miércoles, 7 de noviembre de 2018

Cine Barato: Inquilinos


 
Sé que esperan escucharme rabiar y denunciar por milésima vez el deplorable estado en el que se encuentra la industria del cine nacional comercial hoy en día, lo entiendo y no los culpo, ya sé que soy demasiado predecible y que les encanta regodearse en mi dolor, pero esta ocasión va a ser un poco diferente. No sé confundan, Inquilinos es basura al igual que el 99% de películas mexicanas que llegan al cine pero precisamente por eso es que me resulto tan entretenida, y quizá sea demasiado pronto para afirmarlo, pero creo que tiene el potencial de ser una de esas películas que son tan mala que resultan hilarantes.
En Inquilinos veremos la historia de una pareja que comienza a experimentar una serie de tenebrosos acontecimientos. Luz María (Danny Perea) y Demián (Erick Elias) acaban de mudarse a un modesto departamento con la intención de dejar atrás su pasado y comenzar una nueva vida en pareja. Cuando extraños e inexplicables sucesos empiezan a atormentar a Luz María, la joven se verá obligada a descubrir los secretos del departamento, poco a poco revelando  la tenebrosa y sangrienta historia del lugar, un secreto que podría poner su propia vida en peligro.
Estoy ansioso por contarles de la risible incompetencia de esta producción, pero sería muy injusto tachar a todos sus elementos como malos ya que el filme si tienen uno que otro detalle que vale la pena. La historia es un poquito más complicada que el típico cuento de “casa embrujada”, implementando elementos sobre santería que pueden resultar un tanto burdos y predecibles, pero que le dan un sabor propio a la película, algo que pienso que de verdad se le debe aplaudir, ya que aunque el camino que recorre es uno ya muy gastado en cuanto a las historias de terror, al menos puede encontrar una identidad propia y no ser una copia al carbón del sin número de proyectos similares.
Ahora sí, aquí viene lo bueno. La atmosfera pretende ser misteriosa y lúgubre, y por momentos se acerca a alcanzar ese objetivo, pero siempre se sabotea a sí misma en el último segundo, rompiendo su propia ambientación con algún cliché gastado de película de terror. Ya se imaginaran de lo que hablo, el típico “jump  scare” mal logrado y predecible, el cual en esta ocasión es más torpe de lo habitual, usando efectos especiales patéticos o, en el mejor de los casos, extras en vestidos negros y pelucas blancas que se ven tan reales como un billete de 25 pesos en los peores momentos posibles. Si la intención era tomarnos por sorpresa, la producción en verdad lo logra, pero si se pretendía asustarnos vaya que estas tácticas baratas tuvieron el resultado opuesto, ya que cada que algo así pasaba me resultaba muy difícil contener la risa que estos “sustos” me provocaron.
Todas las actuaciones son malísimas y me encantan, pero quien se lleva las palmas es Danny Perea. La actriz solo tiene dos tipos de reacciones a cualquier tipo de situación: O medio cierra los ojos y susurra sus diálogos de manera que resulta difícil entender qué carajo está diciendo, o abre los ojos tanto como puede y jadea fuertemente al hablar haciendo que, otra vez, sea difícil siquiera entender lo que dice. Su actuación es tan exagerada y sin sentido que resulta muy, muy graciosa, en verdad de lo más chistoso de toda la película.
La trama es de esas que se desbarata bajo sus múltiples agujeros argumentales cuando te pones a pensar en ellos por más de dos segundos, lo cual es gracioso pero también un poco trágico. La historia coquetea de vez en cuando con la noción de ser un tipo de terror más psicológico, uno en el que el espectador no puede estar seguro de que es “verdad” y que “mentira”, pero lamentablemente  esos elementos se desechan en favor de seguir algo más “tradicional” sobre hechicería, demonios y ese tipo de clichés. Por si esto fuera poco, los personajes muchas veces actúan de manera espontánea y sin ningún sentido, solo para facilitar que la trama siga avanzando Estas acciones solamente logran hacer más evidentes los ya mencionados agujeros en la trama y, por lo menos en mi opinión, ponen énfasis en lo apresurado y risible que resulta el guion.
Lo que voy a decir no tiene ningún sentido porque después del cine mexicano, lo segundo de lo que más me quejo es la manía de hacer “remakes” de producciones que ya existen, pero creo que esta película si debería tener una reinterpretación en el futuro. El filme cuenta con factores buenos que en las manos de alguien más competente lograrían darnos un filme de terror verdaderamente interesante, peo la forma en que se presentan estos elemento en Inquilinos es demasiado ridícula como para tomarse en serio. La cinta me divirtió muchísimo, haciéndome reír más que cualquier comedia mexicana que haya visto en el año. Tal vez Inquilinos sí logra su cometido de entretener a su público aunque no lo haga de la manera que se pretende, pero de que me divertí, eso no lo puedo negar pero eso tampoco cambia el hecho de que es pésima, por lo que simplemente no pudo recomendar que la vean. Felicidades Inquilinos, eres la comedia involuntaria más graciosa que haya visto en lo que va del año, tú estupidez no será olvidada tan fácilmente.

Inquilinos: 1/5. Mala.
 









 
Mejor que: Mas Negro que la Noche (2014), La Niña de la Mina (20016).
No tan buena como: Kilómetro 31 2.
 

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