de la periodista Virginia Vallejo
(interpretada por Penélope Cruz) quien emprenderá una relación amorosa con él.
El punto de
partida de la historia es muy interesante y tiene mucho potencial: ver la vida
de Escobar desde los ojos de una de sus amantes, desafortunadamente este
enfoque se hace a un lado constantemente a favor de una narrativa más “tradicional”
que nos cuenta la vida de este personaje. Al principio se podría pensar que
Virginia Vallejo sería la protagonista en esta interpretación de la historia,
pero a pesar de ser la “narradora” de la trama, su interacción dentro de la
propia historia es demasiado esporádica y sin contar el desenlace, prácticamente
intrascendente, por lo menos en comparación a los muchos otros eventos
importantes que ilustra el filme.
La narración
por parte del personaje de Virginia Vallejo es constante pero no por ello
siempre resulta algo bueno. Muchas veces la narración se utiliza para darnos
todos los detalles y el contexto de lo que estamos viendo en pantalla, una solución
adecuada que no interrumpe demasiado el flujo de la historia, sin embardo
muchas otras veces esa misma narración es redundante al describir exactamente
lo mismo que vemos en pantalla, situaciones en que estas “explicaciones” son
completamente innecesarias.
Las
actuaciones me parecen adecuadas, con una pequeña gran excepción. Se siente
como si Penélope Cruz lanzara una moneda al aire antes de salir en una escena,
haciendo que su actuación varié dependiendo de qué lado de la moneda cae hacia
arriba, ya que en una secuencia da una actuación decente (no espectacular, pero
decente) y en la siguiente se dedica a sobreactuar lo más posible, algo que le
da cierto grado de humor involuntario en mi opinión, algo que ocurre
constantemente cuando Cruz está en pantalla.
Como el 90%
de las cosas que digo, esto va a sonar confuso: Escobar: La Traición es una buena dramatización de esta historia,
no la mejor ni la peor, y ese es el problema. La cinta no hace nada para
distinguirse de la multitud de producciones similares que tocan el mismo tema y
de la misma manera, y el potencial de distinguirse por su cuenta se desecha prácticamente
desde el precio y se trata de implementar pobremente al final del filme. Hay
muchas otras opciones para ver está misma historia, pero si no tienen el tiempo
o la paciencia de leer un libro o ver una serie de televisión sobre Pablo
Escobar, Escobar: La Traición es una
buena (aunque insípida) opción.
Escobar: La Traición:
2/5. Meh.
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