martes, 5 de noviembre de 2019

Cine Barato: Día de Muertos



Usualmente soy demasiado duro a la hora de criticar las producciones del cine mexicano comercial, lo reconozco, y tal vez lo sea aún más con aquellas que son proyectos de animación, pero en el caso de estas últimas esa “dureza” (sin albur) se debe a que casi siempre estas animaciones sí logran mostrar verdadera pasión y “amor al arte”, devoción que no siempre equivale a un buen producto final, como es el caso en Día de Muertos, filme que cuenta con algunos factores a su favor pero también otros tantos que la hacen ver medio apresurada y tosca.

En Día de Muertos veremos las aventuras de un grupo de amigos tratando de descubrir el secreto de su pueblo natal. En el pequeño pueblo de Santa Clara los espíritus de los muertos pueden visitar a los vivos y convivir directamente entre ellos cada 2 de noviembre. Aunque la joven y curios Salma (Fernanda Castillo) aún no ha podido contactarse con sus padres difuntos, una pista la guía a una misteriosa isla a las afueras del pueblo, donde es probable que encuentre las respuestas que busca. Junto con sus amigos Jorge (Ala Estrada) y Pedro (Memo Aponte), Salma se embarcara en una aventura que le revelara su misterioso pasado.

Para bien o para mal las comparaciones entre Día de Muertos y otras producciones como Coco (2017) son inevitables, después de todo ambas tocan temas similares, pero hay que ser justos, aunque Día de Muertos ni de cerca está a la altura de una mega producción de Pixar, sería muy injusto decir que no es más que la versión pirata de Coco. La película va creando su propia mitología, dándonos como resultado un cuento sencillo pero entretenido en tan solo los primeros 10 minutos del filme, desafortunadamente esos primeros minutos son los mejores en cuanto al guion, ya que el resto se convierte en un caos que pocas veces tiene sentido.

La trama está formada por dos historia diferentes que la producción desesperadamente trata de unir pero que ambas parecen sacadas de proyectos totalmente distintos, una de ellas siendo más seria y melodramática, mientras que la otra está más enfocada a la aventura y la comedia. El problema con las dos historias no es lo dispar de sus tintes, sino que justo cuando vemos un poco de desarrollo en una de las dos líneas narrativas, saltamos bruscamente a la otra, proceso que se repite constantemente y que entorpece el ritmo de ambas tramas. Por si esto fuera poco, muchos “giros” en la historia salen de la nada, como un pretexto para darle más “emoción” a la película pero que en realidad no tienen ningún sentido, como por ejemplo un secreto de salma que, cuando te pones a pensar en ello, no existe ningún motivo para mantenerse oculto, causando más de un agujero argumental en el guion.

Los personajes, a pesar de contar con historias interesantes, no dejan de sentirse muy planos, con poco o ningún crecimiento ya que, aunque constantemente se hace alusión a sus respectivos pasados, sus antecedentes nunca se exploran de manera adecuada. A cada persona se trata de dar personalidad propia, pero incluso esto nunca queda demasiado claro. Salma no deja de sentirse como la clásica “princesa Disney” que quiere más en la vida, desafortunadamente esto casi siempre la hace ver como un personaje caprichoso, grosero y hasta tonto, aunque eso sí, al menos en su caso ella si “aprende su lección”, terminando un arco de personaje demasiado sencillo pero adecuado con la historia. Por otra parte, Jorge es el típico personaje cómico cuya participación se limita a hacer pésimos chistes sosos que no le harán gracia más que a un público infantil, y aun con sus intentos de “caer bien”, el personaje resulta casi insoportable para cualquiera que tenga más de 8 años de edad.

La animación no es la peor que haya visto, pero hay que reconocer que podría ser mejor. El movimiento de los personajes es muy rígidos, las texturas planas y la paleta de colores un tanto opaca para mi gusto (sobre todo en el mundo de los muertos). La película se atreve a tener algunas “escenas de acción”, pero lo limitado de la animación las hace ver torpes, aunque esto se trata de mitigar mediante unos cuantos trucos de edición, y aunque esto sí funciona de vez en cuando, a veces la edición solo sirve para enfatizar todavía más lo limitado de la animación.

Tal vez estén esperando a que les diga que odie esta película, pero quizá les sorprenda escuchar que ese no fue el caso. El filme cuenta con muchas, MUCHAS asperezas que podrían haberse mejorado con algo más de tiempo y atención, sobre todo en cuanto al guion se refiere, pero la ambientación, el diseño de personajes e incluso la propia banda sonora logran denotar un verdadero compromiso por parte del grupo creativo para darnos un producto de calidad, algo que quizá no se logre de todo, pero esto, quiero creer, se debe a recursos limitados y no por falta de atención, como suele ser el caso en muchísimas otras películas mexicanas. Hay buenos fundamentos para crear una franquicia, lo cual parece la intención tomando en cuenta los muchos cabos sueltos y una escena post créditos, por lo que Día de Muertos podría ser el comienzo de algo mucho mejor, solo espero que si ese es el caso podamos ver mejor desarrollo de personajes, un ritmo menos accidentado y un guion más cuidado. Hay potencial aquí, solo queda esperar que no se quede solo en eso.

Día de Muertos: 2/5. Meh.














Mejor que: Ana y Bruno (2017) En cuanto a animación por lo menos. Anna y Bruno tienen un guion mucho más sólido, pero su animación es todavía más tosca que la de Día de Muertos
No tan buena como: Coco (2017), El Libro de la Vida (2014). Lo sé, es una comparación medio injusta tomando en cuenta que Día de Muertos no tiene con los mismos recursos, pero aunque aún le falta muchísimo camino por recorrer, con el empeño adecuado no dudaría que en el futuro, eventualmente, tendremos una producción de esa altura. Soñar no cuesta nada…

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