martes, 4 de septiembre de 2018

Cine Barato: Ana y Bruno


 
Voy a sonar groseramente condescendiente (por lo menos más de lo usual) pero debo decir que Ana y Bruno no fue de mi agrado. Ya sé ¡Que sorpresa! ¿Yo? ¿Despreciando una película mexicana? ¿Quién lo hubiera dicho? Sí, sí, sí, hay un precedente muy largo en cuanto a mi desdén por el cine nacional, pero aun con esto debo darle crédito a Ana y Bruno por intentar cosas nuevas, o por lo menos nuevas en el cine mexicano, casi ninguna ejecutada con éxito pero el esfuerzo y dedicación ante el proyecto es evidente, algo que SÍ puedo respetar.
En Ana y Bruno veremos las aventuras de una niña y su inusual amigo. Ana y su madre llegan a una casa junto al mar para descansar mientras el padre de Ana va de viaje de trabajo a la capital. La curiosidad de Ana la lleva a explorar la vieja casa y toparse con una serie de seres extraños, siendo uno de ellos Bruno, una creatura con la que rápidamente forma un lazo de amistad. Juntos, Ana y Bruno vivirán una serie de aventuras y descubrirán un oscuro secreto que esconde la vieja casa.
Sé que la descripción anterior es demasiado vaga pero debe serlo para no arruinar las distintas sorpresas que nos da la trama. Curiosamente estas revelaciones se dan rápidamente y no son tan “sorpresivas”, de hecho muchas de ellas sirven para ir planteando un giro más grande a la mitad de la historia, uno que resulta un poco obvio para aquellos que pongan atención (o que han visto demasiadas películas) pero que está bien planteado e imagino que logrará tomar por sorpresa a más de uno.
Algo que le debo aplaudir a la producción es que trata de tocar conceptos un tanto oscuros para un público infantil, es más, me atrevería a decir que se arriesga al hablar de temas que otras tantas películas mexicanas “serias” no se atreverían ni a acercarse, sin embargo no creo que lo haga de manera adecuada. Darles todos los detalles sería (una vez más) arruinar los giros de la trama, pero siento que trivializa demasiado elementos serios como la salud mental, la perdida, el duelo… y ya he dicho suficiente. La película trata de presentar estos conceptos de manera sencilla pero al hacerlo, aun cuando no sea su intención, los banaliza y les resta muchísima seriedad, algo que tal vez logre confundir a un niño pequeño sobre estos temas en lugar de explicárselos.
Lo siento de verdad pero no hay otra forma de decirlo: La animación es pésima. Texturas demasiado simples, personajes que parecen muñecos de plástico y una paleta de colores un tanto apagada hacen que el aspecto visual no resulte para nada de mi agrado. No todo es malo, algunos diseños de los personajes son interesantes pero ese tratamiento parece ser exclusivo de los personajes secundarios. Los protagonistas, al menos en mi opinión, son demasiado aburridos visualmente. Ana parece un muñeco de plástico barato salido de alguna pintura de Margaret Keane mientras que Bruno es un duendecillo genérico y sin ninguna gracia propia.
A final de cuentas Ana y Bruno tropieza constantemente con sus propias ideas, presentándolas de manera un tanto torpe pero esto se debe en gran medida a que intenta ser algo más que una de tantas películas de aventuras para niños. Lo he dicho hasta el cansancio, mejor intentar y fallar que no intentarlo en lo absoluto; la película intenta algo relativamente nuevo y falla, pero resulta en un buen fundamento para producciones futuras. Una cosa más, si es que deciden ver Ana y Bruno deben tomar en cuenta que en muchas ocasiones se torna en una “película de terror para niños” al estilo de Monster House o Coraline, aunque no está ni cerca de ser tan buena como esas películas, sólo tengan en mente que puede presentar una que otra escena que podría espantar a un niño pequeño, nada demasiado grafico ni perturbador, pero si podría hacer llorar a uno que otro chiquillo en el cine.

Ana y Bruno: 2/5. Meh.
 
 
 
 
 
 
 
 
Mejor que: Isla Calaca (2017), La Leyenda del Charro Negro (2018).
No tan buena como: Ahí Viene Cascarrabias (2018) Ok, lo géneros son completamente distintos pero ambas producciones son animación hecha en México así que la comparación sí cuenta… ¿O no?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario