Haré la comparación
no solamente porque es adecuada sino también porque casi siempre ofende a todos
los involucrados, y pocas cosas son más divertidas que hacer enojar a los ñoños
(si lo sabré… ¡Yo soy uno!): Harry Potter
y Star Wars tienen muchísimas similitudes;
ambas franquicias han tenido un impacto tremendo en la cultura popular, tienen
legiones de fieles seguidores, una mitología interna extensa e intrincada y,
entre muchas otras cosas, ahora gracias a Animales
Fantásticos: Los Crímenes de Grindewald, ambas sagas cuentan con precuelas
que serán recordadas como el punto más bajo de sus respectivas series.
En Animales Fantásticos: Los Crímenes de
Grindelwald veremos al mundo mágico
siendo amenazado por poderoso mago malvado. Después de escapar de su captura,
el mago oscuro Gellert Grindewald (Johny Depp) comienza a reunir seguidores a
su causa: Que los nobles del mundo mágico gobiernen el mundo entero, algo que
podría dividir a toda la comunidad mágica y sumirla en una guerra civil. En
medio de estos caóticos tiempos, Newt Scamander (Eddie Redmayne) emprende un
viaje para encontrar a su amiga a Tina Goldstein (Katherine Waterston), quien desapareció
misteriosamente al investigar y seguir el rastro de Grindewald.
No puedo
dejar de pensar que durante la producción de esta película ocurrió un muy
desafortunado caso de “teléfono descompuesto” entre productores, director y
guionista. Después del éxito de la primera Animales
Fantásticos y Dónde Encontrarlos se anunció que este “spinoff” de Harry Potter se extendería para crear
cinco películas más… el problema es que creo que J. K. Rowling escribió suficiente
material para ese número de películas, pero ya fuera algún productor o el mismo
director malentendió ese guion y puso TODO ese material en una sola cinta. Hay
tres o más tramas corriendo paralelas al mismo tiempo, todas ellas igualmente
importantes pero que al competir por tiempo en pantalla se sabotean una a
otras, haciendo que estas historias muchas veces se sientan apresurada e incompletas,
además de que la forma en que se intentan entrelazar unas con otras resulta
demasiado torpe, valiéndose de afortunadas “conveniencias” que solo hacen más
evidente los agujeros argumentales. Es como ver un circo de tres pistas, donde
los tres escenarios presentan un buen espectáculo simultáneamente pero el público
no sabe para dónde mirar, viendo todo y nada al mismo tiempo.
Si me
permiten divagar un poco (y de todos modos no hay forma de que puedan
detenerme), parte de la gracia de la saga original de Harry Potter se dio en la
forma gradual en que se nos presentó su historia. Pasamos de las preocupaciones
de estudiantes por aprobar sus clases a una guerra de magia que amenaza al
mundo entero, un cambio gradual que se da manera casi imperceptible, poco a
poco dejándonos apreciar a los personajes y el fascinante mundo en el que viven;
Los Crímenes de Gridelwald hace
exactamente lo opuesto, apresurándose en presentar situaciones para cimentar
eventos futuros, dándonos poco o nulo tiempo para verdaderamente comprender a
sus personajes y, por si fuera poco, establecer conexiones con el resto de la
franquicia que en muchas ocasiones son innecesarios e inofensivos, pero en
otras tantas resultan ridículos, sin sentido y logran “oscurecer” algunos
elementos de la saga original. La historia da giro tras giro tras giro, cada
uno supuestamente emotivo y sorpresivo, pero se dan de manera tan apresurada y
en sucesión uno tras otro que el espectador tiene poca o nula oportunidad de
procesar las montañas de información que se le arroja al mismo tiempo. No les daré
detalles, pero volviendo una vez más a la analogía con Star Wars, Los Crímenes de
Gridelwald tiene un momento relacionado con el pasado de un personaje de la
saga original tan tonto, intrascendente y simplemente malo como los
Midiclorianos en La Amenaza Fantasma.
Sería muy deshonesto
decir que TODO es malo en este filme. Los efectos especiales son buenos, los
diseños de las creaturas mágicas son originales y muy llamativos, y las
actuaciones en general son adecuadas, sobre todo la de Johny Deep como villano carismático
y estoico pero también violento y manipulador, probablemente tomando notas de
su propia vida real y la forma en la que trataba a su esposa ¿Lo anterior les
parece una broma cruel, de mal gusto y fuera de lugar? Tienen razón, pero eso también
es un ejemplo de lo dispar del tono del filme en más de un momento. De nuevo,
no voy a dar detalles, pero lo siguiente bien puede resultar en spoiler, así
que sigan leyendo bajo su propio riesgo: Pasamos de aventuras graciosas con
animales mágicos, hasta infanticidio (intencional Y accidental), violación implícita,
tención política… y regresamos a malentendidos y comedia ligera que parece
sacada de cualquier comedia romántica barata que se puedan imaginar (Fin de los
spoilers).
No soy de
los que van a acusar a Los Crímenes de
Grindelwald como una afrenta a la franquicia, algo que “les arruinará la
infancia”, simplemente es un mal pasó en
una longeva franquicia, algo que tarde o temprano iba a suceder; tampoco voy a
ser de esos fans que se dejan cegar por su pasión por la serie y defender a
capa y espada esta producción, porque quieran aceptarlo o no, el producto final
es un desastre, uno con algunos elementos buenos, eso sí, pero un desastre a
final de cuentas. La película se siente como un libro escrito únicamente con
anotaciones, citas y pie de página haciendo referencia a otros tantos textos,
algo que puede sonar atrayente solo a los fans más fans entre los fans de hueso
colorado, pero que no es ni de cerca una forma coherente ni entretenida de
presentar una historia. Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald
sólo será disfrutada por los más acérrimos seguidores de la franquicia, los
cuales la verán a pesar de lo que los demás digan, eso si es que no ya la
vieron, pero si ustedes no pertenecen a ese muy específico grupo, yo diría que
mejor la dejen pasar y vean cualquier otra de las películas de esta serie.
Animales Fantásticos:
Los Crímenes de Grindewald: 1/5. Mala
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