¿Qué tan
malo es que lo primero que me venga a la mente al escuchar el término “Sex
Comedy” (y lo digo en inglés porque “comedia sexual” suena a algo ilegal) sea American Pie? Una reliquia de un tiempo
pasado y recordatorio constante de que soy un anciano supongo. Ya saben de lo
que hablo, ese estilo de comedias “subidas de tono” que se enfocan en
adolecentes calenturientos y sus andanzas sexuales, el más reciente ejemplo de
este estilo de comedia (por lo menos que yo he visto últimamente) es No Me Las Toquen, que a pesar de ser una
comedia divertida con el único objetivo de divertir a su público, se atreve a
comentar algunos puntos interesantes sobre el incomodos (para algunos) temas de
sexualidad.
En No Me Las Toquen veremos las andanzas de
un grupo de padres tratando de evitar que sus hijas pierdan su virginidad. Julie
(Kathryn Newton), Kayla (Geraldine Viswanathan) y Sam (Gideon Adlon) han sido
amigas prácticamente desde que entraron a la escuela. Con la graduación a la
vuelta de la esquina, las tres amigas toman la decisión de perder su virginidad
durante su fiesta de graduación, algo que sus padres descubren por accidente.
Aterrados de que sus hijas cometan un error al “perder su inocencia”, Lisa (Leslie
Mann), Hunter (Ike Barinholtz) y Mitchell (John Cena) unirán fuerzas y trataran
de encontrar a sus hijas “antes que sea demasiado tarde”.
Creo que
será fácil decidir si les va a parecer graciosa la película o no al escuchar su
premisa y si piensan que es un tema demasiado incomodo… tal vez tengan razón,
pero ese es precisamente uno de los puntos que trata el filme. Tal vez sea
porque puedo ver una situación como esta desde un punto completamente externo,
pero la confusión, vergüenza y
malentendidos entre padres y sus hijos jóvenes al hablar de sexualidad pueden
resultar muy graciosas, situaciones que la película evidentemente exagera
siempre que puede con tal de hacer más graciosa la situación.
A pesar de
ser una comedia, las diferentes relaciones entre los personajes resultan bastante
orgánicas (por llamarlas de alguna manera) y más que ser estereotipos gastados
llegan a sentirse como personas reales, o por lo menos tan reales como se
podría esperar de una “comedia de errores”, lo que hace fácil empatizar con por
lo menos alguno de los personajes, cada uno de ellos mostrando un punto de
vista distinto a un mismo “problema”, lo cual nos permite apreciar la historia
desde varias perspectivas diferentes.
El tipo de
humor puede llegar a ser un tanto… no sé cómo decirlo, “asqueroso”, supongo,
pero gracioso. No les quiero arruinar nada, pero una de las escenas más
divertidas es también una de las más grotescas, pero dependiendo de su propio
sentido del humor tal vez lo consideren demasiado asqueroso como para ser
gracioso. Un ejemplo de lo que hablo se da en una escena que se da casi instantáneamente
de la que les hablo, la cual involucra expulsión de fluidos corporales y que no
me pareció graciosa en lo absoluto. Es difícil entender de lo que hablo sin
arruinar el chiste, lo que trato de decir es que a veces el humor es asqueroso
y gracioso y en otras simplemente asqueroso.
Podría
contarles muchos otros detalles sobre esta película, pero hacerlo sería
quitarle mucho la gracia a la historia y sus giros, además de que les
arruinaría muchos momentos que resultan genuinamente emotivos. Lo anterior es
algo que en verdad me sorprendió, a pesar de ser esencialmente una comedia
sobre chiquillos cogiendo, la película nos da momentos muy “humanos”, nada
demasiado melodramático (esto es una comedia a final de cuentas), pero que
resultan genuinamente tiernos, aunque ¿Qué sé yo? tal vez sólo sea mi mentecilla
enferma que puede llamar “tierno” a una situación muy, MUY incómoda entre
padres e hijos. Tanto adolecentes como padres podrán disfrutar del humor de la
cina, aunque eso sí, no es una película que quiera ver junto con tus hijos o
padres, según sea el caso de cada quien. Graciosa y sorpresivamente emotiva en
momentos, pienso que No Me Las Toquen
vale la pena.
No Me Las
Toquen: 3/5. Buena.
Mejor que:
El Alma de la Fiesta (2018).
No tan buena
como: El Club de las Madres rebeldes (2016), Super Cool (2007)
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