miércoles, 1 de agosto de 2018

Cine Barato: Más Sabe el Diablo por Viejo


 
Estoy consciente de que soy parte del problema, ya que me la paso hablando de lo asqueroso que suele ser el cine mexicano actual pero, desgraciadamente, no tengo ni idea de cómo hacerlo mejorar. Pensaba que el problema era que no contaba con historias originales y que se limitaba a copiar lo ya antes visto o, en su defecto, que los proyectos mexicanos en general se producen a la “ahí se va”, mostrando poco o nulo interés por darnos un producto de verdadera calidad, pero a estas alturas ya no sé qué pensar, ya que Más Sabe el Diablo por Viejo SÍ cuenta con una historia “original”, SÍ tiene calidad de producción y aun así es otro mojón en la creciente pila de mierda que llamamos cine mexicano.
Ok, la sinopsis de cajón: Un wey  que quiere ser actor está a punto de conseguir un buen papel para impulsar su carrera pero debido a una serie de convenientes enredos, lo corren de su casa y además sus documentos dicen que tiene 79 años en lugar de 30 y cacho. Viendo una oportunidad para aprovechar su mala suerte, el wey se hace pasar por un anciano y se queda en “La Casa del Actor”, un asilo para actores de la tercera edad.
Sí esa premisa les suena siquiera remotamente interesante no los culpo, en un principio a mí también me lo pareció, pero la trama rápidamente se desmorona al caer en la comedia simplona, las pésimas actuaciones y, por supuesto, una pinche subtrama romántica, porque TODA puta película mexicana debe tener una de esas aparentemente, aunque en este caso la “peculiaridad” de la historia de amor es que la chica en cuestión tiene gerontofilia… no, no estoy bromeando, digo, cada quien sus filias, pero la forma en que se presenta esto en la película no es ni graciosa, ni “enternecedora”, ni siquiera interesante, convirtiéndose rápidamente en la pila acostumbrada de clichés de TODA PUTA PELÍCULA ROMANTICA.
La película en ocasiones trata de dar un buen mensaje, el de apreciación por el adulto mayor (específicamente por actores) e intenta mostrar como la sociedad suele tratar a este sector de su población como ciudadanos de segunda, pero cada que la película se acerca a decir algo siquiera remotamente profundo, se interrumpe a si misma con un mal chiste ¿Y de qué nivel de comedia estamos hablando? Solo un ejemplo: El protagonista se ve obligado a untarse mierda de perro en el rostro para ocultar su identidad. Hilarante.
Como siempre trato de ver por lo menos una cosa buena en una producción, algo bastante difícil en esta película, pero lo más cercano a algo positivo es la actuación de Ignacio López Tarso, quien parece ser el único miembro del reparto a quien si le interesa actuar de verdad, dando comentario valioso e interesante tanto de la profesión actoral como sobre la vejes, pero por buena que sea su participación, esto no está ni de cerca de redimir el resto de la película.
Huecos argumentales a diestra y siniestra, tramas que mágicamente se resuelven solas, personajes odiosos, edición horrenda que salta de escena a escena sin ton ni son, banda sonora genérica y patética, comedia barata y pésimas actuaciones son solo algunos de los elementos que forman parte de Más Sabe el Diablo por Viejo. La película puede que tenga buenas intenciones e intente darnos algo verdaderamente entretenido, pero eso no es suficiente para salvar a esta producción, además que, como sabemos, “el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”, siendo Más Sabe el Diablo por Viejo una piedra más en ese camino por el que transita el cine mexicano actual.

Más Sabe el Diablo por Viejo: 0/5. Ofensivamente mala.
 
 

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