El esfuerzo
es importante, admirable incluso. Claro que el resultado final es lo que
siempre terminaremos juzgando, pero el proceso de crear algo, aun cuando el resultado
final no sea lo que esperamos, es algo que pocas veces consideramos. Esto lo
digo porque a pesar de que Todas las
Pecas del Mundo es una película bastante mala, al menos tiene la decencia
de esforzarse en ser original, en darnos algo que no es otra insípida y
trillada comedia romántica, de esas que pululan en el estercolero que algunos
llaman cine mexicano comercial, y es ese esfuerzo lo que me hace respetar a esta
producción.
En Todas las Pecas del Mundo veremos las
experiencias de un niño creciendo en el México de los 90´s. José Miguel
(Hanssel Casillas) es un chico que acaba de entrar a la secundaria. Mientras
hace nuevos amigos y va a clases, José Miguel se enamora de Cristina (Loreto
Peralta), la chica bonita y popular de la escuela. En medio de la fiebre
mundialista de 1994, José Miguel se inscribe a un torneo de futbol en su
escuela para tratar de impresionar a Cristina y así ganarse su corazón.
Hay muchos,
MUCHOS problemas que aquejan a esta producción, pero creo que uno de los más
importantes e imposibles de ignorar es el propio protagonista. El personaje de
José Miguel es simplemente odioso, sin ninguna cualidad que se pueda llamar
buena. Esto, en teoría, no tendría nada de malo, pero es difícil seguir y
empatizar con un protagonista que nunca muestra alguna señal de ser siquiera
medianamente una buena persona. Lo más “noble” y “decente” que lo vemos hacer
es cederle el asiento a una viejita en un camión, lo cual está bien, supongo,
pero eso no cambia que durante toda la película José Miguel es egoísta,
machista, manipulador, envidioso, narcisista, grosero, tramposo y mentiroso,
entre otras cosas. La cinta trata de justificar a su protagonista mostrándolo
como un niño “inocente”, que no sabe lo que hace hasta cierto punto, pero la
falta de experiencia no cambia el hecho de que el protagonista es un asco de
ser humano.
Otro
problema son las actuaciones. El reparto está formado en su gran mayoría por
niños de relativa corta edad, y como suele ser el caso en niños actores, sus
capacidades histriónicas son bastante cuestionables. Algo que no ayuda a las
malas actuaciones son los diálogos, que se escuchan muy “artificiales”, por
llamarlo de alguna manera. Son de esos diálogos rígidos que parecen haber sido
escritos por un algoritmo computarizado y no por un ser humano de carne y
hueso. Lo siento, pero nunca, nadie, bajo ninguna circunstancia en la vida real
dijo “nuevos pesos” de manera no irónica, y tampoco nunca escuche a alguien
llamar “Jalea de Perlas” a Pearl Jam durante los 90´s, y esta vez sí se de lo
que hablo, yo estuve ahí.
Otro problema
es la forma en que se presentan los personajes secundarios. Nunca se les da
tiempo de conocer a los otros personajes aparte del protagonista, solo se les
da un apodo supuestamente gracioso, alguna característica física que los pueda
distinguir medianamente y eso es todo. Es más, ni siquiera vemos como crece la
amistad entre los personajes, solo en una escena el protagonista es un
inadaptado social y a la siguiente ya está rodeado de amigos. La única
excepción a esto es el personaje de Laura, la única niña que tiene semblantes
de tener personalidad propia y no solo ser un estereotipo con patas, además de
ser la única en tener un dialogo real e inteligente al decir “Escuchar Rock te
hace mejor persona”. Hubiera preferido que ella fuese la protagonista y no el
odioso José Miguel.
Podría
quedarme aquí y seguir mencionando todas las fallas en esta película, pero
estoy seguro que tanto ustedes como yo tienen mejores cosas que hacer. Lo único
ligeramente valiosos en la producción es la ambientación noventera, e incluso
eso no le dirá mucho a aquellos que no ven con nostalgia esa época. La película
intenta ser una de esas que, como dirían los gringos “coming of age”, de los
problemas que uno se enfrenta en el proceso de crecer y madurar, y su pongo que
lo logra si hablamos de un niño que creció para ser un sociópata durante su
vida adulta. Y a pesar de todo esto, debo decir que la producción por lo menos
lo intenta y de vez en cuanto tiene momentos que me sorprendieron, como un
chiste recurrente que, cuando te pones a pensar en él, es tan perturbador como
gracioso al mismo tiempo. Creo que la cinta quiere ser algo así como Moonrise
Kingdom (2012) versión mexicana, pero carece por completo del encanto y calidad
de esa cinta PERO, como ya mencione demasiadas veces, por lo menos se esfuerza.
Todas las Pecas del Mundo es apestosa
basura, lo lamento, pero como diría Jake el perro: “Apestar en algo es el
primer paso para ser más o menos bueno en algo”. Tal vez esta película sea de
las peores que haya visto del cine mexicano comercial, y aun así sigue siendo
mejor que cualquier mierda que tenga la cara de Omar Chaparro. No sé si reír o
llorar ante eso…
Todas las
Pecas del Mundo: 1/5. Mala.
Mejor que:
Atlético San Pancho (2001).
No tan buena
como: El Jeremías (2015).
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